Capítulo 23

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Recién había llegado al hotel. El coche de los chicos de la banda desapareció dejando sólo un leve zumbido en los oídos de la chica que todavía se encontraba en las nubes. Antes de bajar del vehículo besó a todos en la mejilla, a excepción de Bon que plantó un casto beso en sus labios.

La habían pasado muy bien: después de dejar las instalaciones habían ido a un mirador, donde se emborracharon mientras cantaban. Después habían ido a una casa de la que Vee nunca se enteró a quién pertenecía, los cuatro chicos habían entrado en las habitaciones para hacer lo debido con sus respectivas groupies, mientras que ella y el vocalista reían en la sala bajo los efectos de la marihuana.

No recordaba mucho a partir de ahí, sabía que habían estado en un parque y todo era borroso, sin embargo podía recordar bien los labios de Bon moviéndose suavemente sobre los suyos, sin ninguna otra intención.  Al final de todo, se despidieron con dos números y un trato: si alguna vez estaban en el país del otro, se llamarían para volver a reunirse.

Mientras avanzaba, sonreía mirando el cielo. Comenzaba a amanecer y ella seguía bajo los efectos de la droga, por lo que ignoró totalmente al grupo de chicas que salían del hotel cuando ella entró. Eran las mismas que habían acompañado a sus chicos la noche anterior, la reconocieron y un par la miraron con cierto recelo, pero nuevamente, ella ni siquiera las notó.

Llegó hasta su habitación, no le avisó a nadie que estaba ahí porque hasta ese momento no había notado lo cansada que estaba. Le pesaban los ojos, pero justo cuando comenzaba a cerrarlos, dos toques en la puerta le hicieron abrirlos de golpe.

-¿Vee? ¿Estás aquí?

-No, sigo fuera. -respondió, sonriendo por su propio chiste.

-Bien. Cuando llegues alcánzanos para desayunar. -rió Gene.

La chica se quedó tirada en la cama por unos minutos, y de alguna manera tuvo la suficiente fuerza de voluntad para no quedarse dormida y dirigirse a tomar una rápida ducha. Se quitó el olor a alcohol y logró verse un poco mejor, recogiendo su cabello en una coleta. El agua también la había ayudado a bajar el viaje en el que se había embarcado hacía unas horas, mas seguía borracha.

Sin mucha prisa se dirigió a la cafetería de ese hotel, al entrar el olor a comida alertó a su estómago y este se retorció. Jamás había sentido aquello, sólo había escuchado a sus "amigos" hablar de eso y ahora lo confirmaba: estaba casi segura de que se comería un elefante si lo tuviera en frente. Al ubicar el lugar donde los chicos estaban, caminó hasta ellos.

-Hey, miren quién llegó.

-Hola.

Estaban sentados frente al otro, Paul con Gene y Peter con Ace. Cuando el primero la miró, lo hizo con un gran pesar. Había tomado una ducha, pero en su rostro se le veía igual que aquel día en California, tenía los ojos irritados y se veía cansada. El sentimiento que él tuvo por dentro no fue muy diferente, pero esta vez  no pudo hacer nada para demostrarlo.

-¿No has dormido? -cuestionó Ace, mirándola. Ella negó con la cabeza mientras se sentaba en el asiento que el hombre del espacio le cedió, después él volvió a sentarse. -¿A qué hora llegaste?

-Hace menos de una hora. -mencionó sólo para empeorar el malestar de Paul. -¿Qué vamos comer?

-Ya ordenamos, por ti también. -dijo Gene. -Hace menos de una hora eran las siete.

-No sabía. Llegué a las siete, entonces. -mencionó divertida.

-Mucho tiempo. ¿Cómo la pasaste?

La comida llegó y Vee agradeció que Gene justo preguntara, porque de otra manera se hubiera lanzado contra la comida como si no fuera a volver a tener otra en su vida. Comenzó a contar su noche a grandes rasgos, omitiendo las partes donde bebió y se drogó en aquel lugar que no conocía para nada, aunque lo primero fue obvio casi desde que llegó y lo segundo lo notaron porque estaba comiendo más de lo que normalmente comería.

Hard Luck Woman. | Paul Stanley.Where stories live. Discover now