¿Eres una bestia divina o un perro?

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El hermoso hombre de cabello castaño y ojos rosados estaba arrodillado frente a Bai Feng mientras que sus hermosas lágrimas parecidas a perlas caían por sus ojos. Usaba una extraña túnica rosada que mostraba gran parte de su torso desnudo, su firme pecho y sus bien formados abdominales se podían ver muy claramente. Si una mujer viera a este candente hombre mientras lloraba y mostraba una lamentable expresión de esposa intimidada, definitivamente lo devoraría.

Pero claro que Bai Feng no era como cualquier mujer, al ver a un hombre llorando frente a ella, lo único que sentía era disgusto "¿Eres una bestia divina o un perro? ¿Porque sigues arrodillado ahí? ¡Pórtate como hombre y deja de llorar!"

Sus crueles palabras atravesaron el corazón de Wang Hua, el cual puso una cara aun más lastimosamente mientras decía "Maestra~ es usted tan cruel... Usted no me quiere..."

Al ver la extraña escena frente a él, Mu Jin Yue no sabía si reír o llorar, este era el mal hábito del cual temía, Mu Jin Yue sabía que Wang Hua era la bestia con más ansias de conocer al maestro, normalmente era un pavo real muy orgulloso, pero ante su dueño no era diferente a un perrito pidiendo mimos.

"Esto..." Justo cuando Mu Jin Yue estaba por interrumpir, Wang Hua se paró y de la nada sacó una enorme espada de doble filo y se la entregó a Bai Feng mientras decía.

"Ya que la maestra no me necesita... ¡Por favor, acabe con mi vida!"

Wang Hua volvió a arrodillarse frente a Bai Feng mientras agarraba la punta de la espada y apuntaba a su propio cuello.

"¡¿Q-Q-Que demonios estás haciendo Wang Hua?!" Mu Jin Yue gritó  mientras tiraba de la manga de Wang Hua.

"... ¿Dragón dorado?... ¿Eres tu?" Wang Hua miró con asombro a Mu Jin Yue, honestamente se quedó sin palabras ¿Este pequeño niño es ese enorme y magestuoso dragón? ¿Por qué es tan... pequeño?

"Si, soy yo ¿Tienes algún problema?" Mu Jin Yue miró fríamente a Wang Hua, claro que sabía lo que estaba pensando en este momento ¿Qué tiene de malo ser pequeño? ¡Hump! "De todos modos ¡¿Qué crees que haces?!"

"Poniéndole fin a mi patética existencia" Wang Hua miró directamente a Bai Feng mientras decía "maestra... Ya que este sirviente le es inútil ¡Por favor máteme!"

"...¿Eh?" Bai Feng observó la espada en su mano, cuya punta apuntaba directamente al cuello de Wang Hua, quien continuaba arrodillado.

"¿Estas loco? ¡Si quieres morir, pídele a otra persona que te mate!" Bai Feng miró con frialdad a Wang Hua ¿Qué le pasa a ese sujeto?

Los ojos llorosos de Wang Hua se iluminaron de repente.

"La maestra... ¿Me ha perdonado?"

Bai Feng miró al hombre arrodillado frente a ella, pero justo cuando estaba apunto de volver a regañarlo, un extraño sonido resonó en la habitación.

Gurggggg.... (Sonido del estómago)

De repente todas las miradas se posaron sobre Bai Feng, quien tenía una mano apoyada en su estómago mientras que su cara, aunque estaba escondida bajo la máscara tenía un tenue color rojo.

Mu Jin Yue miró la avergonzada apariencia de su maestra pero justo cuando estaba apunto de hablar, fue interrumpido por Wang Hua.

"Maestra ¿Quiere que le prepare algo de comer?" Una tímida sonrisa se formó en los coquetos labios de Wang Hua, sus mejillas estaban coloradas mientras trataba de mirar a Bai Feng.

"...¿Tu... Sabes cocinar?" La voz de Bai Feng era algo dudosa.

"Si la maestra me lo pide ¡Puedo preparar el mejor banquete!" En la cara de Wang Hua ya no había lágrimas ni mocos, su apuesto rostro mostraba una tímida sonrisa.

"... Bueno... ¿Me puedes preparar algo?" Bai Feng no era una persona acostumbrada a pedir favores. Aunque mayormente no necesitaba comer, ella había pasado dos meses cultivando sin probar un solo bocadillos, estaba muerta de hambre.

"¡No sé preocupe maestra, confíe en mi!" Wang Hua dijo eso y salió corriendo de la habitación directo a la cocina.

"... Maestra... No le heche más leña al fuego..." Mu Jin Yue miró impotente a su maestra.

.........

Una hora después....

Wang Hua llevó a Bai Feng a un enorme comedor, la mesa estaba repleta de todo tipo de manjares y los que se veían más deliciosos eran los postres.

Al ver la comida, Bai Feng trago saliva para evitar babear.

"¿Es del agrado de la maestra?" Preguntó Wang Hua quien llevaba un adorable delantal amarillo mientras traía el resto de la comida.

"... No eres tan inútil como aparentas..." Bai Feng se sentó en la silla mientras se servía la comida.

"... Ahhh~ eso es un alivio" Wang Hua mostrado una sonrisa deslumbrante.

"... Idiota... No te das cuenta de que acaban de insultarte" Bufó Mu Jin Yue quien también se sentó en una de las sillas.

Bai Feng los ignoró a las dos y se metió un bocadillo a la boca.

¡Está delicioso!

¡Estas comidas fueron hechas por manos milagrosas!

Bai Feng se sentía muy feliz mientras comía, en poco tiempo devoró tres platos de guiso, dos platos de sopa y cuatro razones de pastelillos.

Mu Jin Yue tenía una mirada estupefacta ¿Cómo puede la maestra comer tanto?

Pero a diferencia de Mu Jin Yue, Wang Hua no podía estar más feliz, las otras cuatro bestias siempre se burlaban de él por sus hábitos de ama de casa ¡Por fin alguien disfrutaba de su comida! Pero de pronto un rastro de sorpresa brilló en sus ojos, se levantó de su asiento y caminó hacia Bai Feng, sacó un pequeño pañuelo blanco y limpio la boca de Bai Feng.

"Maestra, tiene algo de migajas en los labios" Su embriagadora sonrisa era capaz de destruir países.

"... Si, gracias..." Claro que Bai Feng no planeaba enojarse más con él, después de todo ¿Donde más se encontraría otro hombre con estas habilidades culinarias? ¡No tenía corazón para enojarse con él!

La hermosa escena íntima llena de un aura floral que rodeaba a las personas vestidas de rojo y rosa, hizo que el pobre de Mu Jin Yue rodará los ojos.

¡Estaba más que claro!

¡Wang Hua acababa de sobornar a la maestra con comida!

Señorita Prodigiosa: La Leyenda Del Doctor DivinoWhere stories live. Discover now