Capitulo 76

5 0 0
                                    

  Aparque el auto de papá, muy lejos. Camine alrededor de una hora, vagando por el bosque, a medida que avanzaba la sangre se me helaba y un escalofrió me ponía los pelos de punta. Sentía que era terreno peligroso, podía ver los árboles que tenían la corteza petrificada y no hay había nada verde.

Según los libros que leí en la pequeña biblioteca de Collins. Las criaturas sobrenaturales que no se han adaptado a la vida moderna, deciden quedarse en el bosque. Pero algo siempre sucede, si este ser resultara no establecerse en el bosque para cuidarlo o ayudar de alguna manera a la madre naturaleza... la empeoraba.
Collins dijo que las hadas cuidaban la estabilidad del ambiente, al igual que las sirenas se encargaban de que la vida en el océano no se perjudicada. Pero era mucho más difícil para las hada proteger el medio ambiente y al mismo tiempo ocultarse de los humanos que, por así decirlo, hacían estupideces para destruirlo. Pero peor que los humanos... estaban los Dark-Blood (Sangre oscura). Se les decían así porque eran las criaturas creadas por el infierno, que en lugar de decidir vivir en paz había optado por seguir los instintos que un medio de su cuerpo tenía.
Los Dark-Blood estaban cargados de energía negativa. Y esto era malo ya que las hadas se alimentaban de la energía o, científicamente, iones positivos. Si había demasiada carga de iones negativos en el aire, esto dificultaba que sus poderes contrarrestaran contra ellos. Como si arrojaran un ser de luz, que solo podría sobrevivir de brillo, en el fondo de un pozo oscuro donde la luz jamás tocaba.
A las hadas no les quedaba más remedio que abandonar el lugar.
Esto significaba que no había nadie que cuidara de los tallos, la tierra, la energía de todo ser vivo en esta hectárea.
Para resumir... ya no había vida en aquel lugar.
Y a medida que avanzaba, olía aquel aroma putrefacto de carne podrida. Los gusanos se alimentaban de los cadáveres deteriorados de animales que habían tenido la mala suerte de ser cazados. No sabía que o quien podría vivir aquí, pero realmente tenía mucha hambre. Los cuervos se posaban sobre las ramas desnudas y parecía que cada vez que daban un paso más y más árboles muertos aparecían
Trague saliva. Pronto note que ni siquiera los pequeños pajaritos se atrevían a cantar en esta parte del bosque.
Realmente me había alejado... demasiado.
Era tan parecido a aquella visión que había tenido, viéndome a mí misma... matar a personas inocentes.
Toque mi collar hecho por hierro de Amitiel. Protege pero no daña. Aunque lo llevaba, me sentía insegura, es por esto que me había guardado una de las espadas retractiles de Alex en la mochila.
Fue cuando vi una cueva, hecha de piedra cubierta de moho y a medida que se acercaba el olor a putrefacción aumentaba. Me tape la nariz entrando a la cueva, esta continuaba en una bajada subterránea... estaba bien estructurada, era más bien como una minería abandonada al parecer.
Tome la linterna en mi mochila y entre completamente. Generalmente los seres Dark-Blood preferían la oscuridad, así que estaba segura de que habría algo. Pero no estaba segura de que.
Desde un punto de vista diferente, lo que estoy haciendo es realmente estúpido. Soy la chica estúpida que entra a lugares oscuros en lugar de volver a casa. Pero aun así, había recorrido la zona este del bosque. Y nada había pasado. No había ni un rastro, así que decidí venir aquí. Mi plan principal era ir al acantilado, algo me decía que ahí debía haber algo. Pero no podría dejar ningún lugar sin ver.
Sobre todo si Zayn estaba ahí afuera, volviendo a esconderse para protegerme, entonces tendría que salvarme.
Habían pasado demasiados días. Y todo iba de mal en peor.
Si antes de conocer a Zayn me sentía sola, ahora sentía como si estuviera en medio de un desierto sin una gota de consuelo.
A medida que me adentraba a la cueva, el olor era más penetrable al punto que tuve que detenerme a toser. Por alguna razón me hizo recordar a la iglesia abandonada en la que Andras me había atacado. Era el mismo olor que había sentido cuando encontré el cuerpo de una joven chica abierto con la mitad de sus órganos putrefactos. Hasta el día de hoy aquellos ojos vacíos de la chica parecían perseguirme y el olor seguí impregnado en mi ropa.
Fue cuando pise restos de huesos de animales que supe que alguien no-humano vivía aquí, sobre todo cuando vi los huesos del cráneo de un humano. Una parte de mi quería salir corriendo de allí, pero otra deseaba quedarse allí y averiguar todo lo que debía averiguar sobre las criaturas que planeaban me atacaran... y si él aparecería para salvarme.
Grite cuando, por accidente, apunte mi linterna a unos murciélagos que dormían dentro y volaron hacia mí haciéndome retroceder y tropezar con los huesos. Maldije buscando la linterna que se había apagado.
A medida que usaba mis manos tanteando en el piso, sentí algo áspero bajo mi palma. Suavemente toque aquella superficie, hasta que encontré la linterna. La golpee dos veces para que se volviera a prender y lo que vi casi me hizo gritar.
Lo que creí una extraña superficie resulto ser el brazo de una enorme y horrible bestia que dormía en el suelo. Y pronto supe que aquel horrible olor a putrefacción venia de su boca manchada de sangre y barro. Y no era solo su boca, aquella bestia parecía estar hecho de carne podrida.
Me provoco arcadas, sabía que si debía pelear con alguien no lo haría con algo tan grande y asqueroso como eso.
Lentamente, retrocedí y cuando estuve lo bastante lejos comencé a correr. Para salir tuve que escalar sobre unas rocas ya que era demasiado empinado, y una de ella me provoco una cortada en la palma. No le di importancia y me esforcé por seguir saliendo.
Y de pronto, me embargo aquella sensación que conocía demasiado bien. La sensación de que algo iba muy... muy mal. Y empezó cuando escuche el primer sonido de garras arañando la piedra de la pared.
La linterna se había apagado mientras me daba vuelta, solo vi lo que lucían como hermosas luces flotando por sobre el suelo. Rojo, verde, amarillo y blanco... eran los colores que resaltaban. Pero sabía exactamente lo que eran, tome mi linterna con manos temblorosas apuntando a aquellos colores.
Y mis sospechas se volvieron ciertas.
Veinte, tal vez treinta, vampiros de piel pálida y ojos salvajes con iris tan blancas que parecían transparente y con pupilas cubiertas de un solo color eléctrico... toda aquellas mirada hambrientas se clavaron en mí, y en mi palma sangrante.
Lentamente se levantaban del suelo con debilidad, definitivamente eran Dark-Blood, sus ojos y su apariencia era salvaje. Solo Vivian en el bosque... matando cualquier cosa que pudiera alimentarlos.
Como había sucedido en cada momento que la adrenalina se apoderaba de mi cuerpo, este adoptaba defensiva atrayendo a los iones negativos en el aire hasta que de mis palmas se creaba fuego, del mismo aire, y de mi propio ser.
Tal vez los vampiros no le temían al fuego, pero si le temían a alguien que podría crearlo chasqueando sus dedos.
Pronto retrocedieron, cuando mis palmas repletan de llamas rojas y azules amenazaban con atacar.
Estaba aterrada aunque tratara de no estarlo, y las piernas me temblaban.
-Illi Ellecti—dijo uno de ellos avanzando lentamente entre los cuerpos fríos.
Un chico musculoso, de pupilas violetas y verdes, con su cabello largo hasta los hombros teñido de rojo era guapo y a la vez amenazador.
Luego de hablar, los vampiros a mi alrededor se movieron inquietos, otros apretaron los puños ansiando verla muerta y otros simplemente lucían demasiado hambrientos para pensar en cualquier cosa que no fuera mi sangre. Sabía que, aunque el fuego extinguía, no podría extinguir 30 vampiros a la vez... aún no había podido aumentar su intensidad.
-No te acerques—la voz tamborileo entre mi lengua y garganta, pero el vampiro obedeció y sonrió
-Imaginen, como el amo nos compensara si matamos a aquella que amenaza con arruinar su reinado—hablo el mismo vampiro, incentivando a los demás a los cuales comenzaron a brillarles los ojos de esperanza y maldad
Amo. Los Dark-Blood solo tenían un padre, y ese era Satanás. Pero dudaba que siquiera Satanás supiera de su existencia.
Mis sentidos, todo a la vez, se pusieron en alerta cuando el chico de cabello rojo camino hacia mí con paso decidido. Cerré los ojos estirando mis palmas... era lo única que era capaz de hacer en aquel momento.
El chico grito con horror cuando su brazo se vio en vuelto en llamas. Y para cuando había siquiera considerado escapar aprovechando su distracción, vi como el fuego se apagaba con facilidad en tan solo unas sacudidas.
No funcionaria, cada vez que sentía miedo las llamas eran débiles. Y ahora solo había logrado que los vampiros a su alrededor se enfurecieran y él de cabello rojo gritara entre dientes de la misma forma que alguien llamaba a su mascota para atacar:
-¡Otto! ¡Comida!
Los vampiros rápidamente se extendieron entre las paredes, sumergiéndose en la oscuridad ya adentrándose en la cueva. Pude ver la sonrisa del chico de cabello rojo mientras sus colmillos se extendían con fervor.
No me detuve a pensar o ver quien era Otto. Termine de escalar las rocas y comencé a correr. Pero un estruendo hizo que mis tímpanos zumbaran y el suelo debajo de mi tembló derribándome al suelo.
Un rugido crudo y voraz atravesó el bosque provocando que los cuervos volaran asustados. Gire sobre mi estómago. Lo primero que vi, fue la manada de vampiros que escalaban los arboles con una rapidez y fuerza increíble, todos y cada uno de ellos me miro mientras sonreían con frialdad. Y entonces vi directamente al provocador de estallido.
Una enorme bestia se erguía lentamente luego de haber destruido el techo de la cueva con sus grandes y musculoso brazos duros como roca. A medida que se paraba no parecía terminar jamás, rozaba los tres metros. Su piel era blanca como el marfil y dura como una roca solo podía ver músculos destructores de alguien que mueve montañas. Tenía un pedazo de tela que se ajustaba a su cintura, y estaba hecha con lana de oveja.
Una alarma sonó en mi interior cuando él se paró por completo.
No tenía pelo o siquiera uñas. Eran largas garras afiladas de color negro. Su boca no tenía labios, solo dientes largos y desgarradores como estacas de metal. No sabía que era, y porque su apariencia era de esa manera. Pero no fue su piel de mármol lo que me hizo lanzar un grito ahogado, fueron sus dos cabezas que se movían a su propio compas... aun así... ambas miraron hacia mira luego de oler el aire.
El mounstro abrió los ojos, o más bien eran cuatros hendiduras oscuras con destellos rojos que me miraron con furia.
No podía respirar, mi corazón golpeaba con mi caja torácica y mis pulmones trabajaban a más no poder.
Cuando la criatura se incorporó y ambas de sus cabezas se impulsaron hacía atrás con un rugido que apestaba a muerte, sus palabras eran como si masticara mientras hablaba. Aun así lo único que dijo fue
-Comida
Dejando mi mochila atrás, comencé a correr y la risa de todos aquellos Dark-Blood se hacía presente. A pesar de que utilice toda la velocidad que mi don me proporcionaba, solo le hacía falta correr dos pasos a aquella bestia para pisarme los talones. Pero no podía darme el gusto de vacilar así que seguí corriendo.
Hasta que un enorme mazo de mango de madera y cuerpo de metal se clavó firme y profundamente en la tierra frente a mí. La gravedad me traiciono cuando este se enterró en el suelo con ferocidad haciéndome saltar contra los arboles a mi alrededor.
Los oídos me zumbaban, mis brazos estaban golpeados y mis piernas temblaban de cansancio. Tarde un minuto en reaccionar y forcé a mis ojos a fijarse en la criatura. Aunque el golpe me aturdió, haciendo que la criatura se borrosa y múltiple en un momento. Pude ver como tomaba su pesado mazo y lentamente lo impulsaba contra mí.
Gire sobre mi cuerpo tratando de evitar lo peor. Pero el mazo en cambio dio contra el árbol que se inclinó contra mí, y si no hubiera sido porque se atascó entre otros dos árboles me hubiera aplastado viva. Aunque este se presionó contra mi cadera lo suficiente para atascar mis pierna contra el suelo.
Por su tamaño, los movimientos de la bestia eran lentos, y a medida que se acercaba de vuelta al mazo supe que esta vez sí acertaría. Gruñí y grite mientras mi corazón parecía estar en mi garganta. Seguí empujándome a mí misma y al árbol tratando de salir de la trampa. Forceje con todas mis fuerzas y poder, pero apena me había movido un milímetro y magullaba aún más mis piernas.
El sudor corría por mi frente con desesperación a medida que la bestia caminaba cerca de mí para dar un golpe final y seguro con su mazo.
Seguí forcejeando con más de lo que creí aguantar.
Por un momento mire el cielo. Sobre las copas de los árboles. Esperando que unas enormes alas negras se abrieran pasó con valentía para salvarme. Desee con todo mí ser que una voz conocida me dijera que todo iba a estar bien y que aquellos brazos familiares y cálidos me rodearan con cariño.
Algo sucedió. La bestia gruño de dolor dejando caer el mazo detrás de él.
Y por un momento todo mi ser se llenó de esperanza y alivio. Aquella sensación no duro ni un minuto cuando alguien tomaba el tronco y lo levantaba con facilidad liberando mis piernas.
A pesar de la cólera, y el dolor que sentía. Me arrastre de debajo del tronco.
-¿Qué haces aquí?—para mi sorpresa fue mi voz quien pregunto con desprecio y dolor
-¿Qué haces tú aquí?—me espeto aquella voz y rostro familiar... pero él no era a quien yo deseaba que fuera
Aquella confrontación no duro mucho tiempo cuando la bestia volvió a plantarse sobre sus dos pies con firmeza.
Él tomo mi brazo y yo obligue a mis pies a correr a pesar del dolor físico que sentía. Me empujo tras unos arbusto, mientras él se colocaba detrás de uno gran árbol, y comenzaba a empujando.
Sus ojos azules dejaron de serlo cuando su iris palideció y su pupila adopto un amarillo eléctrico, dejo atrás su apariencia humana y mientras gruñía sus colmillos aparecieron. Su rostro se contorsiono a medida que empujaba el tronco grueso con su hombro.
Nunca antes había visto el lado vampiro de Todd, hasta ahora.
El tronco lentamente se partió cayendo pesadamente sobre el mounstro. Este cayó sobre el suelo inconsciente cuando golpeo su cabeza.
La apariencia de Todd volvió a la normalidad a medida que se relajaba y sus músculos se destensaban. Me miro como si estuviera loca
-¿Tratas de suicidarte? ¡¿Qué haces en esta parte del bosque?!—grito con incredulidad, no lucía como una pregunta que buscara respuesta así que no hable. Todd miro tras de sí con una alerta y atención de alguien que podía oler a su enemigo. Volvió a girar su rostro hacia mí con firmeza-Vámonos antes de que noten que su mascota no logro su cometido
Una alarma me asalto recordando la sensación de paz y alivio cuando, por un segundo, creí que Todd era Zayn.
Zayn.
