01. Entre la bala y la pared

36.3K 1.6K 427
                                    


Chicago Illinois EE.UU

Estoy de rodillas sobre la grama mojada a causa de las gotas de agua que desprenden del cielo, es como si mi vida entera se estuviese yendo con ellas. Mi rostro se refleja sobre una lápida reluciente adornada con claveles y lirios. Y lo único que podía reconocer de allí era el nombre de mi madre.

"1975 – 2014. Dianne Rose Acosta D' Lee."

Su primer apellido, que siempre pronunciaba orgullosamente mexicano. Una fría lágrima se desliza y se confunde en mi rostro por las gotas de lluvia.

No estaba triste, simplemente me sentía débil.

Éramos inseparables, las mejores amigas, ella lucia tan joven y la echaba mucho de menos. Hoy cumplía un mes mas desde que me ha dejado enfrentar el mundo sola, tengo un padre, por supuesto, pero de esos que están ahorita teniendo sexo con una adolescente que podría ser mi hermana, pero él y yo no compartimos la misma opinión.

La gente hace más de una hora que ha dejado el cementerio, solo estoy yo aquí extrañándola.

Sacudo mi pantalón charcoso y seco mi rostro, dejo salir un suspiro que pude haber estado conteniendo desde que llegue. Me encamino hacia el Javelin que pertenecía a ella y es como si fuese conmigo a todos lados. Era el auto más lujoso y exquisito de la temporada... Pero de la era de los pica piedras. No era el más bonito ni el más exclusivo. Pero me llevaba a donde quisiera y eso se lo agradecía eternamente.

Todo me recordaba a ella.

Enciendo el motor y muevo la palanca en retroceso intentando salir del aparcamiento. Observo por el retrovisor, giro hacia la derecha y vuelvo mi vista al frente. ¡Jodido infierno! Me encuentro con una silueta sobre la carretera mojada por lo que parecía ser un venado, pero por su tamaño es imposible.

Es un hombre, un joven. Tambaleándose de un lado a otro con una mano presionando fuertemente su hombro envuelto en ¿sangre? ¡Jesucristo! ¿Qué le ha pasado? Frunzo el ceño y salgo rápidamente del auto.

Las gotas vuelven a pinchar mis hombros y tiemblo, él está herido, su respiración es agitada como si llevase horas corriendo y no deja de mirar hacia atrás ¿Esta huyendo? ¿Debo huir yo de él? Jesús, no puedo dejarlo mientras se muere desangrado.

—Ahg —Él se queja, cuando su cuerpo cae sobre el capo del auto.

— ¿Estas bien? — ¿En serio Anna? Por supuesto que no está bien.

Él se sigue sosteniendo sobre el capo presionando con fuerza sus ojos.

—Tu auto. —Balbucea—. Necesito tu auto.

—Sup... — ¿Qué carajos ha sido eso?

Una balacera se aproxima hacia nosotros, fuertes disparos en nuestra dirección y no me da tiempo rezar el padre nuestro cuando él me jala por la tirilla del pantalón y se adentra al auto por la puerta del conductor, ubicándose en el asiento del co-piloto. Reacciono cuando estoy sentada sobre el asiento y las llaves tiemblan en mis manos.

—Conduce. —Me grita, como si yo lo estuviese haciendo adrede.

Logro encender el motor y acelero en la carretera. Las balas se quedan lejos de nosotros mientras mis hombros están temblando, me estoy mordiendo el labio, no sé a dónde voy y tengo a un desconocido en mi auto desangrándose. 

— ¿Por qué nos están disparando? — Pregunto, y presiono fuertemente el freno—. Más bien, ¿Por qué te están disparando?

Por suerte estoy lejos del infierno que acabo de pasar.

Heaven [ Harry Styles]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora