08. Muy cerca de mi objetivo

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—L-lo siento, no sabía que debía usar. —Intento sonar calmada pero es inevitable ¿Qué pasa conmigo?

—Estas muy bien así.

No sé si está halagándome, por lo que solo asiento con la cabeza como respuesta y agradecimiento.

— ¿Vamos? —Muerdo internamente mi mejilla y vuelvo asentir.

El me abre la puerta principal y yo me encargo de pasarle seguro, por consiguiente me abre la puerta del copiloto y no puedo negar que ha sido amable, e incluso. ¿Caballeroso? Hasta creo que estoy pensando que yo me estoy haciendo la idea de que este sujeto tiene una vida oscura y es simplemente un chico como cualquier otro, y debería buscar mi reporte por otro lado antes que... Antes que... ¡Oh cierra la boca Anna!

El da la vuelta casi trotando y se deja caer sobre el asiento, encendiendo el auto y poniéndolo en marcha, me siento derecha y no sé qué hacer, ni que decir, ni siquiera sé si respirar.

El silencio es bastante lóbrego y juego con el dobladillo de mi vestido.

—Y... ese chico y tú son....

— ¡No! —Contesto, pero me siento ridícula por ni siquiera dejarle terminar la frase.

¿Si somos novios? Capaz ni iba a preguntar eso.

—Entiendo. —Suelta tan bajo como puede acompañado de una risita nasal.

Nuevamente el silencio nos invade y ya cayó la noche por completo, hay pocos autos en la vía por lo que me permite dar una mejor vista tranquila afuera, observo por el retrovisor y una prenda de color bastante escandalosa me llama la atención de la parte trasera del auto. Me concentro en ella, en buscarle una forma coherente de lo que pueda ser. ¡Oh Dios mío! Qué asco. ¿Es un sostén?

Abro mi boca asqueada, pero rápidamente la cierro, no tengo nada que decir a esto.

— ¿Qué tienes? —Pregunta simple, fresco y llevo mis ojos otra vez al sostén a través del retrovisor—. ¿Qué? Es un sostén. —Escupe como si fuese la cosa más sencilla del mundo.

—Por supuesto que sé que es un... —Me niego a decirlo, me niego a pronunciarlo en su cara.

¡Qué vergüenza!

—Tienes cara como si nunca hubieses visto uno. —Me mira unos segundos, pero de inmediato vuelve a la carretera.

Me siento ofendida.

—Con la pequeña diferencia que lo he visto en dos lugares. —Suelto mis manos al aire y frunzo el ceño antes de seguir—. En la tienda o sujetando los pechos de una chica.

Suelta una carcajada llena de humor sarcástico y niega optimista con la cabeza. No dice nada al respecto y me cruzo de brazos. Intento por todos los santos evitar llevar mi vista hacia atrás, pero es inevitable. A parte de que su color rosa exagerado que opaca a la noche, todo tipo de pensamientos me vienen a la mente. Usa su auto como un hotel, porque es tan tacaño para no pagar uno o porque le parece deleitable escuchar los gemidos de una mujer en la parte trasera de su auto. Y yo estoy en él, posiblemente sentada donde una de esas mujeres haya puesto su culo desnudo aquí.

Me siento enferma y quiero vomitar ante tal pensamiento.

—Si te sientes tan incómoda podemos solucionarlo.

Comenta entre risas y lleva su mano izquierda hacia atrás, mientras con la derecha conduce y no deja de mirar a la carretera. Coge el sujetador en su mano y lo lanza por la ventana a cualquier lugar del bosque.

—Problema arreglado. —Suelta optimista.

Me quedo boquiabierta y quiero reírme, estúpidamente quiero reírme. Pero lo reprimo y cruzo mis piernas sobre el asiento evitando cualquier contacto visual con él. ¿Cuánto podría faltar para llegar?

Heaven [ Harry Styles]Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