Asbel Ross era el típico chico deportistas que todos amaban, querían y hasta incluso temían. Pero él no era feliz del todo, solo su mejor amigo sabía que su orientación sexual era distinta a la de los demás chicos de la secundaria.
Tenía secretos có...
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Asbel se vistió con su estilo de siempre y salió de su habitación, bajo por las escaleras y se encuentro a los tres esperándolo en la sala de estar.
- Qué guapo te ves -dijo Evan halagando a su hijo-, se nota que tienes buenos genes -rió.
- Bien será mejor irnos -indico el castaño-, no queremos llegar tarde a la fundación.
Los cuatro salieron de la casa y se subieron a la camioneta de Evan.
Comenzaron su camino hacía el centro comercial. Asbel tenía la cabeza viendo hacía la ventana, estaba feliz por estar con su padre, pero la consciencia le remordia por su hermanito menor Adrián.
Temía que si el no estaba para cuidarlo, ese niño se convertiría como ellos, alguien cruel y conservador. Tenía que buscar una forma de recuperarlo y salvarlo de esos mounstros.
Por un segundo vio hacía el frente y noto que su padre no tenía las dos.manos sobre el volante, así que con la mirada siguió en brazo fuera del volante y se conmovió por lo que vió. Su padre estaba tomado de la mano de su esposo, tenían los dedos entrelazados y sus codos apoyados y en (). Se sintió feliz y triste a la vez, sabía que su padre era feliz junto al hombre que amaba aunque eso implicará que su madre hiciera lo que hizo.
El sabía que su padre estaba afuera en el mundo, pero se preguntaba ¿si el lo extrañaba? o ¿si al menos pensaba en él?. Bueno pues la respuesta a esas preguntas ya fueron respondidas.
Pero por otro lado está el asunto que lo agobia, verlos a ellos así de feliz y enamorados hace que se pregunté ¿Algún día me tocará a mi? ¿Existirá alguien que me haga sentir que soy todo para él?.
Siempre se lo preguntaba a si mismo todas las noches antes de acostarse, cuando miraba a las parejas en la secundaria, hasta incluso en la películas lo vea y siempre se preguntaba lo mismo. ¿Algún día me tocará a mí?.
Después volvió a ver hacía la ventana y se quedó así por un largo tiempo hasta que llegaron al centro comercial.
Evan se estacionó y se bajaron del auto.
- Dylan ya, hablo en serio toma mi mano o camina cerca de mí -le repitió Evan algo molesto con el menor.
- No papá ya soy grande no necesito tomar tu mano -hizo un puchero el menor.
Asbel se río ya que el pequeño Dyll le recordaba a su hermanito Adrián, son tan idénticos en sus actitudes que de seguro se llevarían bien si se conocieran.
- Dylan puede venir conmigo, yo lo vigilaré -dijo Asbel interfiriendo en su pequeña disputa.
El menor se emocionó y asintió feliz, corrió hacía él mayor y lo abrazó; para ser tan solo un niño de nueve años tiene fuerza, Asbel lo abrazó y lo vió al rostro.
- Qué dices Dylan, ¿tiempo de hermanos? -lo vio a los ojos y noto que también eran muy azules, ambos habían heredado eso de su padre; después lo observó detalladamente y noto que tenía varios parecidos con Evan y otros varios de Roger.
