juntos, pegados

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Ten abre los ojos y observa una pared limpia, desprovista de cuadros o muebles o decoración. Típica habitación de hotel.

Lo que no es típico es la mano (delgada pero más grande que la suya) con la que tiene entrelazados los dedos, ambos brazos, el suyo y el ajeno, sobre su cintura. Tampoco es común el pecho contra el que está su espalda. Siente una respiración en su cuello y quiere voltearse pero sabe que si lo hace va a hacer combustión por la vergüenza: nunca ha dormido así con alguien, o al menos, no con alguien a quien recientemente see ha acercado tanto. Un tipo diferente de cercanía.

Ojalá pudiera saber qué sueña Taeyong. ¿Qué soñará su hyung estando tan lejos de su casa y tan pegado a él? ¿Soñará lo mismo que Ten? Ten sabe qué es lo que sueña y qué quiere aunque a veces sea difícil. Se pregunta si Taeyong también lo sabe.

-¿En qué piensas tanto?

La voz de Taeyong lo sorprende, no sintió cuándo se despertó. Suena grave y rasposa como una lija por la falta de uso durante la noche. Ten siente la piel de la nuca estremecerse en escalofríos y Taeyong se acerca imposiblemente más, a todas luces notando su reacción. Las manos siguen entrelazadas sobre su abdomen.

-Pienso en que las camas cobran otro significado cuando las compartes con alguien. -Le contesta en un susurro. No sabe si mánager hyung ya está despierto pero por las dudas. No es algo que le gustaría que escuchara alguien más.

Siente cómo Taeyong se congela un segundo. No sabe por qué. ¿Dijo algo mal? No es como si se refiriera a otra cosa, ambos saben que dormir fue todo lo que hicieron. Juntos, muy juntos. Pegados. Pero nada más allá de eso. No sabe si puede considerar normal el quedarse dormido pegado a tu amigo que ni siquiera es tu mejor amigo.

Frunce el ceño.

Y se voltea para mirar a Taeyong. Frente a frente pero todavía sin soltarse. Juntos pero ya no pegados. Sus manos en medio de ambos cuerpos y Ten las observa. Se ven bien. Deberían permanecer así para siempre: juntas, entrelazadas y creando un universo nuevo. Una hoguera pequeña en la qué encontrar calor y bienvenida.

-¿Cuán difícil puede ser? -Le pregunta levantando la vista y posicionándola en el rostro de Taeyong. El mayor se encuentra observando sus manos. Hasta que después no lo hace y le devuelve la mirada.

Lee Taeyong es el hombre más apuesto que Ten ha visto en su vida. (Y eso es decir bastante, considerando la industria en la que trabajan). Y lo es aún más por las mañanas, sin una gota de maquillaje y después de haber dormido al menos seis horas seguidas, lo que no ocurre muy a menudo. Es ahí cuando su hyung deja caer las defensas y parece un niño pequeño emocionado y lleno de preguntas. Sus ojos no se ven tan fríos ni sus rasgos tan afilados, en realidad parece un cervatillo asustado, con las orbes abiertas de par en par y brillando infinitamente.

Parece como si el cervatillo estuviera a punto de ser golpeado por unos faros delanteros.

-¿El qué? -Contesta Taeyong con otra pregunta.

-Ya sabes, sostener la mano de alguien. -Le aclara en otro susurro. Duda que alguna vez pueda decir todo eso en voz alta. El pensamiento lo inunda de una tristeza que no había sentido hasta ahora pero que decide hacer a un lado en su cerebro. Ahora no es momento de analizarla.

-Mucho. -Dice Taeyong de la misma manera. -Sobre todo cuando no quieres dejarla ir. -Suspira. -Sobre todo cuando la luz del día incluye sus propias lupas para examinar todo lo que haces, y lo único que quieres es proteger a la persona a quien pertenece la otra mano.

-¿Crees que las lupas desaparezcan algún día?

-Tal vez. -Taeyong se encoge de hombros y frunce el ceño. -Tal vez para que eso pase tienes que salir del laboratorio y encontrar tu hogar en otra parte.

Ten sabe a lo que se refiere y está agradecido de que se encuentren en la misma página. El laboratorio es Seúl y su sociedad de las cavernas. El hogar… aún falta por descubrirlo.

-¿Qué hará falta para poder salir? -Se arriesga a preguntar.

Taeyong le dedica una mirada llena de algo que Ten no puede comprender. Y luego, se suaviza. Taeyong y su mirada y los dedos que aprisionaron fuertemente los suyos por dos segundos.

-Perder el miedo.

Ten asiente con la cabeza y en un movimiento furtivo abraza a su hyung por los hombros, y siente al otro dudar un momento para luego envolver los brazos alrededor de su cintura. Otra vez están juntos, muy juntos. Pegados. Con las extremidades entrelazadas de la misma manera en que estuvieron sus manos hace tan poco. Ten sube una pierna a la cintura del mayor en el mismo instante en que siente sus ojos llenarse de lágrimas. Pero no está seguro de la razón de ellas. Quizás es porque nunca van a poder salir del laboratorio, o tal vez porque se siente correspondido.

Se encuentra en un dilema cuando Taeyong toma sus piernas y las envuelve bien alrededor de su cintura. Todavía se están abrazando así que Ten no puede verlo a los ojos para descubrir qué pretende. Se sorprende cuando el mayor se pone de rodillas en la cama y luego baja, con él todavía a cuestas. Ten ve cómo su hyung los dirige hacia el cuarto de baño y una vez que entran están a punto resbalar, sólo detenidos por sus reflejos rápidos que lo hacen ponerse de pie en el último segundo y prevenir la caída.

Ten se ríe y luego su hyung lo imita. Se quedan abrazados y riéndose por un rato hasta que Taeyong lo aprieta por la cintura una vez más, fuerte, y le dice:

-Toma una ducha, Tennie. -Taeyong está hablando en su oído. Otro escalofrío lo recorre por la espalda. -Vamos a salir pronto.

Ten asiente con la cabeza y luego su mejilla recibe un beso del mayor. Es un beso al que no le quedan dudas y que le hace sonreír.

Taeyong se aleja y sale por la puerta.

-Entra. -Escucha que le dice. -Traeré ropa limpia para que te cambies.

Y así, la puerta del cuarto de baño se cierra y Ten se queda con una sonrisa estúpida en el rostro.





. . .







Escribir esto me pone muy triste. No sé por qué pensé que esto sería fluff.

En fin.

¡Feliz día de San Valentín atrasado!

Todavía tengo el cringe de los videos de los niños kdjzkzjsn

Y taeten. Independientemente de la razón detrás de sus outfits (y de sus mensajes) estoy convencida de que no fue una coincidencia. ¿Alguien más está conmigo?

¡Gracias por leer!

SUSURROS (taeten)Where stories live. Discover now