Taeyong

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No se ha acabado la primera canción cuando el cojín de uno de los sillones sale volando en dirección a Ten y Taeyong no tiene tiempo de pensar si el chico tiene los ojos abiertos para darse cuenta de que está siendo atacado, así que levanta el brazo lo más rápido posible y ataja la trayectoria del proyectil, alertando a Ten en un instante.

El chico se levanta enseguida y aunque quiere detenerlo arrebatándole el cojín, este corre por una almohada a la cama más cercana y se regresa hacia Doyoung para empezar a golpearlo con el arma esponjosa.

Y de repente Taeyong se encuentra en una pelea de almohadas cuyos golpes duelen y quiere que se acabe porque van a salir a cenar y no le gustaría estar sudoroso así que lo primero que se le ocurre hacer es soltar su propia arma y abrazar a Mark, que es el más cercano a él, para obligarlo a soltar la toalla con la que estaba golpeando a los demás.

Todo se calma poco a poco y cuando se asoma por encima del hombro del menor, Taeyong puede ver a Jaehyun abrazando a Lucas mientras este abraza a Jungwoo, y a Doyoung, Winwin y Ten, que se abrazan fuertemente y no paran de reír.

Así me gusta verlos, piensa, felices. Si pudiera embotellar la felicidad, seguramente esto estaría en el frasco.

Después todo es un lío de prisas en el que salen a tropiezos de la habitación y se encaminan todos juntos hacia el estacionamiento, donde los managers y demás miembros del staff los esperan junto a un par de camionetas lo suficientemente grandes para llevarlos a todos.

-¿Cómo estuvo el viaje? -Le pregunta a Ten, que está parado a su lado esperando turno para subir al auto.

-Bien. -Contesta el chico  con una sonrisa. -No me acordaba que en los aeropuertos hubiera tanta gente. Me asusté. -Termina en un susurro.

-¿Pasó algo? -Cuestiona Doyoung con el entrecejo fruncido y Taeyong no está sorprendido de que los estuviera escuchando.

Taeyong presta atención a la respuesta del menor de los tres, sintiéndose inquieto ante la idea de que pudieron haberlo lastimado.

-No es eso. -Responde Ten cabizbajo y la molestia de Taeyong no se va. -Me sentí ahogado, eso es todo.

Taeyong aprieta la mandíbula mientras Ten sube al auto y enseguida se sienta junto a él. Doyoung del otro lado del menor, junto a la ventana.

No sabe qué tanto ha estado tenso hasta que siente la pequeña mano de su compañero sosteniendo su quijada y relajándola. Taeyong voltea y Ten le está sonriendo suavemente, la sonrisa llegando apenas a los ojos cansados.

-Ya, hyung, no pasó nada. -Le asegura Ten. -Lo más probable es que haya pasado demasiado tiempo sin viajar para una agenda con ustedes. Me desacostumbré.

Sí, es obvio que Ten tiene razón.

Además de que en los últimos meses se han ido haciendo cada vez más populares y desafortunadamente Ten no estuvo ahí para experimentarlo todo de primera mano, claro que tenía que sorprenderse cuando volviera a viajar. Taeyong tuvo que habérselo dicho, haberle prevenido de que tal vez habría mucha más gente esperando por él en el aeropuerto. El reproche está ahí, comiéndole la cabeza cruelmente.

-Taeyong. -Otra vez es Ten, claro, saltándose las formalidades y haciéndose acreedor de un ‘se dice “hyung”’, por parte de Doyoung que Ten, obviamente, ignora con intención. -Te conozco lo suficiente para saber que te estás culpando por esto. -Le dice sin dudar mientras sostiene su mano delicadamente. -Deja de hacerlo. No es culpa tuya. Por alguna razón la gente piensa que puede demostrar su amor dejándonos sin aire y eso no es culpa de ninguno de nosotros.

Taeyong asiente con la cabeza. Ten luce más cansado aún que cuando llegó a la habitación del hotel. Seguramente no le permitieron dormir antes de mandarlo en su encuentro.

-¿De verdad quieres ir con nosotros? -Le pregunta con cautela al muchacho y sabe que Doyoung y manager hyung están poniendo atención aunque no los esté mirando directamente.

-Claro que quiero ir con ustedes. -Sonríe Ten.

-¿Cómo puedes estar sonriendo tanto después de tantas horas de vuelo? -Se asombra Doyoung.

Ten se encoje de hombros. Luce más tranquilo y relajado de lo normal.

-Extrañé estar con ustedes. -Confiesa finalmente.

Y Taeyong no está seguro pero podría jurar que Ten lo miraba disimuladamente al decirlo.

. . .

El restaurante es elegante y rústico al mismo tiempo, el personal hace su trabajo de manera impecable y Taeyong tiene la imperiosa necesidad de lavarse las manos. Incluso está empezando a sentir escozor debido a la ansiedad.

Se excusa de un momento a otro.

Una vez en los sanitarios, cierra la puerta detrás en su espalda y respira profundamente; todo está limpio y ordenado y no hay ruido alguno que lo atormente. Se dirige hacia el lavamanos y toma cuanto puede de jabón líquido sin que parezca que está enfermo. Puede que lo esté pero nadie tendría que enterarse de eso. Se frota las manos durante un minuto o dos y luego deja que el agua se lleve toda la ansiedad, que si lo piensa bien, no sabe por qué empezó a subirle al cuello: tal vez fue por lo de Ten en el aeropuerto pero esa es una posibilidad que todavía no está dispuesto a afrontar.

Aunque claro, Ten es uno de sus queridos miembros y es por eso que se preocupa por él como lo hace. Como lo haría si fuera cualquier otro.

Entonces, no sabe por qué se le revuelve el estómago al regresar a la mesa y notar que Ten ya no está ocupando el lugar junto al suyo.

Jungwoo está ahí.

Ten se encuentra en la esquina más alejada.










SUSURROS (taeten)Where stories live. Discover now