¡La técnica que resucita a los muertos!

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Lo que Bai Chong sentía hacia estás dos personas podría ser resumido simplemente en una palabra: Odio. Si, no era ninguna sorpresa, él los odiaba desde el fondo de su corazón.

Sabía que lo que Bai Yuxia había dicho era verdad, ante los ojos de su maestro, él no era diferente a un perro que no estaba capacitado ni para lamerle las botas. Aunque se sentia reacio a admitirlo, en su interior, sabía que era cierto.

Si Bai Hui Shen era el brazo derecho de su eminencia el Gran Senior Jin, entonces, esta Bai Yuxia antes que él, era el brazo izquierdo.

La familia Bai siempre se especializó en la fabricación de fármacos, ya sean venenosos o curativos, eran la red médica más grande del continente. En el exterior, se podría decir que Bai Chong era la cabeza de la familia, pero la realidad era muy diferente. Él solo era la imagen que servía como un escudo para engañar a las personas, la verdadera maestra de la familia Bai, no era otra persona más que Bai Yuxia.

Era cierto que está niña de tan solo 18 años de edad era extremadamente talentosa en el campo de la medicina y su cultivo era aún más sorprendente, logró llegar a la cuarta etapa de Santo Oscuro a una edad muy temprana y estaba a puertas de volver a abrirse paso, esta vez a la quinta etapa de Santo Oscuro.

Pero, todo talento viene de la mano con la arrogancia. Bai Yuxia solo sería dócil frente al maestro o a su hermano menor, Bai Yuqing (el joven de la túnica azúl) pero con otras personas, sería correcto decir que simplemente era insoportable.

Su hermano menor, Bai Yuqing, siempre usaba la identidad de su hermana para intimidar a otros, este niño no le tenía miedo a nadie ni a nada, la única excepción era su hermana y el gran maestro. Bai Chong se sentía enfermo cada vez que tenía que tratar con ellos, aunque era mucho más fuerte que ambos, se vió obligado a bajar la cabeza ante los dos. Esto fue claramente porque no quería provocar la ira del Gran Senior Jin.

Sin embargo. Bai Chong no pudo evitar suspirar y lamentarse.

El sabía perfectamente que aunque Bai Yuxia era sobresaliente, no podía compararse com Bai Feng, su 'nieta', la niña que escapó de sus manos hace más de un año. Debido a las órdenes del Gran Senior Jin, tuvo que encerrarla en la casa de bambú durante todos esos años, la obligó a aprender los principios básicos de un asesino y la indujo a convertirse en una maestra del veneno.

Comparada con Bai Feng, Bai Yuxia no era nada. Incluso si su 'nieta' no era una cultivadora, solo su talento y el interés que el Gran Senior Jin mostraba por ella, eran suficientes como para arrojar fango en la cara de Bai Yuxia.

Pensando en esto, Bai Chong se regocijó en secreto.

No muy lejos, Bai Yuqing vió que el anciano no tenía planeado levantar la cabeza para enfrentarse a su hermana y se sintió frustrado.

"Hermana mayor, mejor olvídate de este anciano y terminemos con la tarea que el maestro nos encomendó"

Bai Yuxia sonrió levemente, movió su delgada cintura y caminó hacia el centro de la plaza, ignorando por completo a Bai Chong.

A lo largo del camino, todos los cuerpos vivientes y los muñecos de barro se separaron para abrirle paso, este era su instinto natural, respetar a los maestros que eran más fuertes que ellos.

Los delgados labios de Bai Yuxia se curvaron en un arco tentador, agitó su mano en el aire y dijo en voz alta, "¡Traigan a los prisioneros, esta ciudad requiere de más guardias para vigilar los alrededores!"

Unos segundos después, desde la entrada, dos Ni Kuilei que parecían medir de entre 1.9 a 2.0 metros de altura, trajeron a una larga fila de personas, todas vestidas con harapos y con las extremidades encadenadas.

Bai Yuqing se adelantó, su larga túnica de brocado azul se movió con el viento, en un parpadeo ya había aparecido frente a la primera persona. Usó sus brazos para tirar de las cadenas y arrastró al prisionero hasta el centro de la plaza.

El joven parecía tener de entre 15 a 16 años de edad, estaba flaco y su piel se había vuelto amarilla, levantó la cabeza y observó con horror a Bai Yuxia.

Bai Yuxia le dedicó una pequeña sonrisa dulce, pero sus ojos solo mostraron desprecio hacia la otra persona, como si esa vida no valiera nada para ella. Sus esbeltas manos de jade se levantaron una segunda vez, en esta ocasión, sus delicados dedos se movieron en patrones extraños y una fuerte energía espiritual comenzó a emeger desde su palma.

Nadie pudo ver con claridad lo que sucedió, pero al siguiente segundo, solo se pudo escuchar el grito de angustia del joven, antes de que el fétido hedor a sangre impregnara el aire.

Ante la vista de todos, el cuerpo del muchacho cayó al suelo. Su pecho estaba abierto de par en par, mostrando sus costillas y otros órganos que estaban al descubierto. Pero lo único que faltaba en esa sangrienta escena, fue el corazón que misteriosamente había desaparecido de su pecho.

El rostro de los prisioneros que presenciaron esto se volvió pálido casi al instante, no importaba lo mucho que lo negaran, este era el destino que cada uno de ellos experimentaría en unos cuantos minutos.

Bai Yuxia se limpió las manos con un delicado pañuelo de seda y se giró para observar a Bai Yuqing.

Bai Yuqing entendió el mensaje y con una brillante sonrisa en su atractivo rostro, se acercó al cadáver. Una vez ahí, sacó una traslúcida flauta de una de sus mangas, se la llevó a los labios y comenzó a entonar una hermosa melodía.

Las notas que salían una tras otra del instrumento eran claras y nítidas al oido, casi como escuchar cuando las gotas de lluvia caían en la superficie de un charco de agua. Cada sonido era bello y exquisito, como si aquella canción no estuviera destinada a estar en el mundo mortal.

Un par de minutos después, el cadáver que antes yacía inerte en el piso, de repente se levantó.

Señorita Prodigiosa: La Leyenda Del Doctor DivinoWhere stories live. Discover now