Capítulo 8; Tu sortija...

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Michael pov

L

a presión de Camila estaba muy por encima de lo normal, mucho más. Había perdido su hermoso color de piel, si la veías no la reconocerías estaba más clara que un papel.

Al entrar a la clínica la llevé a la sala de urgencias, todos se impresionaron al verla. En estos últimos días ella había demostrado un carácter muy fuerte y por lo que me habían dicho no ha descansado en 48 horas, osea que su cuerpo estaba totalmente agotado. Ella por su condición debería darse cuenta que no vale nada que se altere mucho. Por algo le di tiempo.

Localizar  a su amiga fue lo más difícil del mundo para mí, no tenía su número celular y nunca se me hubiese ocurrido si no fuese por J. P mirar en su celular.

Idiota.

- Esta estable, en cuanto se recupere me la llevaré conmigo a casa.- dijo  Vianessa con voz enojada hacía mi.

- No te preocupes, yo la llevaré.- le dije ganandome una mueca de lo más extraña de su parte.

A la verdad no sé como salieron esas palabras de mi boca antes que las haya siquiera pensado. Estar cerca de ella y llevarla a su departamento significaría un compromiso mas.

- Pool, más que su amiga soy su doctora, así que deja hacerme cargo. Ya hiciste suficiente- dijo al momento que daba una vuelta para salir por la puerta del área de urgencias de la clínica.

Con sus ojos cerrados y su respiración pausada ella dormía plácidamente con una expresión tremendamente adorable.

Dios, pensar que era linda estaba mal. Pase mis manos por el rostro intentando despejar un poco la preocupación de mi.
¿En serio estaba preocupado por ella?

Me recoste de la pared mirándola fijamente en silencio. Su amiga estaba con ella, había vuelto a la habitación dándome una mirada que hubiese podido dejarme en la sala de morgue de inmediato, pero gracias a Dios que las miradas no mataban.

En cuanto despierte Camila me encargare de llevarla a su departamento me gustaría hablar con ella.

Vianessa tenía una expresión neutral, yo sabía que ella estaba enojada con Camila. Le había dejado muy claro que no podía cansarse mucho aún tenía que cuidarse, su cuerpo no estaba recuperado del todo y tener varios días agitados y sin descanso no es que haya sido una buena idea.

Abrió sus ojos mirando a su alrededor un poco desconcertada, Sanchez se sentó en la cama pasando sus manos por el rostro para luego soltar su coleta dejando caer su largo cabello por encima de sus hombros como cascada. 

Miró fijamente a su amiga y cuando esta le iba a decir algo ella la detuvo alzando su mano en señal de que estaba demasiado cansada para escuchar sus reclamos.

- No necesito tus reclamos ahora mismo, estoy agotada.- dijo con una voz apagada.

- Claro, da igual lo que te diga siempre harás lo que te de la gana.- casi gritó a su amiga.- Dejame decirte que no seré tus padres pero soy tu amiga y doctora, así que si tanto te molesto por una maldita vez has las cosas bien porque no me gustaría verte nuevamente jodida.

- Solo estaba cansada, no necesito tanto drama.- dijo ella en respuesta a su amiga.

- Maldita sea, no eres una niña, deja de comportarte como si no fuera nada.- Esto estaba a punto de ponerse más tenso. Estas amigas no estaban en su mejor momento.

- Bien, bien. No griten tanto por favor.- me obligue a meterme en su discusión

Las dos me miraron mal, eso no había estado nada bien. Creo que meterse en una pelea de amigas no era muy buena idea.

- ¿Qué?- pregunté cruzando los brazos sobre mi pecho.

- ¿Nunca te han dicho que no te metas donde no te llaman?- dijo Vianessa con el ceño fruncido.

- Si es mi sala de urgencias donde hay más enfermos aquí, pues sí.- me acerqué a Sanchez y tomé su diminuta mano que parecía perderse en la mía. - Le estaba diciendo a la Dra. Slider que te podía llevar así descansabas por varios días. Ya estoy de regreso y puedes descansar los días que restán de la semana.- dije perdiendome en sus hermosos ojos esmeraldas que aún no tenían ese brillo usual.

- Puedes llevarme, pero no me quedaré tantos días de reposo.- se soltó de mi mano mirando a su amiga fijamente.- Y eso no esta a discusión.

Se levantó de la cama y entró por una puerta que estaba a mi costado que dirigía al baño.

- Te advertire algo Pool, yo conozco a mi amiga mejor que la palma de mi mano y esa miradita que le das no me gusta mucho. Le ha costado sangre, sudor y lágrima llegar donde esta. Si la jodes te jodes, el juego es simple.- Me amenazó, pero no entiendo de que está hablando, por eso la miré con el ceño fruncido y la cabeza ladeada.

- No sé de que me hablas, pero nosotros no tenemos nada de que salir jodidos. ¿Entendido?- y nos retamos con la mirada hasta que ella salió del baño mirandonos confundida.

- Michael vámonos, mi cuerpo necesita cama.- dijo abrazando a su amiga. - Te quiero Slider, no lo olvides.

- No lo haré pequeña.- le sonrió a su amiga.

Salimos de la clínica con la mirada de todos sobre nosotros, se sentía extraño ir al lado de ella que exactamente se parecía a mi Anna.

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Mientras íbamos en el camino solo escuchabamos la radio de mi auto reproduciendo a la artista Adele con su canción Make you feel My love. Esa canción en lo personal me gusta mucho porque Anna amaba a esa mujer, ¿Quién no lo haría si al escuchar a Adele sientes que viajas?  Es una gran artista, mi amor tenía buen gusto.

Tarareaba la canción hasta que Camila me interrumpió con una pregunta que me hizo pensar.

- ¿Por qué aún usas tu sortija?- preguntó recostada de la ventanilla.

- Creo que porque aún la amo, tal vez el día que vuelva a querer a alguien me la quite.- dije con la vista fija en la carretera.

El resto del camino fuimos en silencio y dentro de mi resonaba esa pregunta. Nunca me lo había preguntado, pero la respuesta siempre sera la misma,aún amo a Anna, siempre lo haré.

Amor & Medicina ©   [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora