Asbel Ross era el típico chico deportistas que todos amaban, querían y hasta incluso temían. Pero él no era feliz del todo, solo su mejor amigo sabía que su orientación sexual era distinta a la de los demás chicos de la secundaria.
Tenía secretos có...
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— Cariño hasta que apareces —dice dándole un beso en la mejilla a Asbel, Luke se incómoda un poco y no sabe porqué—, oh y viniste con el chico de la vez pasada —dice guiñándole el ojo a Luke.
— No nada que ver —responde incómodo Asbel.
— ¡Darcy Rey! un gusto —extiende su mano.
— ¡Luke Nazar! —se presenta estrechando la mano de la mujer amiga de Asbel.
— Vaya bonito nombre —menciona ella—, sacaste la lotería amigo —dice esta vez Darcy para Asbel, el rubio solo arqueó una ceja confundido.
— ¡Darcy! —recrimina Asbel molestó y apenado—, ¡no deberías estar entregando y atendiendo a los clientes! —inquiete Asbel haciéndole gestos para que se marchara.
Darcy se levanta y sigue haciendo su trabajo.
— Discúlpala es algo especial —así describía de forma sutil y bonita la locura de la chica.
— ¿Que quiso decir que te sacaste la lotería? —pregunta Luke mirando detenidamente al castaño.
— Ya te dije, es especial, a veces a mí me cuesta entenderla —se excusa esperando que se lo crea.
Así quedaron y no volvieron a hablarse, aunque de su silencio nacía un momento, un momento de miradas el rubio lo miraba y cuando el castaño sentía su miraba, el lo miraba. Después de unos minutos rompen el silencio.
— ¿Entonces que pedirás? —preguntaba el rubio mientras dejaba el menú sobre la mesa.
— Creó que una malteada y papas fritas —contesto Asbel después de quejarse por él dolor en su antebrazo.
— ¿Estás bien? —se interesa el rubio.
— ¡Si, si, no te preocupes! —responde alterado—, ¿y que pedirás tú? —pregunta para cambiar de tema.
— Creo que lo mismo aunque también con una hamburguesa.
Asbel no presta atención ya que estaba buscando su billetera, pero al buscar en los bolsillos del pantalón y en los bolsillos de su cazadora se da cuenta que la dejo en su casa; después siente un líquido recorrer en su abdomen y su antebrazo, baja la miraba y observa como su playera comienza a tornarse roja.
— ¡Maldición! —dice en voz alta para si, pero también ganando la atención del rubio.
— ¿Que pasa? —se ánimo en preguntar.
— Dejé mi billetera en casa —se excusa para poder irse aunque el motivo sea otro; se levanta de la mesa aunque ya era muy tarde ya que mano estaba manchada de sangre por la herida de su brazo.
Este nota la miraba asustada y preocupada del rubio así que no lo piensa mucho y sale de la cafetería sin dar chance a que Luke hiciera alguna mención respecto al tema.
Luke se quedó sentado sin saber que hacer, pero en un impulso, una descarga de interés y preocupación nació en el, así sin más preámbulo salió de la cafetería para ir por Asbel.
— ¡Asbel espera! —gritó al ver al castaño correr.
Luke empezó a correr para alcanzarlo, Asbel corría demasiado rápido y Luke pensó que no lo alcanzaría, pero fue cuando notó al castaño disminuir la velocidad y comenzaba a tambalearse; ahí fue cuando el rubio corrió más y lo atrapó entre sus brazos para evitar que esté se callera en la nieve.
Luke vio la mancha de sangre sobre su playera y no pudo evitar levantarla para ver la zona afectada, lo hizo y se quedó estático al ver el abdomen plano y marcado del castaño, se relamió el labio inferior y trató de no verlo. Se dispuso a levantarlo y llevarlo a un lugar donde no dejara rojo ya que solo estuvo unos cuantos minutos en la nieve y el color blanco característico de este se tornó en un rojo pálido.
Le sorprendió que Asbel no objetara por su cercanía y entonces levantó el rostro para encontrar los ojos del castaño cerrados, quedo inconsciente, así que no tuvo otra opción que llamar a su amiga y pedirle que venga a ayudarlo.
Saco su celular y marcó el número de “Lucybell Adams”.
— Hasta que me llamas Luki —ese era el sobre apodo que usaba ella con él.
— ¡Necesito tu ayuda!, ¡ven rápido! —exclamo el rubio algo alterado al ver el estado del chico sobre la nieve.
Colgó la llamada y guardo su celular en el bolsillo delantero de su pantalón, estando en shock veía como gotas de sangre caía al suelo, como líneas de sangre salían de la manga de su cazadora yendo directo a su mano.
— Estarás bien, te llevaré a un lugar seguro —susurra en el oído de Asbel, quién responde con un gruñido cual animal salvaje.
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Lo siento si el capítulo está muy corto, estoy enfermo y me mente no da más.
