valentine's

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Tenemos que hablar.

Lee Taeyong y su seriedad. Ver un punto al final de esa oración hace marear a Ten en el mismo momento en que la lee. Está bien, puede con esto. Al fin de cuentas, es solo un mensaje en kakao… lo que le confunde un poco, ya que Taeyong se encuentra a escasos metros de distancia, esperando su turno para la sesión de fotos que NCT tiene con Dispatch. Todos tienen uno o dos compañeros debido a que algunas de las fotos serán en conjunto, y los asignados a su equipo son Taeyong y Doyoung, cosa que no mejora para nada el mareo inicial. Doyoung y Taeyong están en una esquina de la habitación, aparentemente enganchados en una conversación en voz baja.

– ¿Pasa algo? – Pregunta Johnny a su lado, observando con atención la pantalla del celular en su mano. Es un hábito que claramente Johnny no ha podido cambiar.

– Nada. – Ten se sale de la ventana de chat. – Taeyong quiere hablar conmigo. – Johnny debe ver algo en su cara porque enseguida lo lleva a sentarse, preocupado.

– ¿Estás bien? ¿Por qué actúas de esta manera? – Johnny cuestiona en voz alta, lo que tiene a todas las cabezas en la habitación girándose para prestarle atención. Al parecer Johnny se da cuenta, ya que se disculpa y le insiste a todo el mundo que no pasa nada, son cosas de una mala digestión. Pero claro que Taeyong y Doyoung deciden acercarse en ese momento. 

– ¿Ten? – Le habla Taeyong sin poder esconder la preocupación en su tono de voz, sentándose a su lado y tomando su mano con delicadeza. – ¿Qué ocurre? ¿Comiste algo en mal estado? – Así es como acaban siempre las excusas falsas de Johnny: haciendo que quiera esconder la cabeza en el piso, cual avestruz. En serio, Johnny tendría que agradecer que Ten lo considera su mejor amigo. 

– No, no, Taeyong hyung. Estoy bien.

– ¿Seguro? – Doyoung le toca la frente con el dorso de la mano. – Te sientes caliente, ¿no tendrás fiebre? Es normal que te enfermes.

– Sí, lo sé, pero estoy bien. Ya saben cómo es Johnny. – A la mención de su nombre, Johnny hace un ruido ofendido. Está a punto de hablar, cuando Ten lo interrumpe. – Por favor ya no digas nada.

– ¡Te quiero ayudar! – Replica Johnny.

– ¡Eso intentaste hace unos minutos! ¡Y ahora todo el mundo piensa que me duele el estómago o algo peor!

– Pero eso es normal, Ten. – Intercede de inmediato Doyoung, sentándose en la mesa de café que está en medio de la sala. A medida que avanza el intercambio, también se va apagando el ruido a su alrededor, lo que significa que la atención de todos está otra vez puesta sobre ellos. Sobre Ten y su falsa enfermedad. 

– Sí, Tennie. – Dice Taeyong suavemente, como intentando dejar en claro que no tiene nada de malo. Y Ten estaría de acuerdo con eso si tan solo fuera verdad. Ahora está a un paso entre la vergüenza y la culpabilidad solo por ver los ojos confundidos y preocupados de Taeyong. – Todos nos enfermamos del estómago alguna vez.

– ¡Pero es que no estoy enfermo! – Ten pierde la paciencia al ver la pequeña sonrisa burlona de Johnny (primero lo pone en aprietos y luego tiene la audacia de reírse de su desgracia), y se pone de pie, dramático como él solo. – ¡Johnny inventó eso para que todos dejaran de observarme! Yo me puse mal al ver tu último kakao, y no quería que nadie supiera, ¡pero Johnny inventa excusas raras y ahora estás preocupado porque crees que tengo diarrea! ¡Pero no tengo diarrea! ¡No estoy enfermo! ¡Estoy avergonzado!

Ten termina su diatriba cubriéndose la cara con las manos. Su teoría es que, si no puede hacer que todos dejen de mirarlo, entonces va a hacer como si no se diera cuenta. Y por más que le guste la atención, ésta solo la aprecia cuando es de las personas correctas. Ahora mismo siente que está a punto de hiperventilar. 

SUSURROS (taeten)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora