Capítulo 14; ¿Volver a empezar?

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~ Volver a empezar by; FAVELA

Camila POV

- ¿Debo ir hasta él?- dije dando vueltas sobre mis pies. - Era una horrible persona pero no...- me puse las manos en la cabeza para luego sentarme a la orilla de la cama. Intenté controlar mi respiración, sentía que no podía aguantar otro minuto más.

- Tranquila, Cami. No creo conveniente que vayas ahora. Solo ve como estas.

Mis ojos llenos de lágrimas se posaron en los de ellas y sin preveerlo, o tal vez sí, explote. Lloré mucho y con ganas, como sí de eso dependiera mi vida. Necesitaba desahogarme y aunque sé que no siempre es bueno dejarse caer, las lagrimas alivian, ese es su proposito, es necesario dejarlo salir todo de vez en cuando.

Viane me abrazó y dejó llorar en su hombro como la mejor amiga que se pueda tener, no hizo ningún comentario, solo estuvo ahí escuchandome sollozar mientras me acariciaba el cabello. Cuando en mi sistema ya no había más lágrimas que sacar, me alejé de mi amiga y me dirigí hacía el baño. Al entrar no pude encender la luz, eso involucraría tener que verme en el espejo, no amo a la mujer del espejo cuando estoy tocando fondo.

Saqué mis pantalones de pijama, camiseta y ropa interior. Cepille mis dientes y entré a la ducha. No sé cuanto tiempo pasé ahí, pero dejé que el agua y el jabón me sanaran un poco, luego sentía un poco mejor, no lo podía negar.

Al salir del baño vi a Viane mirando por la ventana, su expresión me indicaba que estaba preocupada, por mí. Caminé hasta ella y la abracé, le susurré un simple "Gracias" que ni en mil años compensaria todo lo que ella hace por mi.

Muchos se hacen pasar por tus amigos, y te dirán que estarán para ti en las buenas y en las malas, pero no siempre será así. El sacrificio que estas palabras conllevan no todas las personas tienen la valentía de afrontarlas. No todos están dispuestos a ser tu compañero de guerras o salvarte cuando puede que ellos se hundan. Vianesa es la mejor amiga que cualquier persona pudiese tener, como ha afrontado el hecho de cuidarme me deja en desventaja y me pone en duda sobre si yo soy tan buena amiga como ella o no.

-Voy a estar bien, te lo prometo.- le dije al oído. Solo la escuché suspirar. Estas palabras sabía la calmaban un poco porque me conocía mejor que nadie. Sabía cumpliría eso y estaría bien. Dejé de abrazarla y me dirigí a sacar alguna ropa que ponerme.

Me pusé unas leggins negras, una camiseta beige, mis converse negras, un abrigo negro y amarre mi cabello en una coleta. No use maquillaje, mi estado de animo no me dejaba fuerzas para eso.

- ¿Nos vamos?- dije al salir vestida. Viane se encontraba acostada sobre la cama, su mirada era como si me hubiese salido una tercera cabeza u ojo. Se puso de pie negando, una discusión estaba apunto de empezar entre nosotras.

- Ni lo sueñes, no vas a salir a ningún lado como estas. ¿Alguna vez has escuchado la palabra descanso? - Adoptó de una vez esa postura de mamá regañona que tanto le caracteriza sobre mi.

- Vianesa, me llevas a ver el cuerpo de Alejandro, o yo sola perfectamente puedo tomar un taxi. - Salí de la habitación, tomé las llaves del departamento que estaban sobre la mesa de mi pequeño comedor junto a mi bolso.

- Pero si acabas de prácticamente tener un ataque ahí adentro. Debes descansar, ¿A caso has visto tu cara? Siento que te vas a desplomar en cualquier momento, Camila. Alejandro no merece que lo vayas a ver, era un animal contigo. - Esto último lo dijo agarrada a mis brazos mirandome fijamente a los ojos, era casi una suplica.

- Él no lo merecia, no lo merece. Pero yo si merezco darle un cierre a todo esto. Volver a empezar. Viane, mi vida esta a punto de cambiar, y cuando Michael sepa que yo soy quien tiene el corazón de Anna puede que ya ni aquí este.

