24 horas

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Resultó ser un día nublado. A las cinco de la tarde el sol trató de asomarse queriendo penetrar al menos un rayo, pero habría de rendirse a las seis. Resultó que a las siete la luna apenas despertaba. Y a las ocho, a esa hora y ese día, la lluvia comenzó su baile. Y nosotros bailamos a su ritmo.

Resultó que en ese baile sonreímos. Y tu sonrisa se eclipsó con la mía y las dos fueron una. Resultó que no hubo ni un solo beso porque ya bastantes se habían desperdiciado. A las nueve la lluvia conquistó más oscuridad y el reflejo de mis ojos en los tuyos se fue diluyendo. A las diez el frío dejó que te abrazara y a las once que tú lo hicieras. Resultó que después olvidamos el frío.

A las doce seguiste siendo el mismo. Solo el día se había tomado el atrevimiento de cambiar. Pero tú estabas ahí, intacto. A la una la luna seguía curiosa y a las dos trató de no mirar. A esa hora quiso de evitar ser testigo de un único beso, uno que habíamos prometido no desperdiciar, una promesa que había aparecido apenas unos minutos antes.

A las tres fuiste tomando forma en mi corazón, a las cuatro yo ya tenía una silueta hecha por ti, una completa. Y esa silueta estaba en tu boca. A las cinco el sol de nuevo trató de salir, pero se arrepintió. Estaba tan ansioso como nosotros. A las seis un pequeño rayo de luz inundó el lugar y a las siete corriste tras él. A las ocho ya no había lluvia ni niebla, a las ocho el sol era el dueño de todo. A las nueve volviste, radiante, como si te hubieras aprovechado de aquella luminiscencia.

A las diez volvimos a ser uno y a las once pensamos en ser del otro. A las doce tus manos ya se habían convertido en refugio y a la una las mías en retrato. A las dos la cosa seguía siendo de los dos, como si ni tú ni yo quisiéramos seguir contando las horas. Pero a las tres el reloj nos recordó el tiempo y aprovechó aquel momento para devorarnos en nuestra realidad. A las cuatro hubo poco tiempo, justo en esa hora los minutos decidieron pasar más rápido y los recuerdos más lento. Y fueron las cinco de nuevo. Y pasaron 24 horas contigo y luego otras mil sin ti.

PUNTOS SUSPENSIVOSWhere stories live. Discover now