Capitulo 5

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Tire la manzana ya mordida, Luci ya había colgado asi que subí a mi habitación para hacer tarea. Que termine luego de 10 minutos, mi memoria fotográfica no me permitía olvidar. Una gran desgracia para alguien como yo, que todo el tiempo trata de olvidar.
El doctor había dicho que mi cerebro quedo intacto, clasificándolo como... "un milagro" Un milagro, mi padre siempre hablaba de ellos, decía que las cosas pasaban por una razón. Deje de creer en los milagros cuando él murió.
Esa noche, esa horrible noche, luego de esa noche todo había cambiado. Yo no era la misma... no estoy segura que es lo que paso ni cómo pero por alguna razón, ya no podía hacer las cosas que antes hacía. Deje de ser normal, deje de ser... común
Podía correr más rápido que cualquiera, por eso siempre media mi velocidad. En tanto años aprendí controlar mi velocidad. Recuerdo cuando lo descubrí:
Lucas era el hijo menor de los Pastdon, en esa entonces yo tenía 10 años y ellos eran mi segunda familia adoptiva. Lucas con solo 12 años ya tenía 5 medallas ganadas del campeonato de atletismo. Un día estábamos en el bosque, y él me reto a una carrera, luego de extorsionarme tuve que correr. Primero logre alcanzarlo, pero luego no pude parar.
Corrí a una velocidad que solo vi un guepardo. Veloz pero no exageradamente como... un vampiro o algo asi, ho no, pero fui lo suficientemente veloz para llegar al árbol al cual debíamos llegar cuando Lucas aun iba por la mitad. No tardo para que luego de un mes Lucas me como si fuera un fenómeno hasta el punto de tenerme miedo y tuvieran que cambiarme de familia.
Solo años de práctica y control lograron que nadie más viera la velocidad que podía alcanzar.
Pero había una cosa más que había cambiado, una cosa que nunca nadie supo y nadie lo sabrá. Era mi extraña sensacion de poder... controlar el fuego, aunque sea una chispa. Eso me asustaba, no sabía lo que me pasaba y sabía que si se lo decía a alguien me enviarían a un manicomio o algo asi. Por suerte jamás llegue mas allá de prender una vela o un fosforo. No sabía que tan lejos podía llegar con esto. Y no quería averiguarlo.
Subí las escaleras hasta llegar a mi habitación, era grande, tenía una cama de dos plazas con sabanas negras, que combinaban con las cortinas de la ventana de dos puertas; Un escritorio donde tenía la computadora; Un armario enorme junto a la puerta; Y el resto del espacio que quedaba, se lo dedique a una enorme estantería llena de libros. Pero solo eran cinco libros lo que me llamaban la atención. Los de mi padre...
Me acerque a la estantería y tome uno de los libros al azar, leyendo el título: "Los Caídos"
Me acerque a mi cama flexionando las piernas para acomodarme. Nunca había leído personalmente aquellos libros de tapa de cuero viejo y dura. Aun podía oler la frescura de un libro que no ha sido abierto hace años.
¿Los caídos? Ángeles caídos que traicionaron al cielo y a su propia raza de ángeles celestiales. O al menos era eso lo que su padre me había dicho. Abrí el libro para leer:
"Es mi sagrado deber salvar tu alma de los oscuros poderes del Caos, y salvaré tu alma, incluso si mueres en el proceso." Asmodai, Interrogador de los Ángeles Oscuros. Decidió hacer que aquellos ángeles que habían traicionado la confianza de su Dios debían ser castigados



Esta historia de traición es el vergonzoso secreto de los Ángeles Oscuros. Nadie lo sabe aparte de los Ángeles Oscuros, sus Capítulos sucesores y, quizás, el Emperador en su Trono Dorado (Dios). Incluso dentro del Capítulo mismo muy pocos hermanos marines saben exactamente lo que sucedió durante aquellos fatídicos días de guerra entre los caídos y el cielo mismo. Es sólo cuando los Ángeles Oscuros llegan a la Deathwing cuando conocen la historia sobre la traición de Luthor (Un angel que traiciono a su raza, armando una rebelión contra su propia raza y que murió en el intento). Más terrible aún, saben que muchos de los Ángeles Oscuros que siguieron a Luthor aún viven. Esos guerreros malditos son losÁngeles Caídos.



