tristemente

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Resulta que el vuelo a Los Ángeles se retrasó cuatro días. Cuatro días. Y Ten fue el último en enterarse. Supone que eso le da más tiempo para prepararse.

De todas formas, se siente desplazado, y el enojo que ha estado formando un nudo en su garganta no se va desde que Renjun le dio la noticia el día de ayer. Sigue preguntándose si es normal que la persona... el idol, el cantante... que va a ir a grabar el video musical sea el último en enterarse. Sobre todo porque no es la primera vez que la empresa le hace una jugarreta, una mala pasada.

-Chittaphon, te ves horrible. -Escucha la voz de Kun entrando en la sala de prácticas. En realidad no tienen ninguna clase pero poder estar aquí siempre les ha sido relajante.

-Gracias, Kun. -Lo mira y sus ojos recorren el cuerpo del otro de pies a cabeza. -Tú siempre te ves mal.

-Ya. -Ríe Kun mostrándole los hoyuelos. -¿Qué tienes? Te ves mucho más delgado que la última vez que te vi.

Fue hace dos días, pero considerando que el chino está intentando ayudarlo, decide no mencionarlo.

-¿Hace cuánto fue eso? -Bueno, todo queda en intento. -Estoy enojado, Kun. -Dice y se levanta del piso, donde llevaba ya casi dos horas sentado y lamentándose. -A veces siento que se me va a acabar la paciencia. -Declara en voz baja y amarga mientras se sienta el sillón provisional, a lado de Kun, y luego se recuesta para usar el regazo de su amigo como almohada.

-Dímelo a mí. -Kun imita su tono y empieza a enredar los dedos en su cabello. Ten de inmediato se siente culpable.

-Lo siento mucho. -Se disculpa y le dirige al otro una mirada de empatía. No es un secreto que ahí todos, de algún modo, lo pasan mal alguna vez y por diferentes razones. Quejarse está permitido, supone, pero hacerlo también lo va a hacer parecer egoísta porque definitivamente él no es el que peor lo ha pasado. -De verdad lo siento. -Repite y una sola lágrima recorre su mejilla derecha.

-No lo hagas, Ten. No te disculpes. -Le sonríe Kun suavemente. -Tú no tienes la culpa de que tengamos que pasar por todo esto. Ni tú, ni yo, ni nadie. Además, ya estamos acostumbrados.

-Tristemente.

-Tristemente.

Hay una pausa en la que ninguno de los dos dice nada y tampoco se escucha un solo ruido en la sala de práctica, usualmente llena de gente y música y el rechinido del calzado sobre el piso encerado de madera. Ten recuerda perfectamente bien cuando todos solían estar juntos. Iban juntos a todas partes, y a pesar de que era normal que extrañara su casa, sus mascotas, su familia, su mamá... sus amigos llenaban un hueco. No por completo, pero al menos lo suficiente para que no se sintiera tan triste. Era salir y tomar un café rápido antes (o después) de las prácticas, o permitirse ir al parque y pasar el rato o jugar todos juntos. No se suponía que las cosas terminaran así.

Suspira. Y escucha la voz de Kun como si de su conciencia se tratara se tratara.

-¿En qué piensas? -Pregunta. Ten se encoje de hombros y gira hacia su lado derecho. Prefiere que Kun no lo vea cuando diga lo siguiente.

-Extraño a los chicos. -La voz temblorosa y cada vez menos segura y más resignada. A este punto ya no sabe a dónde se fue toda la certeza que tenía su futuro y la segunda familia que consiguió cuando llegó a Corea del Sur. -Los extraño mucho, Kun. No sé si esto vaya a valer la pena al final. Ya no tengo idea de nada.

-Es normal tener dudas, Tennie. -Le asegura el de los hoyuelos, como siempre la voz de la razón. -Pero no te atrevas a pensar que esto que estás haciendo no es lo mejor que podrías hacer. Si hay algo que nació para hacer arte, eres tú. Además, ya has llegado demasiado lejos, y detenerte ahora sería como admitir que tus demonios han ganado. Y no voy a dejar que eso pase.

Ten empieza a sollozar incontrolable y usa el beanie para cubrirse la cara húmeda por las lágrimas. De repente se siente agradecido de haberse volteado antes de que Kun lo viera en tan deplorable estado. Está seguro de que su amigo sabe perfectamente bien de lo que habla y quiere preguntarle por qué se porta así con él cuando Ten mismo puede llegar a ser irritante.

-Kun... -Dice entre sollozos, con la voz entrecortada.

-Shh. -Lo calla el otro mientras sigue peinando su cabello. -Sé lo que es, Chittaphon. Y sé que a veces necesitamos que alguien nos recuerde por qué nos dedicamos a lo que nos dedicamos. Somos amigos, ¿no? -Pregunta de repente y Ten asiente, aunque sabe que no fue una pregunta que pretendiera esclarecer una duda. -Entonces no tienes nada de qué preocuparte.

-¿Por qué te portas así conmigo? -Cuestiona ya más calmado y toma asiento, un puchero característico en sus labios.

-Ya te lo dije, somos amigos. -Repite Kun y se levanta para caminar seguro hasta la mini nevera que se encuentra en una esquina de la gran habitación. Ten casi envidia su templanza. -Además, eres un niño.

Ten bufa y rueda los ojos mientras se quita la gorra y se la avienta. Kun hace el tonto y se inclina para intentar atrapar el accesorio con la cabeza y falla, causando las risas de ambos. Después, el mayor-por-un-par-de-meses regresa y le ofrece la botella de agua que trae consigo. Ten la acepta agradecido.

Está tomando un trago cuando su celular suena con un tono que reconoce de inmediato. No hace falta siquiera que tome el aparato en sus manos para saber que se trata de Taeyong. Se siente nervioso al instante.

Toma el móvil en la mano bajo la atenta mirada de Kun, y desliza para abrir la notificación.

"Ten-ssi". Dice el mensaje. Únicamente eso. Prácticamente puede escuchar la voz de su hyung.

Pero es suficiente para hacerle sonreír y ganarse un golpe en la cabeza con el beanie que antes había sido lanzado. 






. . .







Casi me pongo a llorar escribiendo este capítulo. Me recordó todo el 2017...

ANYWAYS

¿Alguien de aquí leyó Just A Week? Resulta que tiene ya 1.5k estrellitas y estoy muuuy agradecida por eso. Tal vez esté pensando en una secuela. No le digan a nadie que les dije¿



¡Gracias por leer!

SUSURROS (taeten)Kde žijí příběhy. Začni objevovat