Vanagloria e indigencia

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Cortinas de humo inventadas por la curiosidad de nuestro propio mundo, y allí, allí afuera cortinas grises que esconden las vidas que nos enseñan sin necesidad de decirlo, que los dolores y los olores son más fuertes que la imaginación. Ante las barreras de la desigualdad van los ojos de la imprudencia y desdicha y entre los ríos de agua sucia se esconden los resultados de la porquería de la ciudad.
Y las aves que tienen el lujo de verlo todo sobre el aire, le dan el turno a la vida para envejecer a su antojo a quienes por la calle van caminando con llagas en los pies, esos que sin culpa murieron en vida hace tiempo pero que siguen robando segundos de hambre. Y van de la mano como almas vagabundas quienes con las mismas llagas caminan con zapatos remendados de pasión y ganas. Siguen los dormidos pero renacen los que, despiertos, escavan la tierra y encuentran agua, quienes con traje comen basura y llevan manjares a sus descendencias.
Porque seguimos de un lado cantando al hedonismo y nuestros únicos momentos de silencio son para ignorar, y no ignorar a quien lo merece sino a quien está horrorizado de sí por nosotros. Entonces desde la ventana las cosas parecen verse muy fáciles, la complicidad del vidrio y el hermetismo hipnotizan la reconciliación de las mentes de todos, la tierra que trata de manchar las pupilas con una pizca de realidad no está permitida en el aire aromatizado de las habitaciones calmadas.
Y las billeteras siguen con sed hasta cuando están saciadas, desde lejos se vislumbra la borrosa niebla que se avecina tratando de tapar y limpiar las calles que invadidas, comienzan a quejarse de haberse convertido en hogares improvisados, luego, esas mismas calles reconocen que la culpa de los caminos, de los buenos y los malos ha sido de ellas y permiten que la niebla simplemente cubra cuerpos fríos.
Uno, dos, tres, miles, millones de nadies tratando de reconocerse son la miseria de la que volvemos a hablar sin necesidad de actuar, porque nunca actuamos, solo miramos y está bien, bien para los que como mediocres vamos avanzando en la vida. Los textos convertidos en excusas se alborotan y la maniobra de ignorar al mundo entero se hace fácil para las máquinas que reciclan los gritos de angustia.  

PUNTOS SUSPENSIVOSNơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