Prometo cuidar de ti

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Capitulo 76 :

Paúl

La primera vez que conocí a Sofia note lo buena persona que era, lo juro, ni siquiera necesite pasar tanto tiempo a su lado para notar que su corazón era más enorme que el de todas las personas que he conocido en mi vida.

Un día, hace casi dos años, entraba a la universidad con mi mal humor y mis ganas de golpear a todos, cuando la vi a ella recogiendo sus cosas del suelo la cual un universitario había tirado y ni siquiera le había ofrecido una disculpa. Me acerque a ella con intención de ayudarla debido a que era muy bonita.

- Los universitarios son unos malditos  - Gruñí y tome uno de sus cuadernos para luego darselo. En cuanto sus ojos se toparon con los míos y sus labios me dedicaron una sonrisa tímida supe que ella tenia algo especial.

- Tú también eres un universitario - dijo ella con una sonrisa divertida en su rostro. Le sonreí olvidándome del mal humor que tenia al llegar y seguí recogiendo sus cosas.

- Si, y también son un maldito. - Dije con diversión en mi voz, haciendo que ella me dedicara una sonrisa de diversión. 

El siguiente día la busque por todos lados hasta que por fin la hallé en una de las bancas mas alejadas de la universidad leyendo un libro, su cabello estaba algo despeinado debido al viento que corría y ella estaba demasiado sumida en su libro por lo cual no había notado mi presencia.

- Entonces... ¿No te llevas demasiado con las personas de aquí? - Pregunté sentándome a su lado, ella dio un pequeño brinco por la sorpresa y luego me dedico una sonrisa nerviosa.

- Oh dios... Me has dado un susto - se rió nerviosa. Recuerdo que fue la risa mas adorable que oí en mi vida y había quedado pensando en aquello por unos cuantos días más. Me encogí de hombros en señal de disculpa y fije mis ojos en el libro que ella estaba leyendo.- Y no es que no me lleve demasiado con las personas, sólo... No soy muy buena socializando - admitió apenas en un murmuro.

- Aquello me parece perfecto - Admití y tome el libro que ella estaba leyendo y lo ojee. - A mi no me agradan estas personas y tu pareces ser lo mas cerca que hay de un ser humano agradable, así que podríamos hacernos compañía. - Le devolví su libro y la mire, ella estaba prestándome mucha atención y aquello me agrado.

- Eso me parece bien - Sonrió. - y gracias por eso de humano agradable, creo. - Murmuro, sus mejillas estaban sonrojadas y parecía un tanto nerviosa. 

Recuerdo que tuve ganas de apretarlas... Y de cuidar de esa chica como si fuera mía.

También recuerdo muy bien que después de eso jamás nos separamos.

Sofia era la persona mas buena que conocí en el mundo, no había estado equivocado la primera vez que la vi y jamás quise separarme de ella. 

Aún no quiero hacerlo.

Había algo que no me quedaba claro de todo esto y era el por qué una persona con un corazón tan noble como el de Sofia había llegado a este mundo para sufrir.

¿Por qué si ella jamás lastimo a nadie?

Ni siquiera le deseo jamás el mal a alguien y mucho menos odio a una persona. Yo la consideraba un ser de luz, se me hacia incluso extraño que alguien tuviera tanta bondad en su cuerpo. 

¿Por qué ella tenía que pasarla tan mal en su estadía en la tierra?.

Sabia toda la historia de Sofia, por completo. Desde el abandono de su padre hasta la muerte de su abuela y ni hablar de los problemas alimenticios que le causo la antipática y fría de su madre. Conocía a Sofia a la perfección, conocía sus mayores miedos, sus traumas, sus inseguridades, aquello que la hacía feliz o la ponía triste.
Conocía cada uno de sus gestos y conocía aquello que ella desconocía de si misma, como el modo en que retorcía el cabello entre sus dedos cada vez que se encontraba nerviosa o las muñecas que hacía cuando algo le desangraba. Conocía incluso su pobre corazón roto que luchaba por no desvanecerse. 

