[Animales fantásticos] El secreto del lobo albino |Editando|

Capítulo 25.

Salgo de "mi habitación" poniendo uno de mis mechones tras la oreja. Nada más salir, choco con Newt, tirándonos al suelo.

-¡Ay!- se queja.

-¡Dios!- exclamo levantándome- Lo siento...

-No te preocupes- contesta con una de sus inusuales y perfectas sonrisas.

Le ayudo a levantarse , en cuanto está en pie, me siento algo intimidada. Debe de llevarme media cabeza... Odio ser más baja que él, eso lo hace más atractivo. A ver, no digo que lo demás este mal, tiene una sonrisa increíble y unos ojazos verdes cariñosos y cuando el pelo se le revuelve, es la persona más..."¡Annie!" exclamo para mis adentros "¡Para ya!¡Esto no está bien!".

-... ¿Y bien?- pregunta.

-¿Qué?- digo confusa.

-Annie, llevo hablándote durante siete minutos...

-Si, si- afirmo- Lo siento.

-Entonces...

-¿Entonces qué?

-¡Que si vienes a ayudarme con Niffler!- exclama exasperado.

-¡Ah! Coño, claro.

-Esa boca, enana.

-No me llames enana.- replico

-No digas palabrotas... enana.

Le doy un suave codazo y le regalo una sonrisa.Caminamos juntos hacia el pequeño nido de Niffler, en algunos momentos rozamos levemente la mano, lo que despide una energía en mi cuerpo. A veces me pregunto si él sentirá lo mismo, hasta que recuerdo que "soy como su hija". Bajo la vista a mis pies, apenada.

-¿Estás bien?- pregunta preocupado.

-¡Claro!- contesto alegre.

-Me asustas.

-¿Por?

-Eres demasiado buena actriz.- contesta parándose frente a mi.- Me asusta que me mientas y yo no pueda enterarme de lo mal que estás... Mi mayor miedo es que te pase algo, y además tengas que llevarlo sola. ¿Lo entiendes?

Le miro afectada. No. ahora no puede decirme eso, si lo hace, me derrumbaré y tendré que contarle la verdad. No puedo decírselo,  eso hará que nos separemos, no puedo dejar que se entere. Vivir sin Newt es mi mayor pesadilla.

-¡Chicos!- exclama Tom no muy lejos de nosotros.

 Suelto un suspiro de alivio.

-¡Tenemos un problema!- exclama.

Miro a Newt preocupada y echamos a correr hacia los demás. Al llegar allí me agacho para tomar aire.

-¿Qué pasa?- pregunta Newt.

-Acaban de llamar a la maleta- explica Isabelle- Desde fuera.