[Capítulo 10] La cena

1.3K 141 3
                                    

    —Mi trabajo no es tan glamuroso —dice Queenie mirando fijamente a Jacob—, me paso el día haciendo café, deshechizando el baño. Tina es la que estudió.

    Ella contesta con una tímida sonrisa. Ya habíamos acabado de cenar, y las únicas conversaciones que se podían percibir eran entre Queenie y Jacob, ( y algún comentario anti coqueteo de Isabelle). Miro a Newt, que parece más nervioso de lo que suele estar. Le sonrío para tranquilizarlo, aunque yo tampoco es que lo esté bastante. Nosotros aquí, cenando tranquilamente, mientras un puñado de animales (la mayoría peligrosos) está paseándose por todo Nueva York.

    —Oh, no —continúa Queenie—, somos huérfanas, nuestros padres murieron de viruela de dragón cuando eramos pequeñas.

    —No vaya ser que estés contagiada —susurra Isabelle con un tono sarcástico.

    Jacob le da un pisotón bajo la mesa.

    —¡Ay! —exclama ella.

    —Pero estamos juntas —dice Queenie mirando a Tina y haciendo oídos sordos al comentario de Isabelle—. ¡Oh, que amable!

    Exclama esto mirando a Jacob.

    —¿Puede dejar de leerme la mente un segundo? —pregunta Jacob, educado.

    —Oh —responde Queenie, decepcionada.

    —¡No me malinterpretes! —se apresura a excusar Jacob—. Me encanta.

    Ríen los dos tontamente. Pongo los ojos en blanco.

    —¡Por favor! —susurra Isabelle, harta.

    —Esta comida es una delicia, a esto me dedico, soy cocinero —dice Jacob—. Y esta es la mejor comida que haya probado en mi vida, ¿no es cierto, Isabelle?

    —¿Qué...? Oh, sí, claro —responde.

    Queenie ríe.

    —¡Ay! ¡Me encantáis! Nunca había hablado con no magos.

    —Ah, ¿en serio? —dice Jacob.

    Se quedan mirándose un rato. Miro a Newt preocupada, esto es Nueva York, lo que Queenie y Jacob están haciendo está prohibido.

    —No estoy coqueteando —me dice.

    —Por favor —digo, educada—, no me leas la mente.

    —Annie tiene razón —dice Tina—. No te encariñes, tendremos que desmemoriarlos. No es nada personal.

    Dice esto último hacia los Kowalski. Isabelle pasa y Jacob asiente, secándose la frente con la servilleta. Está sudando demasiado, miro a Newt preocupada y asiento para indicarle lo mal que está.

    —Señoritas Goldstein —informo—, creo que los Kowalski deben descansar.

    —Sí —dice Newt—. Además, Tina. Usted, Annie y yo debemos salir temprano a por nuestro escarbato.

    —¿Qué es un escarbato? —pregunta Queenie.

    —No preguntes —contesta Tina—. Ehm... solo tenemos dos habitaciones, una con dos camas y la otra con una... así que...

    —¡Oh! No se preocupe —dice Newt—. Annie dormirá en la maleta.

    —¡¿Qué?! —exclamo—. No he sido informada de eso, yo duermo en una cama.

    Newt me mira con las cejas levantadas.

    —No empecemos, Annie —dice—, tú puedes transformarte en animal.

    —Ti pidis trinsfirmirti in inimil —repito, en tono de burla—. De acuerdo

    Me transformo rápida, con algunas exclamaciones de los Kowalski y un "¡Qué monada!" de Queenie. Después Newt abre la maleta y yo me meto dentro.

[Animales fantásticos] El secreto del lobo albino |Editando|Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt