6. Aprende tu lugar

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Voldemort había descubierto que Malfoy iba solo a la sala de los menesteres a una hora determinada prácticamente todos los días. 

Estuvo esperando "pacientemente" a que saliera para posteriormente noquearlo y meterlo en un aula que sabía que permanecía vacía a esas horas. Había sido tan fácil que le disgustaba, eso era todo lo que un mortifago joven era, una decepción.

-Rennervate- susurró trayendo de vuelta a Draco a la consciencia.

Draco pestañeó un par de veces antes de abrir finalmente sus ojos, cuando vio a Matt mirándole fijamente intentó coger su varita, descubriendo al instante que no podía porque tenía las manos atadas a la espalda. Matt lo miraba son una sonrisa siniestra que le hizo sobresaltarse. Su sentidos de autoconservación le decían que tenía que usar cualquier táctica para salir de allí. Con un rápido vistazo vio que seguía en el colegio, las paredes seguían siendo las mismas. Eso lo reconfortó, no era un secuestro como tal ni lo había atrapado la Orden.

-¿Quieres dinero?- preguntó Draco intentando ponerse de pie, no iba a dejar que estuvieran por encima de él.

-No, tengo todo lo que quiera y más- dijo Matt mirándolo fijamente.

-¿Qué quieres entonces?- preguntó altivo a pesar de estar en esa situación.

-A veces me extraña cómo los Malfoy intentáis agarraros a vuestro poder y digniddad inútilmente en las situaciones más inhóspitas- dijo en tono aburrido. 

-Eso es más de lo que tu nunca tendrás- dijo escupiendo a Matt.

-Crucio- dijo Matt con sus ojos llameantes.

Voldemort pudo ver la sorpresa en los ojos de Draco antes de que cayese al suelo con un golpe sordo, sus gritos se alzaron inmediatamente ensordecedores en la habitación. A Voldemort le daba igual, había silenciado el aula previamente. Mantuvo la maldición exactamente 30 segundos en los que la voz de Draco había alcanzado nuevos decibelios. Al finalizarla, yacía en el suelo, en posición fetal con los ojos cerrados, tembloroso, jadeando desesperadamente por aire. Se acercó a él a paso lento.

-Mírame- ordenó Matt pero no lo hizo- Mírame- dijo elevando el tono de voz.

Los ojos de Draco se abrieron alarmados con las pupilas dilatadas y horrorizadas. Intentó retroceder pero sus músculos adoloridos y sus manos atadas no se lo permitieron. 

Voldemort lo levantó fácilmente sujetándolo de la túnica y puso su cuerpo tembloroso contra la pared, mirándolo fijamente. Draco sabía que independientemente de la maldición en ese momento hubiese estado temblando igual, al menos tenía una escusa para la imagen patética que sabía que estaba dando.

Draco apreció como el aura de Matt se oscurecía y sintió cómo su magia se alzaba entre ellos, imponente y poderosa, no concebía como alguien de su edad podía poseer tanto poder. Los pelos se le erizaron en respuesta y sus ojos se agrandaron en pánico. Pudo sentir el instinto asesino que Matt emanaba.

-No me gustan los juegos cuando no los dirijo yo- dijo seriamente- Espero que no se te pase por la cabeza mirarme de menos a partir de ahora. Yo estoy por encima de ti en niveles que no podrías llegar a imaginar. Si me estorbas no dudaré en deshacerme de ti. Tu a quien llaman el príncipe de Slytherin no eres más que escoria como tu padre, que no se te suba a la cabeza-siseó.

Draco incapaz de decir nada únicamente asintió en respuesta y aun cuando desató sus manos fue incapaz de moverse. Estaba aturdido, pensando en la posibilidad de que Matt conociera a su padre o de que fuera un mortífago como él pero no se atrevió a preguntarle. 

Cuando Matt se alejó de él, no perdió el tiempo y aún con sus músculos agarrotados salió corriendo del aula, no iba a quedarse y fingir que no estaba muerto de miedo, no engañaría a nadie. Al ver como salía corriendo Voldemort recordó entonces porque había decidido no marcar a nadie con menos de 17 años, seguían siendo críos, fueran sangre pura, ricos o no, pero bien, no es que considerara a Draco como un seguidor, lo había hecho para castigar a su familia porque sabía que sus padres no lo deseaban y tan malditamente cobardes que eran que tampoco se opondrían. 

InfiltradoWhere stories live. Discover now