No tenía muchas cosas buenas en mi vida, mis padres se había divorciado cuando tenía quince años y los dos se odiaban a muerte por lo cual estuvieron en una constante lucha por mi casi toda mi vida arrastrándome en sus problemas. Mi ex novia, la cual era la única persona a la cual le había entregado mi corazón decidió romperlo sin ningún cuidado. Tenia tanta rabia reprimida que me la pasaba bebiendo y golpeando gente desconocida. Estaba perdido entre pesadillas y sueños rotos, hasta que conocí a Sofia.
Ella era como una luz al final de un túnel, lo supe desde la primera vez que la vi. Ella cuido de mi como si yo fuera lo más preciado en su vida, ella me amo y me acepto. Vio más allá que unos cuantos músculos y cara malhumorada. Ella me acepto tal y como era. Hizo de mi una mejor persona, ella era lo más grande que yo tenía en mi vida por lo cual odiaba con toda mi alma cuando algo malo le sucedía.

Sofia era como mi hermanita, yo cuidaba de ella y ella cuidaba de mi, eramos una extraña combinación de caos que juntos se convertían en arte.

Ustedes no tienen idea lo que me estaba doliendo ver ahora mismo a Sofia conteniendo sus lágrimas mientras el doctor le explicaba que a su madre le quedaba poco tiempo de vida. Le dijo que su cerebro había dejado de funcionar por lo cual en poco tiempo las demás partes de su cuerpo también lo harían. Cuando Sofia no pudo retener más sus lágrimas y sus piernas temblaron le pedí a Abraham en silencio que se alejara de ella. Él me miro sin entender pero me hizo caso, las piernas de Sofia dejaron de funcionar en cuento me coloque a su lado y la atrape entre mis brazos, ella lloró. Lloró tan fuerte que pude sentir como todo su cuerpo temblaba debajo del mio. Se aferro con fuerza a mi mientras murmuraba que no quería perder a nadie más. Mis ojos se llenaron de lágrimas y me pregunté por qué ella. Me pregunté por qué alguien tan dulce como ella podía recibir tanto daño y me pregunte incluso por qué ella estaba llorando por una mujer que lo único que había echo era causarles millones de traumas. 

Porque lo vi, vi aquel daño que la madre de Sofia causo en ella. Lo vi en su mirada cada vez que iba a comer algo que podía hacerla engordar, lo vi en sus ojos cada vez que tenía que comprarse ropa nueva, lo vi incluso cuando dormía y ella le prometía a su madre entre sueños que pronto sería la hija perfecta que siempre deseó.

Odie a esa mujer, la odie incluso sin conocerla, la odie por causarle tanto daño a Sofia, la odie por causarle miedos y traumas, la odie por haberla dejado sola. La odie por dañar a la única persona que le había hecho mucho bien en mi vida; Pero aún así no deseaba su muerte, no por que la quisiera o creyera que no se lo mereciera, si no porque sabía que esto le causaría un daño enorme a Sofia. A mi ser de luz.

- Prometo cuidar de ti - Murmure en su oído mientras apretaba mis brazos en su cuerpo. - Vas a salir de esta y prometo estar a tu lado, siempre. - Acaricie su cabello y apreté incluso más su pequeño cuerpo junto al mio. 

- Traeré unos cafés. - Abraham murmuro en mi oído y le agradecí en silenció por entender esta situación y no malinterpretarla.

Sofia había sufrido mucho en toda su vida, si, y probablemente peores cosas le seguirían pasando, pero ella me tendría siempre a su lado para cuidar de ella y protegerla, y no me tendría sólo a mi, si no que a Abraham también.

Ella se había ganado a un increíble hombre al tener a Abraham a su lado, porque estaba seguro de que él la cuidaría tanto como yo.







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Hola chiques :)))))))

siento tardan en actualizar, es que no me llegaba la inspiración lol. 

ojalá les guste :)





Tras La Pantalla ||Abraham Mateo|| COMPLETA.Where stories live. Discover now