Infiltrado

26. Punto de no retorno

Voldemort se despertó en la sala de menesteres por un ruido a su lado. No le costó mucho saber que procedían de Harry. Sin duda estaba teniendo una pesadilla. Mientras intentaba despertarlo recordó como la noche anterior había tenido que rechazar muy a su pesar los avances de Harry, sin duda su fuerza de voluntad nunca se había puesto tan a prueba, y tampoco le habían importado ese tipo de cosas antes pero quería que la primera vez que lo hicieran fuera totalmente consciente de su verdadera identidad. Sabía que si se dejaba llevar, nunca le perdonaría. 

Voldemort vio como dos lágrimas se deslizaban por el rostro de Harry y empezó a llamarlo más insistentemente y cuando finalmente estaba preparando su varita para lanzar un aguamenti los ojos de Harry se abrieron de par en par. Sus ojos estaban vidriosos y antes de que pudiese decir nada, Harry se lanzó a su pecho, abrazándolo con fuerza. Aún no había dicho nada cuando la voz suave de Harry se alzó en la oscuridad en un susurro:

-No quiero morir.

-Solo ha sido una pesadilla, vuelve a dormir-instó Matt apretándolo entre sus brazos.

-Huye conmigo.

-¿Qué?-preguntó desconcertado.

-Huyamos a algún lado donde no me reconozcan, China o Japón están lo suficientemente lejos. Dejemos que Voldemort se quede con Gran bretaña y haga lo que quiera, simplemente vayámonos.

-Harry escúchame, no vas a morir, tampoco hace falta que huyas a ningún lado.

-Díselo a Voldemort, nunca absorberá sus horrocrux y por lo tanto nunca recuperará su supuesta cordura y...

-Ya lo está haciendo-susurró, haciendo que Harry se girara en sus brazos y lo mirara a los ojos- ¿confías en mí?-preguntó casi sin darse cuenta.

-Por supuesto-dijo Harry con firmeza.

-¿Me quieres?

-¿Es una pregunta trampa?-preguntó Harry cada vez más confundido.

-Contesta.

-Claro que si-dijo colocando besos por todo su cuello- ¿no crees que esto lo demuestre?-preguntó Harry abriéndose paso con sus manos por dentro de su camiseta.

-Harry para-dijo sacando sus manos, sujetándolas con las suyas.

Harry pareció desconcertado y dubitativo preguntó:

-¿Tu no...me quieres? Es por eso que no quieres...

-¡No! Claro que quiero-Matt lo interrumpió rápidamente- pero necesito decirte algo antes, quiero que confíes en mí aún cuando te lo enseñe y que no olvides que te quiero, que eres al único que he querido.

-¿Qué es?-preguntó reclinándose en la cama-me estás asustando.

Voldemort iluminó la habitación con un hechizo no verbal y cuando su vista consiguió adaptarse a la luz, se quitó el glamour que se había acostumbrado a llevar con un siseo, recuperando el aspecto que se asemejaría a los recuerdos que Harry llevaba viendo en el pensadero unos meses. 

Era irónico que estuviese nervioso por su reacción, cuando Harry siempre había estado nervioso ante su presencia. Hacia tiempo que no le recorría ese tipo de sensación, siempre era él quien solía tener las cosas bajo control. Conteniendo su respiración levantó la cabeza para ver a Harry a los ojos.

Harry había observado como el pelo de Matt creía, volviéndose ligeramente más largo así como rizado, cayendo algunos de sus rizos por su frente, sus rasgos faciales fueron ligeramente modificados, como si antes no estuviesen bien definidos, ahora eran rasgos muy marcados y sus ojos, que antes habían sido azules ahora eran de un rojo intenso.