Asbel Ross era el típico chico deportistas que todos amaban, querían y hasta incluso temían. Pero él no era feliz del todo, solo su mejor amigo sabía que su orientación sexual era distinta a la de los demás chicos de la secundaria.
Tenía secretos có...
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El viento helado se hacía presente en el salón de clases, todos venían vestidos con abrigos, guantes para el frío y alguna que otra chica orejeras con forma de gato. Todos escribían en sus cuadernos y libretas, anotaban minuciosamente todo lo que decía el docente hasta el chico popular y deportista de Asbel Ross.
Todos en la secundaria sabían quien era él, ya que juega cómo capitán del equipo de fútbol americano, pero no solo por ser el capitán lo conocían, habían rumores, rumores fuertes sobre él y de su forma de vida fuera de la secundaria.
Algunos creen que él es un "dealer" ósea alguien que reparte drogas, pero otros como su mejor amigo Elías White sabían que eso era falso y solo lo hacían para dejar y darle una mala reputación al pobre de Asbel. Aunque esos rumores no estaban muy lejos de la verdad; de parte de Asbel no era el tema de las drogas, pero si la de su padrastro.
Ese hombre era la viva imagen del pecado y del diablo reencarnado. Solo por qué no vestía de rojo y tuviera cuerno, de lo contrario no sería el mismísimo Satanás.
Asbel a tenido que estar con él desde que su padre los dejo a él y a su madre por otra mujer más joven y zorra, eso a sido una lucha constante en su mete ya que piensa que por culpa suya los dejo su padre, aunque él a estas alturas ya supiera toda la verdad, el seguía creyendo firmemente que fue por su culpa.
Las clases transcurrían y todos iban de un lado a otro inclusive Asbel iba y venía de un lugar a otro. Eran las tres de la tarde y el equipo de fútbol tenía entrenamiento, todo los chicos que pertenecían tenían que quedarse si o sí ya que serial las pruebas para ver quiénes estarán dentro y quiénes no, pero con el frío que había no todo el equipo tenía las ganas o motivación para salir y hacer las pruebas.
Asbel cómo capitán del año pasado no tenía opción, se vistió con su equipo y salió al campo a entrenar con su mejor amigo Elías.
- ¿Has visto a alguien en estos días? -pregunta Asbel pasándole el balón a Elías.
- Esa pregunta debería hacértela yo -dice devolviendo el pasé y Asbel lo atrapa en el aire.
- Tú bien sabes que no -responde cabizbajo.
- Oh viejo, no creo qué conseguir un chico para ti sea tan difícil.
- Todos aquí saben de mi vida y piensas que conseguiré algún chico -dice ironizando pasmado el balón con algo de fuerza-, además solo tú sabes de mi orientación.
- No eres el único gay de la secundaria -afirma pasando el balón.
- Espera, ¿como sabes eso? -pregunta confundido.
- Se le llama hablar con la gente -responde algo que Asbel no hace muy seguido con sus compañeros de salón.
- Sabes que no me agradan esas personas -dice con mal humor lanzando con más fuerza el balón-, y dudo que un chico de aquí me guste -Elías le lanza una mirada de odio a su amigo ya que el balón cayó más lejos de lo que esperaba.
