Escribí un poema, una canción, cambié la historia de un libro y hasta dormí un par de horas. Borré todo sin haber guardado al menos una copia. Borré hasta el sueño de mi memoria.
Borré su conversación de mi teléfono y las fotos que nos tomamos. Y borré hasta su recuerdo. Borré todo y me faltó mi cuerpo. Y quise borrarlo hasta rompiendo los espejos. Borré el camino a la oficina, borré las canciones grabadas que solía escuchar mientras llegaba. Borré las palabras de mi boca y las sombras en mis ojos. Y borré hasta mi alma. Y ahí seguía mi cuerpo.
Caminé lento y me desesperé. Luego corrí y perdí la respiración. Y lo seguía poniendo al límite, a mi cuerpo. Comí sin darme cuenta y comí consciente. Borré por un tiempo la comida y hasta dejé de creer en los sabores, en las texturas.
Vi una película y un documental. Vi una charla motivacional y fui a una conferencia. Traté de alejarme de mí hasta en los conciertos. Y ahí seguía mi cuerpo. Y entonces no pude librarme.
Y como no me abandonó ni le abandoné, me oculté en la geografía. Lejos de los moldes, cerca de los sentidos. Me refugié en lo que quedaba de mí y escudriñé en sus formas. Tuve que soportar su reflejo en el agua sin poder si quiera intentar quebrarla e intenté acostumbrarme a la impaciencia de quererle.
Supe que algo se había quemado por dentro y volví a escribir para no perderlo todo. Y aun quemado, ahí seguía mi cuerpo.
YOU ARE READING
PUNTOS SUSPENSIVOS
PoetrySIEMPRE HABRÁ ALGO QUE ES MEJOR DECIR CON LETRAS Amar /Vivir/ Obrar