Esta vez fue a ella a quien se le salió una lágrima. Se la limpié y sonreí, no sé que haría sin ella. -Vamos. - Tomó su bolso del sofá y salió delante de mi. Cerré la puerta y bajamos en silencio una al lado de la otra.

+++++

Al llegar al hospital donde se encontraba el cadáver de Alejandro un frío se apoderó de mí, mis manos temblaban y sudaban al mismo tiempo. ¿Qué sigue ahora? Me alejé de él porque no era bueno para mi, pero ahora que ya no esta, que de verdad ya no esta... el sentimiento es extraño, un tanto indescifrable.

Viane había hablado con el personal a cargo de la morgue para que nos dejaran pasar de una vez. Mientras caminábamos por el pasillo que nos llevaba al sótano donde esta se encontraba un mareo vino a mí y tuve que recostarme de la pared un segundo. Viane se detuvo y propuso devolvernos a casa.

- Ni lo sueñes, vamos. Terminemos con esto.

Entramos a ese espacio, vi su cadaver sobre la mesa de autopsias, me quedé estática en la entrada. Mis pies no avanzaban y quería retroceder, juro que quería salir corriendo de ahí. Viane me agarró la mano, se la apreté tan fuerte que al quejarse hizo que una sonrisa brotara de mi. Ella tenía ese poder hasta en los peores momentos.

Nos acercamos lentamente a la mesa y cuando lo tuve ahí, así tan... tan destrozado, magullado, con esa incision en Y en todo su pecho y abdomen supe que nadie nunca me volvería hacer daño. Mis miedos pudieron desaparecer en ese instante, sabía que era momento de volver a empezar, pero empezar de verdad. Sin miedos, sin huir de nadie y tal vez con la posibilidad de encontrar el amor, que sino es en Michael, puede ser en otra persona, porque yo tengo derecho a vivir feliz.

Pasé mi mano por su rostro, estaba frío, sus labios ya estaban morados me incliné cerca de su oido. - Donde quiera que estes, quiero que sepas que me hiciste la mujer más fuerte que pudieras conocer. Gracias por eso. - le dije. Y no sé porqué le di un último beso, tal vez era la despedida.

- Vamos Via. - Le tomé las manos a mi amiga nuevamente, ella estaba llorando, sé que este día en cierto modo le ha sobrepasado un poco.

Al salir al lobby del hospital respiré, sentía que había olvidado hacerlo. Escuché a lo lejos que me llamaban, cuando pude localizar de donde provenía casi me caigo, no estaba lista para verlo, no ese día.

-¡Camila!- Michael estaba ahí, tan guapo como siempre. Su mirada me hizo saber que mi aspecto no era el mejor, estaba muy cansada, y todo me tenía estresada, pero sobre todo no pensaba encontrarlo hoy.

- Mich... Michael.- dije abrigandome más.

-¿Estas bien? Me acabo de enterar lo que paso con...

-Alejandro, ese era su nombre. No te preocupes lo estaré, siempre lo estoy.

- Dejame llevarte a casa.

- No, Vianesa puede hacerlo.

- ¿Hice algo malo? Siento has estado envitandome. - ¡Oh Dios! ¿Por qué ahora?

- Solo, no es un buen momento. - me puse los dedos en el puente de mi nariz. Ese era el punto donde siempre presionaba cuando sentía ya mi cabeza no aguantaba más, aliviaba un 2% mi dolor hasta que encontraba mis medicinas. Ese gesto mi amiga lo notó y me agarró del brazo.

-Michael, ella no ha tenido un buen día. ¿Le hablas luego?

-Por favor déjame llevarlas, Vianesa.- Estaba prácticamente suplicando.

-Estoy a punto de tener una migraña de muerte, Michael. Necesito volver a mi casa ahora, y no me estas ayudando. Dame un poco de espacio, por favor. - con la poca fuerza que me quedaba agarré a mi amiga y la saqué de ahí dejándolo con la palabra en la boca.

Por ahora evitarlo era lo mejor.

Amor & Medicina ©   [EDITANDO]Where stories live. Discover now