No todos los Caídos sucumbieron al poder del Caos en el mismo grado. Un gran número de los Caídos han abrazado los caminos de los Dioses Oscuros, convirtiéndose en verdaderos Marines Espaciales del Caos (Soldados del demonio). Sin embargo, muchos otros se dieron cuenta durante la caída de Luthor de que sus acciones eran erróneas. Sintiendo repugnancia por la corrupta influencia de los Dioses del Caos e incapaces de reconciliarse con los Ángeles del cielo, se dieron a una existencia solitaria. Muchos se convirtieron en mercenarios o piratas, recorriendo la galaxia como hombres sin señor. Otros, deseaban expiar sus pecados y en un intento de conseguirlo se han integrado de nuevo en sociedades humanas.
Pero otros fueron perdonados con un horrible castigo que deberían cargar por siempre. Aquellos ángeles oscuros eran ahora guerreros, aquellos ángeles con autorización de ensuciarse las manos tratando de arreglar el mundo del pecado, eliminando el pecado mismo y a sus pecadores. Se convirtieron en soldados que servían al cielo, soldados de la mano derecha de Dios, Gabriel.
Pero aun asi la batalla que duro décadas entre los caídos y los ángeles del cielo, no ha sido olvidada por aquel rey que remplazo a Luthor, el único descendiente de Luthor que ahora solo obtiene nombres temibles de mortales que le temen. El Diablo, o Lucifer que jamás olvida, alzara el vuelo fuera de las profundidades del infierno con su ejército y reclamara lo que es suyo..."


Me sobresalte, el escuchar la puerta abrirse y la voz de Ana sacarme de mis pensamientos
-¿Qué?-dije mirándola aun algo exaltada por su aparición
-Decía que mañana después de tus actividades podríamos ir a comer a algún lugar ¿Qué te parece?-me dijo Ana, nunca había interactuado seriamente o profundamente con ella. Pero sin lugar a duda ella quería hacerme sentir como en casa.
Ana antes de mi llegada era solo una mujer de 35 años, una carrera terminada, sin hijos y con solo un papel de divorcios de un matrimonio que no había funcionado. Tal vez por eso decidió unirse al grupo de apoyo para aquellos adolecente huérfanos que necesitaba un hogar temporal. Pero hace unos meses me sorprendió con un acto de consideración... ella me adopto legalmente dos meses después de que vine. O más bien aun no estaba completa la adopción ella debía esperar a mis 18 para ver si quería ser su hija legalmente o continuar mi vida sola.
No es que Ana fuera mala o algo por el estilo, pero la soledad era la única alternativa que ahora me parecía bien, para no molestar la felicidad de los demás con mi constante depresión y mal humor.
Pero le debía aunque sea una cena a Ana antes de mis 18, donde el cuento de posible madre e hija acabaría.
-Emm... si claro, no hay problema-le dije ella se fue satisfecha y con una sonrisa en su rostro.
Al irse la historia invadía mi mente. ¿En serio era posible que aquellos ángeles que decidieron olvidarse de Dios y tomar su camino pudieran vivir entre los humanos? Era algo que me cuesta creer. Ángeles, el diablo... Dios. Cerré el libro, eran tonterías, no entiendo porque a mi padre le gustaba leer tal incoherencia
Mi mente nunca había volado fuera de mis propias creencias, ver para creer. Lo único en lo que creí era en la vida... somos nuestros propios demonios y nuestro propio milagro. Y si hubiera Dios, debe de tener cosas más importantes que ocuparse de una chica que acaba de perderlo todo.
¿Una guerra entre los caídos y los ángeles celestiales? Pues eso era algo que tal vez ya exista. La guerra entre mortales ya era suficiente para mí, ¿Una guerra entre seres inmortales? Era más de lo que yo podría soportar.

Entre Fuego y Plumas [Zayn Malik] {TERMINADA}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora