[Capítulo 11] Una sorpresa

1.3K 123 11
                                    

    Bajo las escaleras, ya en mi forma humana, de un salto. Me encuentro en una pequeña habitación llena de tubos y papeles con descripciones de animales escritos por Newt y bocetos de estos dibujados por mí. Observo un dibujo del nundu en diferentes posturas, del thunderbird alzando el vuelo y del erumpent comiendo. El trabajo de nuestras vidas, escribir este libro... Newt sería tan feliz.

    La puerta de la habitación empieza a sacudirse. Saco mi varita con rapidez, apuntando a la entrada: nadie debería estar aquí, alguien tiene que haberse colado. Estoy a punto de pronunciar un hechizo cuando veo una cara conocida. El pelo castaño-rojizo desordenado, una cara llena de pecas y unos enormes ojos verdes.

    —¿Tom? —digo, confusa.

    Ahí está, Tom Scamander, el hermano pequeño de Newt, con un billywig volando a su alrededor.

    —Annie... —dice—, yo...

    No dejo que termine porque me abalanzo a abrazarle. Él me devuelve el brazo más fuerte.

    —¿Qué haces aquí? —le pregunto en cuanto nos soltamos—. ¡Newt te va a matar!

    —Emmm... Es una larga historia —dice, indeciso.

    —Pues cuéntamela —le pido, sentándome en una silla—. Tengo tiempo de sobra.

    Él se sienta a mi lado.

    —Pues... hablé con Newt... le dije que quería acompañaros a Nueva York... pero... pero él me dijo que como ya te tenía a ti no necesitaba mas ayuda, y claro, yo no quiero quitarte el puesto... Así que me colé en su maleta y llevo aquí desde que salisteis en barco.

    —Vaya —susurro.

    Tom me mira preocupado.

    —¿Qué? —pregunto

    —Pareces muy cansada —confiesa.

    Río suavemente.

    —¿En serio?, ¿tan fea soy?

    —¡No! Para nada.

    Le sonrío.

    —¿Qué te parece si te hago un té y descansas un rato? —me dice.

    —Me vendría muy bien, gracias —agradezco.

    Tom sale un momento de la habitación en busca de hierbas, y mientras me paseo por la estancia.

    Sonrío cuando una aglomeración de recuerdos me asaltan la cabeza. Observo los papeles de la mesa, en ella aún está el quemazón de la primera vez que intenté hacer una poción. Miro los papeles pegados a la pared, uno de ellos es un dibujo del cumpleaños de Newt. Cuando lo dibuje( debía de tener unos 15 años) me pareció de lo mejor, pero ahora lo veo y casi necesito apartar la mirada: ¡es horroroso! Estoy a punto de quitarlo de la pared cuando Tom entra en la habitación.

    —Toma tu..

    Tropieza con un tablón suelto en el suelo. Yo me adelanto a los acontecimientos y me lanzo a agarrar la taza, sin derramar una gota.

    —Lo siento —dice

    —No tienes que disculparte, Tommy —le digo tomando un sorbo de té y dejándolo en la mesa.

    Suelto un bostezo involuntario.

    —Será mejor que te deje dormir —me dice.

    Me transformo en loba de nuevo, Tom me sujeta antes de que caiga semi-inconsciente y me lleva en brazos hasta una almohada en una esquina de la habitación.

    —Quizá me he pasado con las hojas de dormidilla —susurra—. Buenas noches, Annie.

    Me duermo nada más escuchar eso, y así es como empieza mi pesadilla.

[Animales fantásticos] El secreto del lobo albino |Editando|Where stories live. Discover now