Dolor

200 17 2
                                    

Capítulo 79


Dolor. 

Una simple palabras de cuatro letras. Pero con tanto tanto significado.

El dolor es algo que todos tenemos en común, algo que todos sentimos. Algo que todos vivimos.

Pero que nos afecta de diferentes formas.

A algunos les duele la muerte, a otros la vida. 

A mi ambos.

- Sofia - La voz de Abraham era apenas audible para mi. Era como si su voz fuera tan débil a comparación del silencio que se estaba creando dentro de mi cabeza. Aunque no era un silencio común, era un silencio fuerte, como un golpe seco. Era esa clase de silencio que no es agradable. - ¡Sofia, suéltala! - Lo oí gritar aún más fuerte. 

¿Soltar qué?

¿Qué diablos estaba pasando?

¿Por qué sentía mis ojos llorosos? ¿Por qué siento mis manos pesadas?

- ¡Basta! ¡Basta por favor! ¡No me toquen! - Grite. Grite tan fuerte que sentí que mi garganta estaba apunto de desgarrarse pero no podía evitarlo, lo odiaba. Odiaba esa sensación que tenía. Odiaba sentir que miles de manos tomaban mi cuerpo y me jalaban con brusquedad. 

Pero más odiaba el dolor en mi pecho.

¿Qué era ese vacío que sentía?

Creí que no volvería a sentir este dolor... Este vacío que cala mis huesos por dentro y me hace dar náuseas. Creí que lo había eliminado de mi sistema para siempre pero me equivoque.

Lo estaba volviendo a sentir, y lo odiaba. ¡Vaya que lo odiaba!

- Sofia, cariño, para ya... Sólo déjalo. - La voz de Abraham seguía siendo como un eco dentro de mi cerebro pero seguía sin entender porqué, y seguía sin entender que estaba pasando.

Lo único que sabía era que un dolor inmenso estaba creciendo dentro de mi.

Oía voces, mas bien murmullos, eran muchos y provenían de todos lados. Mis manos dolían como si se estuviesen aferrando a algo pesado, no sentía mis piernas y mi vista estaba nublada, así como mi mente. 

Sentí un pinchazo en mi brazo, una voz muy gruesa gritando mi nombre y luego todo fue oscuridad y silencio para mi.

Pero el dolor seguía... Y era más intenso.

....

Cuando desperté me encontraba en una habitación con paredes blancas, olía a remedios y un malestar nauseabundo me inundó por completo cuando mi mente dejó de estar adormilada.

¿Por qué seguía sintiendo ese dolor?

- Dios, nena, me has dado un susto. - La voz de Abraham se hizo presente en toda la habitación, giré mi rostro para verlo y me topé de lleno con su cara preocupada.

- ¿Qué pasó? - Apenas Murmuré. Él se acercó a mí y tomó mi mano la cual tenía un catéter inyectado en ella. Fruncí mi ceño con confusión.

- Tuviste un ataque de pánico pero no te preocupes, ya estás bien. - Beso mis nudillos y me dedico una pequeña sonrisa.

- ¿Un ataque de pánico? - Pregunte confusa. Hace mucho no tenia uno de esos.- ¿Por qué? - Me incorporé en la cama y miré a Abraham. Su rostro estaba contraído por una mueca de preocupación y su linda frente estaba arrugada con cierto desconcierto.
Estire mi mano y acaricie su mejilla, él coloco su mano sobre la mía e inclinó su cabeza para recibir mi tacto.

Tras La Pantalla ||Abraham Mateo|| COMPLETA.Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum