Capítulo 27

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Los chicos terminaron la interpretación de Let Me Go, Rock N Roll ante la multitud enloquecida de Detroit. El lugar parecía a punto de estallar y los cuatro miembros se presentaban al frente, lanzando algunas de sus pertenencias al público.

Vee observaba todo desde su lugar, no queriendo tomar un lugar protagónico en la celebración. Ace la miró y unos segundos después ya la tenía de la mano, haciendo que se les uniera. Los silbidos no se hicieron esperar y no pudo evitar sonreír a un chico que le había lanzado un ramo improvisado de unas florecitas que la chica había visto en un árbol fuera del recinto.

-Gracias. -articuló antes de que Gene le tomara la mano para hacer una reverencia.

Aquella noche no fue tan mala, al salir de ahí subieron directamente al autobús que los llevaría a su estado. Estaban tan cansados que durmieron las casi diez horas de viaje y para cuando despertaron no faltaban más que un par de minutos para llegar a la central de autobuses.

Todos bajaron con sus cosas y respiraron hondo el ansiado aire de su hogar. Los autos de Gene y Paul estaban ahí, al igual que Lydia y Jeanette con los de sus parejas.

Vee saludó a las chicas con la mano, pero antes de que llegaran para saludar debidamente un claxon llamó su atención: era Maddie con el auto de su madre, estaba ahí esperando tal y como había dicho que haría. La pelinegra miró a los chicos, y se alivió al ver que Paul había regresado al autobús.

-Me tengo que ir, chicos. Supongo que los veré... Luego. -dijo rápidamente, pero Ace la detuvo del brazo.

-¿Luego? Querrás decir mañana; haré una comida en mi casa. -dijo justo cuando su novia llegaba.

-Tienes que estar ahí, ya contaba contigo. -mencionó Jeanette con una sonrisa.

-Sí, tienes que ir. -sentenció Gene, pero su mirada se perdió mirando a la joven que se aproximaba.

-Vee, ¿estás lista?

-Sí. -respondió asintiendo hacia Maddie. -Estaré ahí, no se preocupen.

El chico estrella bajó del autobús con sus pertenencias olvidadas, y justo por eso Vee no esperó un segundo más, entregó una parte de su equipaje a su amiga y se dirigieron al auto.

-Oye, esto está más pesado que cuando te fuiste. -observó Maddie.

-Un poco. Me llevaron de compras algunas veces. -mencionó mientras las ponían en el maletero.

-Qué bien, entonces no son tan idiotas como creerías.

-No, son chicos lindos.

-Claro, por eso no le hablas a ese... ¿Paul?

La hostilidad, impropia de ella, era muy evidente en la voz de la chica. Le había contado todo lo ocurrido por teléfono en una de las noches de la semana anterior, de verdad necesitaba hablar con alguien y curiosamente Maddie justo llamaba.

-Dejando de lado eso... Sigue siendo un chico lindo. -dijo una vez dentro del auto. Maddie lo encendió y dió marcha.

-Me acerqué para ver cuál de todos era y dejarle mi barniz en la cara. -gruñó mirando sus uñas. -Bastardo suertudo.

Era una chica demasiado tierna, era extraño verla con esa ira. Sin embargo, con el historial de amistad con Vee, el que se comportara así no lo era tanto. La chica en el asiento del copiloto soltó una risa por el comentario, haciendo que Maddie sonriera mirándola.

-Lo lamento. Me alegra mucho que estés de regreso. -dijo extendiendo un brazo para abrazarla. Vee lo aceptó alegremente, pero se retiró rápido.

Hard Luck Woman. | Paul Stanley.Where stories live. Discover now