-Necesito que me ayuden a mover algo en el sótano.

-¿No puede esperar a mañana?

-¿Mañana, cuando tengas tanta resaca que desearás haber muerto hoy en la noche? -cuestionó Gene.

-Jmm. -Ace soltó ese ruidito, procesando lo que su amigo dijo. -Tienes razón.

-¿Quién dice? -Paul frunció la nariz.

-Vamos, viejo. Te lo iba a pedir de todos modos, mejor que ya estás aquí. -sus ojos pedían el favor y Stanley suspiró.

-Está bien.

-Vengan.

Los tres músicos bajaron al sótano, el cual era grande y se encontraría parcialmente vacío de no ser por los instrumentos que había ahí. Rara vez ensayaban fuera del apartamento que se había convertido en su cuartel, aunque en los inicios de la banda el anterior apartamento del matrimonio Criscuola  había servido como estudio y la casa de Gene y Paul habían sido usadas una o dos veces. Era claro que Gene ensayaba ahí cuando no se reunían los cuatro.

-¿Qué movemos?

-Necesito poner esas cosas hacia el fondo, traeré algunos amplificadores y cosas de la casa de mamá el miércoles.

-¿Todavía tienes cosas tuyas allá? Van a ser tres años desde que te mudaste aquí. -dijo Paul extrañado, a lo que Ace puso su mirada en él con una mueca.

-¿Qué tiene de malo? Mi habitación está intacta en la casa de mis papás.

-¿A dónde más irías después de que Jeanette se enoje contigo? -dijo riendo.

-Con Peter. -obvió. -Es cosa de ser el hijo favorito, que no sé cómo es que no lo entiendes...

-Sí. -se le unió Gene. -Además, ¿desde cuando los veinte se convirtieron en los cuarenta?

-Claro, disculpen. -dijo con cierta ironía.

El trabajo por hacer no era mucho, por lo que no tardaron ni siquiera media hora en acabar. Cuando lo hicieron subieron de vuelta y justo un auto se estacionó fuera. Peter, Lydia y Jeanette descendieron de él.

-Hey. -Peter fue el último en entrar pero el primero en saludar. Chocó su mano con los tres.

-Hola, ¿cómo están? -Jeanette y Lydia lo hicieron después.

-Bien. Qué bueno que pudieran venir.

-No nos lo perderíamos. -respondió Peter. -¿Quién falta?

-Invité a Bill pero creo que estará en casa de sus suegros, así que sólo Vee y su amiga.

-Oh, qué bien que viene. -dijo Jeanette sonriendo. Gene asintió.

-¿La castaña del auto o la pelirroja del bar?

-La verdad no sé, ni siquiera pregunté.

El demonio se quedó pensativo ante la pregunta y terminó por encogerse de hombros, si hubiera pedido que llevara a una en específico probablemente hubiera terminado no llevando a ninguna.

Todos tomaron lugar en la sala de la casa, se sentaron mientras hablaban y jugaban molestándose a los otros. En cierto momento Paul decidió levantarse e ir al baño, pues habían estado bebiendo un poco desde que Peter llegó. Terminaba de lavarse las manos cuando la voz del anfitrión llegó a sus oídos en un grito.

-¿Paul?

-¿Qué? -respondió.

-¿Estás en el baño?

Hard Luck Woman. | Paul Stanley.Where stories live. Discover now