Comencemos con el tratamiento

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Bai Feng comenzó el tratamiento de acupuntura para drenar el veneno congelador de meridianos del cuerpo de Xi Huang Chen.

Xi Huang Chen tenía sus hermosas cejas fruncidas mientras apretaba los dientes, las gotas de sudor frío caían por sus pálidas mejillas.

El procedimiento era tan doloroso que parecía que alguien le estuviera sacando la piel centímetro a centímetro con una navaja. Sus brazos, sus piernas, todo estaba entumecido, lo único que sentía en ese momento era agonía.

Pasaron quince.... Treinta.... Cincuenta minutos...

Bai Feng cogió una de las muñecas de Xi Huang Chen y colocó la última aguja de plata en una de sus venas.

El líquido verdoso comenzaba a salir de la muñeca y un fétido olor putrefacto llenó todo el lugar.

Xi Huang Chen estaba completamente estupefacto, nunca pensó que un líquido tan repugnante estuviera dentro de su cuerpo, esta era la causa de los insoportables dolores que lo torturaba día y noche.

Poro todo no terminaba ahí...

Bai Feng frunció levemente las cejas y le preguntó a Bai Yao.

"¿Puedes ver el paradero del gusano de hielo?"

El gusano de hielo es el causante de producir el veneno congelador de meridianos, una vez que este gusano es implantado dentro del cuerpo de una persona, lo primero que hace es ir atraves de los vasos sanguíneos hasta llegar al corazón. Pero lo difícil no era deshacerse del veneno, si no expulsar al gusano del corazón, para hacer eso se necesita una gran precisión y maestría con la acupuntura, de caso contrario el paciente puede resultar gravemente herido... E incluso puede llegar a morir.

En casos como estos lo mejor sería pedirle ayuda a Bai Yao. El pequeño gatito blanco es como el enfermero personal de Bai Feng, todos los años que pasó en medio de las montañas, Bai Yao siempre observaba a Bai Feng fabricar y mejorar todo tipo de venenos letales para el ser humano, fue ahí cuando Bai Feng se dió cuenta de que su pequeño gatito tenía la habilidad de localizar el punto envenenado dentro del cuerpo, por lo que encontrar al gusano de hielo dentro de los nervios del corazón no sería tan difícil.

Si los médicos imperiales supieran que sus habilidades son inferiores a los de un gato ¡Seguramente se desmayarían!

"Esta dentro del meridiano del corazón... Parece que está apunto de hechar raíces ahí" La voz de Bai Yao resonó en la cabeza de Bai Feng.

Hechar raíces.... Parece que será más difícil de lo pensé....

Bai Feng levantó la cabeza para observar a Xi Huang Chen cuyo rostro estaba mortalmente pálido.

"Parece que estuviste envenenado durante mucho tiempo, no te preocupes, te aseguro que después de este día estarás complemente curado, pero.... Será un poco más doloroso ¿Estas dispuesto a continuar?"

Xi Huang Chen escuchó en silencio las palabras del 'doctor' que lo estaba tratando y no pudo evitar preguntarse ¿Por qué lo estaba ayudando? ¿Sabe quién es él? Si en un principio le preguntara esto, definitivamente se negaría a responderle.

Al haber llegado hasta este punto, no había vuelta atrás, lentamente asintió con la cabeza... Él decidió correr el riesgo.

"Perfecto" Bai Feng curvó sus delicados labios en una hermosa sonrisa, ahora es tiempo de terminar con el tratamiento.

Bai Feng sacó una de sus agujas de plata y la introdujo en las venas de Xi Huang Chen mientras la controlaba con su poder espiritual.

Xi Huang Chen sintió como la pequeña aguja del grosor de un pelo de buey viajaba a través de sus venas. Primero atravesó su brazo, luego llegó al hombro para finalmente terminar en su pecho, fue en ese momento que los dientes de Xi Huang Chen se apretaron tanto que sangraron ¡El dolor era aterrador! Sintió que todo su cuerpo ardía en llamas cuando la pequeña aguja de plata invadió el meridiano de su corazón.

Xi Huang Chen no era el único con dificultades, gotas de sudor comenzaban a caer de la cara de jade de Bai Feng, la máscara dorada que ocultaba la mitad de su rostro temblaba ligeramente.

Para manejar la aguja de plata dentro del cuerpo de una persona se necesitaba de máxima concentración y una gran cantidad de poder espiritual. Era muy importante no perder el control de la aguja, de lo contrario se podrían dañar los nervios y órganos vitales del paciente.

Bai Feng fue extremadamente cuidadosa a la hora de entrar en el meridiano del corazón, en ese lugar se encontraba el nido del gusano de hielo.

Pasaron aproximadamente veinte minutos hasta que por fin se escuchó un suspiro.

"... Uff... Ya está listo" Bai Feng dejó escapar un suspiro de alivio mientras se sentaba en el suelo al lado de Xi Huang Chen después de haberle quitado todas las agujas del cuerpo.

Xi Huang Chen tenía los ojos cerrados mientras respiraba airadamente, pero al mismo tiempo se sentía muy aliviado, ya no tenía nada del dolor que normalmente lo atormentaban a cada momento, se sintió muy bien.

"Ah, por cierto, ¿Quieres ver quién era el causante de tus males?" Dijo Bai Feng mientras le mostraba a Xi Huang Chen una de sus agujas.

Xi Huang Chen se sorprendió mucho al ver a un pequeño gusano transparente del grosor de un cabello retorciéndose en la aguja.

¿Este era el causante de su agonía?

¿Algo que ni siquiera los médicos imperiales podían curar?

Bai Feng captó la mirada de sorpresa de Xi Huang Chen y le explicó con indiferencia.

"Este pequeño individuo es un gusano de hielo, es el que producía el veneno congelador de meridianos que azotaba tu cuerpo, aunque honestamente me sorprende un poco que un cultivador de la etapa final de 'General de plata' haya sido envenenado de esta manera. Parece que la persona que trataba de matarte quería que murieras de una manera horrible" La voz de Bai Feng era distante y fría, parecía que estaba contando una simple historia sin importancia.

Pero a diferencia de Bai Feng, Xi Huang Chen estaba aún más sorprendido ¿Cómo supo su nivel actual de fuerza? ¿Y hacerca del veneno?

"Bueno, ya terminé mi trabajo, no te preocupes, no te pediré dinero... Digamos que me debes un favor" Bai Feng se puso de pie mientras se sacudía la túnica. Ella ya había terminado aquí, ya era hora de regresar a casa.

"..." Xi Huang Chen vió como la figura roja desaparecía junto con el resplandor anaranjado de la tarde, el sol del horizonte se reflejaba en la máscara dorada dándole a la persona una apariencia casi irreal parecida a la de un espíritu que bajó de los cielos.

Este sería el día más extraño que vivió Xi Huang Chen en mucho tiempo.

Nunca creyó que algo más le interesara aparte de sus deberes y su cultivo... Este fue un sentimiento muy extraño.

Señorita Prodigiosa: La Leyenda Del Doctor DivinoWhere stories live. Discover now