Seré tú ángel. ✅

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Capítulo diecinueve: Seré tu ángel.





______ ¡Si que lo entiendo! - La voz de Abraham sonó entusiasmada, como si hubiese descubierto algo fascinante. Me observo con una sonrisa pintando sus labios, pero no era una sonrisa divertida o dulce, era una sonrisa de compasión, la cual me hizo sentir ridícula. Me encogí en mi lugar, mirando mis manos. Sabia que le daba lástima y odiaba aquello. No quería su compasión, no quería la compasión de nadie.

Por años las personas han estado haciéndome daño y a pesar de ello nadie me había mirado con pena o con compasión, y aquello me parecía bien. Siempre me decía a mí misma que no necesitaba eso de nadie. Podía soportar los golpes que la vida me daba -al menos la mayoría de ellos-, y podía hacerlo sola. Sin la compasión o lástima de nadie. Siempre fue así. No quería que eso cambiara ahora.

  

Tranquila, es Abraham... Él es Abraham.

Tuve que recordarme a mi misma que Abraham no era cualquier persona, que no era alguien que acababa de conocer o alguna de las personas que me hacia daño. Si no que, aunque él no fuera consiente, era la única persona que había estado conmigo cuando nadie más estuvo.


______ Estas insegura con tu cuerpo. De eso se trata ¿verdad? - Prosiguió, observándome con la cabeza ladeada. Le dediqué una pequeña mirada antes de fijar mi vista a mis manos, lanzando un suspiro.

_____ No es eso...- Susurré, insegura. Bueno, si que eso tenia gran parte del problema, pero no era todo. - No lo entenderías. - Musité, en tono bajo, pero me arrepentí al instante. Él había sido el único que había logrado entenderme sin ni siquiera darse cuenta. Todas y cada una de sus canciones expresaban exactamente lo que sentía y cómo me sentía. No sé cómo era posible. No sé si era porque estábamos pasando por una situación similar o era mera coincidencia, pero Abraham realmente me entendía como nadie.

_____ Pues explícamelo. - Sugirió, asomando una pequeña sonrisa y observándome con atención.

Lo miré, en verdad parecía interesado en saber el por qué de mis problemas. No entendía como alguien que tenia una vida tan plena e interesante como la suya querría saber la raíz de mi problema de alimentación. No tenía ningún sentido para mi. No entendía por qué debería importarle.
Había conocido a unas cuentas personas que se habían llegado a interesar por eso - Psiquiatras mayormente-  y por mucha lástima que yo les diera - o por cualquier otra razón - estos nunca llegarón a interesarse realmente en mi, no al grado de querer que les explicara cómo me sentía o por qué hacía esto.

¿Por qué este chico que apenas y me conocía lucía tan interesado en mis problemas?. ¿Era por mera lástima o había algo más?.

_______ ¿No tienes una presentación que dar? -Pregunté, tratando de cambiar de tema. No estaba lista para contarle mis traumas. No estaba lista para revelar ante él lo jodida que estaba mi mente.

_______ No lo hagas, no cambies el tema. - Me recriminó, frunciendo el ceño, y mis mejillas se calentaron porque me había descubierto. Él sonrió, asomando una sonrisa dulce en sus labios. - Cuentame. - Me alentó.

_____ ¿Tanto te interesa?  - Farfullé, ladeando la cabeza con intriga. No estaba del todo confiada con sus intenciones. ¿Por qué le importaba tanto?.

______ Sólo intento ayudar. - Se encogió de hombros, en un gesto inocente, como si acabase de leer mis pensamientos. Entre cerré los ojos en su dirección, desconfiada, antes de lanzar un suspiro cansado. 

Tras La Pantalla ||Abraham Mateo|| COMPLETA.Where stories live. Discover now