-No. Vete. Tú no puedes, no debes salvarme. Vete—me solté de su agarre y lo empujo, pero él no se movió
Todd era alto y del tipo de hombres flacuchos que lucían como si ya hubieran nacido con músculos. Era peligrosamente atractivo con su cabello rebelde y sus ojos azules intensos. No llamó mi atención, ni por un segundo.
Todd me miro con sorpresa y confusión
-¿No debo salvarte? ¿De qué hablas? ¿Quieres que te deje aquí y que los Dark-Blood te conviertan en su cena? Tienes que querer suicidarte—afirmo, Todd no era muy aspavientos cuando se trataba de hablar conmigo pero en este momento lucía iracundo
-No necesito tu ayuda
-¿Y la ayuda de quien estas esperando entonces?—exclamo él tratando de mantener sus cabales juntos
Lo mire de soslayo. Probablemente Todd tampoco recordaría o reconocería quien había sido, y eso solo me aseguraría de que estaba loca y mi imaginación traspaso los limites esta vez. Sabiendo lo que diría, me dije a mi misma que estaba hundida dentro de un cubo para preservar el dolor y la agonía. No tenía nada que perder
-A falta de otra explicación. Quiero que Zayn me salvé—confesé, el frunció el ceño
-¿Zayn?—pregunto, aunque sabía que Todd tampoco lo recordaría no pude evitar que mis ojos de humedeciera y los estrago y consternación dentro de mi crecieran aún más
Me limpie las lagrima y refregué los ojos con furor.
-Si. Así es. Estoy esperando que un chico que es producto de mi imaginación y que jamás existió me salve—no sabía que lo había dicho en voz alta hasta que Todd suspiro
-Lo juro. La mayor parte del tiempo no sé si estas enamorada o totalmente furiosa con Zayn—mi sangre se y los bellos se me erizaron
Lo mire de frente con los ojos totalmente congelado. Una sensación de sorpresa, confusión, alegría, esperanza y felicidad consumió mi interior. Pronto me vi a mi misma queriendo abrazar a Todd y verlo como si fuera mi mejor amigo. Me limite a llenarlo de preguntas
-¿Sabes quién es Zayn? ¿Lo recuerdas? ¿Fue real?—el bufo
-Por supuesto que se quién es Zayn. Luci siempre habla de lo apegado que él es contigo y estoy hasta la coronilla de escuchar del gran novio Zayn que salvó a su novia _______ más de una vez y siempre declara su amor por ella. Es difícil mantener a Luci entretenida, créeme—puso una mano en su mentón-Aunque, ahora que lo pienso, últimamente no ah sacado el tema de Zayn y tú. No sé porque
No pude contener mis lágrimas, y lo abrace.
-Gracias Todd—dijo, él se tensó ligeramente incomodo
La incomodidad pasó a ser alerta cuando la bestia se removió bajo el pesado tronco. Yo estaba demasiado ocupada sintiéndome aliviada de que el chico que amo no resulto ser mi imaginación. Pero Todd reacciono rápidamente empujándonos a ambos detrás de una azalea de arbustos marchitos que ahora eran ramas.
-¿A caso nunca se cansan?—masculle en un susurro
-Por supuesto que no. Estas criaturas solo obedecen a sus amos y comen. Nada más
-¿Qué es esta criatura de todas formas?
-Es un Ettin gigantes seres malvados primos de los Orcos. Son lentos y tontos, pero tremendamente letales cuando su amo es un vampiro Dark-Blood hambriento ¿Ahora entiendes por qué debemos irnos de aquí silenciosamente? Si una de aquellas dos cabezas nos oye estamos jodidos—dijo todo esto un susurro
Me limite a asentir.
Mire a Todd con esperanza.

Jamás le había prestado demasiada atención a Todd en realidad, hasta ahora. Él era el único que sabía y recordaba... quien hubiera dicho que ahora él, se convertiría en mi único aliado.  

Entre Fuego y Plumas [Zayn Malik] {TERMINADA}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora