Taeyong

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Siempre es difícil levantarse temprano por la mañana, sobre todo para Taeyong, que trabaja más de noche que en cualquier otro momento del día. Hoy, sin embargo, lo es aún más por la bebida que tuvo anoche debido al cumpleaños de Johnny; de acuerdo, solo fue una (y todos sabían que el día de hoy tendrían agendas, por lo que no se habrían atrevido a beber de más) pero considerando que Taeyong nunca ha aguantado mucho sus copas, siente la cabeza a punto de romperse a la mitad. Tiene la teoría de que una taza de café puede solucionar el problema, así que se apresura a cepillarse los dientes y procede a tomar una ducha rápida y fría para despertarse. Utiliza los productos adecuados para su cabello teñido y lo aclara bien con el chorro de agua mientras observa cómo todavía quedan rastros del tinte capilar que se va desvaneciendo con el paso de los días. Hace tantas cosas todos los días, está tan ocupado siempre, que apenas puede recordar cómo llegó a la conclusión de que el rojo sería un buen color para él. No se arrepiente ni un poco pero si tuviera que prestarle más atención al cuidado del cabello –si tuviera tiempo para hacerlo–, vería que necesita dejarlo en paz por al menos un periodo. Pero eso tendrá que esperar, las vacaciones no se ven cerca en el horizonte.

Finalmente, sale de la ducha con pantalón de pijama puesto y la toalla enrollada en la cabeza, y se dirige a su habitación. En la sala de estar ya se encuentran reunidos los demás miembros de NCT 127 para desayunar y los saluda con un gesto de la cabeza. Algunos le devuelven el saludo y otros, no, todavía con aspecto de haber sido mordidos por un zombie. Deja de prestarles atención y gira el pomo de su puerta, entra y cierra detrás de él. Enseguida se hace con un par de pantalones de pana y una camiseta cualquiera: sus pendientes para el día son todos en la empresa y alejado de las cámaras; no es necesario lucir muy producido, solo lo normal. 

Está terminando de secar su cabello con la secadora, cuando escucha un golpe en la puerta. Es Yuta.

– Buenos días, líder. – Sonríe de oreja a oreja Takoyaki Prince. – ¿Te reunirás a desayunar con nosotros? El take out ya está en camino. 

– Claro. – Confirma con un movimiento de cabeza y pronto guarda la secadora en su sitio. Elige la primera beanie que ve, un regalo de su hermana, y gira para encaminarse a la puerta. Antes de salir, tiene un favor que pedirle a Yuta. – Guarda el secreto de lo que te dije anoche, ¿sí? Quiero que sea una sorpresa.

– Oh. De acuerdo. – Yuta asiente cómplice. – Pero, ¿no se supone que a Ten también le dicen sobre las agendas de las promociones? Por supuesto que él sabría si van a ir a su ciudad ustedes dos solitos.

– Se lo dirán en los próximos días pero todo lo demás, no se lo digas a nadie. 

– ¡Estoy tan emocionado! – Yuta se frota las manos y mueve las cejas de arriba para abajo con coquetería. – ¡De ese viaje podría salir el primero de nuestros sobrinos! 

Taeyong empieza a toser, sonrojado, ante la tontería que acaba de decir Yuta. Las implicaciones del anuncio que acaba de decir… lo hacen perder la cabeza un poco. Doyoung llega con el ceño fruncido y se coloca como puede detrás de Yuta, la puerta todavía a medio abrir. Taeyong ya no quiere más espectadores para su incipiente locura, muchas gracias.

– ¿Qué pasa? ¿Por qué no vienen?¿Vas a dejar a Ten vestido y alborotado para sus vacaciones en Tailandia? ¿También seré yo quien le diga la noticia? – Inquiere Doyoung recargado en el rectángulo de madera mientras se sostiene con el pomo. Taeyong se siente observado. – ¿Te estás muriendo, Taeyong hyung? 

– Nada más poquito. – Aclara Yuta sin prisa, como quien habla del cielo en un día soleado. 

– Yuta está diciendo tonterías. – Hace una mueca y toma asiento en la orilla de la cama. Así como se ven las cosas, el desayuno no está muy cercano. – En una de esas, sí me mata del susto.

SUSURROS (taeten)Where stories live. Discover now