Capítulo 28

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El par de mejores amigos se encontraban en la casa de uno de ellos; Paul miraba el teléfono con insistencia, como si cada dos segundos se decidiera por hacer algo con él y al próximo desistiera.

Gene rodó los ojos, despegándolos del televisor sólo para mirar a su amigo.

-Primero que nada: sólo ustedes se besan así y no hacen planes para verse después. En segundo: estás en mi casa, si ella llama para decir algo interesante te aseguro que no estarías contento. -se burló.

-Quiero verla. -dijo en un quejido. El demonio rió y continuó mirando la televisión, pero después de unos minutos no pudo evitar notar la inquietud de Paul.

Había pasado casi una semana desde que la pareja se reconcilió y el ánimo del chico estrella estaba por las nubes, así como sus sentimientos por ella. Ahora que lo había admitido no pasaba un minuto en que pensara en la chica sin mencionarlo, y no le importaba aburrir a ninguno de sus amigos hablando de lo bonita que era o de cuánto la extrañaba, pues desde aquel día no la había visto y sólo llamó desde la casa de su amiga para desear Feliz Navidad.

-Paul, llámala y listo.

-No conozco su número, nunca necesité llamarla antes. -mencionó con un gesto desanimado. -Y no sé dónde vive ahora.

-Cálmate de todos modos. La invité para Año Nuevo. -había pensado en guardar el secreto, pero su amigo comenzaba a darle pena.

-¿Qué?

-Sí. Me llamó en Navidad y le dije. Va a traer a su amiga. -murmuró con gesto pícaro.

-Estoy casi seguro de que sólo por eso la invitaste.

-¡Claro que no! Tal vez tenía la esperanza de que la trajera, pero quería que ella estuviera aquí.

Paul le miró acusador por unos segundos y terminó por negar con desaprobación, mientras que el bajista soltaba una carcajada por su reacción. Los dos volvieron a prestar atención al programa que veían.

El último día del año llegó con bastante rapidez y con él, el clima frío azotaba la ciudad. Si no fuera por la cantidad de gente abarrotando las tiendas, el día podía pasar completamente desapercibido en un lugar como lo era Nueva York.

Paul tomó su chaqueta negra y salió con rumbo a su auto, listo para partir a la casa de Gene que se encontraba también en Manhattan. Una sonrisa grande estaba plasmada en su rostro y la gente no dejaba de notarlo; hombres y mujeres le regalaban el mismo gesto apenas lo veían, parecía que las festividades les ablandaba el corazón y el suyo saltaba de emoción conforme dejaba atrás la distancia que le quedaba para llegar a la casa del bajista.

-Abre la puerta.

-Pensé que podías pasar por la ventana.

Paul le puso mal gesto a la respuesta de Gene y seguidamente chocó su mano con la de él. Mientras entraba intentó poner atención a el sonido que venía de la sala, pero sólo escuchó la risa de Ace que veía televisión.

-¿Y...

-Todavía no llega. -no tuvo que esperar a que terminara la pregunta, notó cómo sus ojos inspeccionaban el interior de su casa desde antes que entrara.

-Ah, ya. -hizo un ademán que divirtió a Gene. Ambos caminaron y pasaron a la sala.

-Hey, Paul. -Ace se levantó cuando lo miró entrar, chocando su hombro con el de él.

-Ace. -saludó. -¿Dónde está Jeanette?

-Salió temprano a visitar a su mamá y luego iba a con Lydia para ayudarle a hacer algo. Peter las traerá en un rato. -contó Frehley. Comenzaba a regresar a su lugar cuando Gene, que les daba la espalda, apagó el televisor que él miraba. -¡Oye!

Hard Luck Woman. | Paul Stanley.Where stories live. Discover now