Capítulo XXXVI. Almuerzo con un invitado

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Ya había transcurrido un mes desde que Éster se marchó y las cosas comenzaron a mejorar para el pequeño Adrián

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Ya había transcurrido un mes desde que Éster se marchó y las cosas comenzaron a mejorar para el pequeño Adrián. Compartía habitación con Dylan y era algo que le fascina. Todas las noches Adrián se mete en la cama de Dylan para jugar un rato con la tablet que Roger le regaló.

Evan y Roger han estado más tranquilos ya que la relación entre los menores mejoraba con el paso de los días, incluso podría decirse que se han vuelto inseparables.

Ellos sabían qué lo único que falta es llevar a Adrián frente a un abogado para que esté escuché desde la boca del niño que él quiere y va a ser parte de la familia Nolan; aunque no a de costar mucho, el menor ya a empezado a tomarles cariño a los dos hombres mayores que son ahora sus padres.

- ¡Dylan, Adrián! ¿están haciendo su tarea? -pregunto Roger desde la cocina, ya que como es sábado a él le toca preparar el almuerzo.

- ¡Si papá! -respondieron los dos al unisonó desde su habitación.

Roger siguió picando y sazonando la carne. Tenía planeado hacer una carne asada con algunos vegetales asados también; ya tenía casi todo listo solo faltaba que su amado esposo encendiera la parrilla al carbón.

Evan y Asbel se encontraban en el jardín intentando encender el carbón.

- ¡Mierda! -maldijo Evan-, no entiendo porque tú padre quería una parrilla así, cuando perfectamente podíamos comprar una a gas.

- Papá recuerda que a él le gustan ese tipo de cosas; le recuerdan a su infancia -dijo el castaño recordándole el punto de vista de su esposo.

- Si lo sé pero no sé cómo prender está mierda, siempre es complicado obtener una pequeña brasa.

Asbel saco su celular y se puso a investigar. A los pocos minutos Asbel tenían una pequeña pirámide de carbón formada, entonces tomo tres servilletas y las remojo en aceite, las colocó en el centro de la pirámide y con un cerillo le encendió fuego. El papel empezaba a quemarse entonces este le pidió a su padre que le pasará el ocote.

Cuando el ocote empezó a quemarse también Asbel tapó la pirámide con un trozo de carbón. Entonces tomo el soplador y con movimientos suaves empezaba avivar el fuego.

A los pocos minutos las brasas ya estaban lo suficientemente encendidas como para que Roger empieza a poner la comida.

- Dile a papá que venga a poner la comida -indico Asbel.

Evan salió corriendo para la casa.

- ¡Amor!, Asbel ya prendió las brasas ¿tienes todo listo? -pregunto entrando a la cocina.

Evan lo primero que vió fueron bandejas con los trozos de carne ya sazonados, los vegetales bañados en aceite de oliva extra virgen con un poco de sal y pimienta. Se sorprendió ya que todo estaba listo, entonces se enfocó en el hombre detrás del mesón. Su esposo tenía una copa de vino tinto en sus manos, llevaba cinco minutos esperando que ellos prendieran las brasas.

Lo Que Nunca Me Dijiste©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora