19. Efectos colaterales

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Una vez las puertas se cerraron a su espalda, Harry salió corriendo a toda velocidad  sin ningún rumbo fijo, sin escuchar los murmullos de la gente que lo veían, sin prestar atención a nada. Únicamente quería alejarse de la sala de los menesteres y de lo que había dentro pero las imágenes de lo sucedido lo perseguían allá donde fuera.

Su carrera fue detenida al girar una esquina, cayendo al suelo junto con otra persona y aunque quiso seguir corriendo, sus piernas no le respondían, estaba anclado al suelo. Sabía que la otra persona le estaba hablando pero era apenas un murmullo, intentó concentrarse en esa voz, sintiéndola cada vez más nítida pero aún así desenfocada, levantó la cabeza para terminar de enfocarlo todo y vio de rodillas a Matt justo enfrente suya.

-Ven conmigo-dijo Matt levantándolo y arrastrándolo tras de sí.

Harry estaba demasiado cansado como para analizar la forma en la que Matt lo estaba mirando. En ese momento, no le importó a donde le estuviera llevando ni lo que quisiera o lo que pensaran los demás, simplemente se dejó llevar.

Avanzaron a trompicones por los pasos inestables de Harry hasta el baño de Myrtle. Voldemort había dudado si llevarlo o no allí por la fantasma que solía habitar el baño, había comprobado de sobra lo escandalosa e impertinente que podía llegar a ser, pero era el baño más cercano que había desde donde se encontraban y sin duda el menos concurrido. En cuanto lo había visto supo que estaba aturdido y que había llorado (los ojos rojos eran prueba de ello), apenas le contestaba, pero por suerte la sangre que empañaba las manos de Harry al igual que la de su ropa no parecían ser suyas.

Voldemort se asomó primero al baño sin soltar a Harry del todo y comprobó que efectivamente no había nadie, tampoco parecía que estuviese Myrtle a simple vista. Metió a Harry en el baño y lo miro fijamente.

-Harry, ¿si te suelto vas a caerte?-preguntó dubitativo sin saber muy bien que hacer, el aludido negó con la cabeza.

Lo soltó y Harry se tambaleó un poco pero no se cayó.

-¿Por qué tienes sangre en las manos y en tu ropa?

Harry pareció reaccionar en ese momento y se miró las manos con horror, sus manos empezaron a temblar y salió corriendo a un habitáculo donde vomitó. Cuando terminó se dirigió al lavamanos donde empezó a frotar sus manos rápidamente en un intento frenético para librarse de la sangre, las lágrimas habían vuelto a sus ojos. Estaba más pálido que antes si es que era posible. 

Voldemort lo observó todo de cerca y con un movimiento de su varita se deshizo tanto de la sangre de sus manos como de su ropa pero Harry seguía frotando sin importarle, como si todavía viese la sangre. 

Harry notó como alguien le sujetaba las manos y le hacía girarse.

-¿Qué ha pasado Harry?-preguntó Matt levantando su barbilla con una mano para que le mirara.

-Ne-necesito a Hermione-dijo Harry con voz ronca.

-Está bien, vamos.

Matt cogió a Harry de la mano y se lo llevó hacia la biblioteca. Había estado haciendo un trabajo grupal de encantamientos con Hermione, por lo que esperaba que siguiese allí. 

Los otros alumnos los miraban, algunos murmuraban que se habían reconciliado, otros que habían peleado y los rumores empezaron nuevamente a correr como la pólvora. Miró a Harry quien seguía sumido en sus pensamientos mirando al suelo. Había abierto el vínculo que lo conectaba con él en el baño y lo único que había percibido eran dosis fuertes de dolor y desesperación que rayaban el pánico. Voldemort no sabía que pensar ni hacer con esa información. Lo único que había dicho era que necesitaba a Hermione y si era lo que necesitaba para salir de ese estado lo tendría.

InfiltradoWhere stories live. Discover now