¡¿El matrimonio de Wei Wei?!

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Mientras Bai Feng disfrutaba de una elegante comida en compañía del emperador del infierno. En la mansión Xue se era un completo caos. Los guardias se enfrentaban a los 'invitados' no deseados que vinieron sin previo aviso.

El abuelo Xue tenía la frente bañada en sudor mientras escondía a Wei Wei detrás de su espalda. Parado frente a él, estaba un hombre de mediana edad que llevaba una elegante túnica púrpura con bordados de oro, tenía el cabello oscuro y afilados ojos de fénix, su fría expresión demostraba claramente que estaba muy molesto.

"¡He venido en nombre de mi padre a reclamar a la futura esposa de mi hijo!" Rugió el hombre de la túnica púrpura.

"¡Tonterías! ¡No te atrevas a ponerle un dedo encima a mi nieta!" Aunque era muy raro ver al abuelo Xue enojado, el comentario del hombre de púrpura le hizo hervir la sangre.

"¡Nuestro abuelo tiene razón! ¡Si le tocas un solo cabello a mi hermana, juro que te mataré!" El rostro de Tian Ming estaba tan rojo que parecía estar apunto de hechar humo por la orejas.

Detrás de Tian Ming estaban los gemelos Ming Yue y Ling Yue. Ambos habían estado en silencio hasta ahora, pero se podía ver la innegable sed de sangre dentro de sus bellos ojos oscuros.

"¡Hump! ¡Fueron ustedes los que empezaron está disputa con mi familia Hai, ahora deben pagar las consecuencias. Si no quieren declararle la guerra a la familia Hai les sugiero entregar a la menor de sus hijas para el matrimonio de mi hijo, solo una unión matrimonial puede apaciguar nuestra ira! Yo, Hai Kang, tomaré represalias contra los miembros de la familia Xue" Las palabras del hombre de púrpura eran arrogantes mientras miraba con desprecio al abuelo Xue.

"¡Sigues soñando! ¡Incluso si tengo que enfrentarme a tu familia Hai, nunca sacrificaré a mi nieta!"

La presión en el aire era tan aguda como el filo de una espada. Las personas que presenciaron esto, no pudieron evitar tomar un soplo de aire frío ¡Las dos familias más importantes de la capital se estaban enfrentando!

Era extraño, ya que hace apenas dos horas atras todas la cosas parecían transcurrir con normalidad. Pero inesperadamente decenas de soldados de la familia Hai, una de las familias más importantes de la capital, llegaron a las puertas de la mansión Xue. Aunque la familia Hai no era tan influyente como la familia Xue, aún tenían un gran número de cultivadores experimentados a los que era aconsejable no provocar. Hai Kang, el actual jefe de la familia Hai, comenzó a reclamar a una hija de la familia Xue para que sea la esposa de su hijo... Sin ninguna lógica aparente.

"¡Date prisa! ¡Si no entregas a tu nieta haré que mis hombres conviertan tu mansión en un mar de sangre!" Rugió Hai Kang.

"¡Cabron...!" Tian Ming estaba tan indignado que sacó su espada listo para arrojarse sobre Hai Kang, cuando fue detenido por el abuelo Xue.

"Si quieres tener una disputa con nuestra familia, primero debes contarle tus asuntos a nuestro maestro" Aunque las palabras del abuelo Xue eran calmadas, la frialdad dentro de ellas era suficiente como para provocar un horrible escalofrío.

"¿Maestro...? ¿De que estás hablando?" La palabras del abuelo Xue confundieron enormemente a Hai Kang quien abrió los ojos con sorpresa. Él sabía muy bien que el anciano parado frente a él no estaba dispuesto a dejarle tal cargo a ninguno de sus nietos.

¿No era este viejo pedo el maestro de la familia Xue?

¿... Será que ahora hay alguien más?

"Mi familia Xue ahora está en manos de nuestro joven maestro y no podemos tomar ninguna decisión sin su permiso" dijo el abuelo Xue.

"¡Entonces llama a tu maestro frente a mí!" Gritó Hai Kang.

"El maestro tiene asuntos más importantes como para perder el tiempo con un bastardo como tú ¡Piérdete!" Dijo Tian Ming con palabras tan venenosas como una serpiente.

"¡Mocoso...!" Al escuchar las palabras de Tian Ming, Hai Kang se llenó de ira hasta el borde. Si no fuera por las defensas de la familia Xue y la necesidad de mantener una buena cara ¡Ya habría matado a ese mocoso insolente!

"¡Suficiente! ¡Te doy tres días! ¡Si no has tomado una decisión hasta entonces... Seremos enemigos jurados!  ¡Vámonos!" Hai Kang soltó esas palabras antes de ordenarle a sus hombres que se retiraran. Después de unos minutos el lugar se sumió en el silencio.

"¡Waaaaa~ Yo no quiero casarme con el hijo de ese bastado!" Lloró Wei Wei.

"No te preocupes, ya pensaremos en algo ¡Ahora tenemos que comunicarnos con el maestro!" Dijo el abuelo Xue mientras trataba de consolar a su nieta.

¿Quién diría que las cosas terminarían así?

Maestro, ¿en donde está?

........

'¡Achu!' (estornudo)

"... Parece que otra vez están hablando de mí" dijo Bai Feng mientras se frotaba la nariz.

"... ¿Creés en ese tipo de cosas?" Preguntó Wangzi Hei.

"¿Huh? Siempre he creído en ese tipos de cosas..."

"Ya veo"

"..."

"..."

"..."

"..."

La habitación de pronto se volvió a sumir en un incómodo silencio.

El silencio perduró hasta que Bai Feng habló.

"... Wangzi Hei, desde hace un largo rato he querido preguntarte esto... ¿Cómo acabaste en el bosque Ting?"

"Traición" Respondió Wangzi Hei con un tono indiferente.

"¿Cómo que traición?"

"Sirviente"

"... ¿Tu sirviente?"

"Si"

"..."

¿Por qué resultan tan difícil tener una conversación normal con este hombre?

... ¡Espera!

¿Dijo que su sirviente lo traicionó?

Bai Feng levantó ligeramente la cabeza y fijó su mirada en los diabólicos ojos bicolor de Wangzi Hei.

"¿Por qué te traicionó?"

"Dinero" Respondió Wangzi Hei.

"... ¿Y que le pasó al sirviente?"

"Decapitado"

"..."

.... Otra vez....

Al oír las vagas respuestas del hombre, Bai Feng agachó la cabeza abatida.

¡Esta es la peor conversación de su vida!

Aunque el hombre frente a ella no está nada mal... Él todavía tiene un lado soportable.

"Wangzi Hei ¿Puedo hacerte una última petición?"

"... ¿Qué es?"

"¿Puedo ordenar otra ronda de pasteles de Castella?"

"..."

Esta vez Wangzi Hei en verdad se quedó sin palabras...

"... Claro, ordena todo lo que quieras" Wangzi Hei dió una vaga respuesta.

"¡¿De verdad?! ¡Eres tan bueno!"

"..."

Aunque Bai Feng tenía dinero suficiente como para comprar el local entero, siempre era bueno no desperdiciar la buena voluntad de las personas. Como dice el dicho '¡El que pague la cena bienvenido sea!'



Señorita Prodigiosa: La Leyenda Del Doctor DivinoWhere stories live. Discover now