Capitulo 17

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  -Lo bueno es que no esta tan mal, solo le faltan unas refacciones y podrás hacer que funciones-me dijo Jessica con su pelo blanco atado en una cola, sus ojos ámbar me miraban de una forma alegre. Jessica me trasmitía un sentimiento de pureza y felicidad. Y eso me daba más confianza hacia ella
-¿En serio? ¿Crees que si consigo todo puedas repararlo?
-Claro no hay problema, de hecho tengo algunas cosas en el taller que servirían, solo hace falta conseguir un motor de arranque. Y no son muy económicos. Desgraciadamente no tengo eso en el taller de mi tío-dijo Jessica, yo arrugue mis labios
-Algo se me ocurrirá-dije, las dos salimos del garaje y la puerta se cerró cuando apreté el botón al costado.
Jessica tomo su bolso y lo colgó en su hombro, la acompañe hasta afuera de la casa
-Gracias, de verdad aprecio lo que haces-le dije ella me dio una sonrisa
-No hay problema-miro hacia la calle oscura, a pesar de que este era un barrio donde familia "adineradas" Vivian no significa que sea seguro. Creí, que la razón de que aparezca un ladrón de la nada hizo que Jessica temblara ligeramente, pero no había nada en la calle. Sin embargo Jessica parecía correr hacia otra dirección
-¿Estás bien?-le pregunte, ella me miro y el su ligero temblor termino y me sonrió
-Si todo bien, solo creo que el otoño vino fuerte este año-dijo con una sonrisa resplandeciente
Claro el otoño, ya estamos a principios de junio... solo vería la hojas secas caer de los arboles este mes y luego soportar el crudo invierno hasta septiembre y luego 3 meses de primavera. Solo quiero que este año termine de una vez por todas
- Como sea, nos vemos mañana en la escuela y arreglaremos como reparar tu auto-dijo yo asentí
-Si-ella se subió a su auto saludándome sacando su mano fuera de la ventana y desapareció por la carretera.
Mire hacia la dirección en la que ella miraba, la calle parecía silenciosa. Pero por alguna extraña razón me sentía incomoda... observada.

Ahora estaba sola en la enorme mansión de Ana, me obligue a mi misma a no tomar los libros de mi padre y volverme más paranoica. Coloque la pava para tomar una sopa instantánea. Hasta que tome el encendedor color blanco en mi manos, hice girar la rueda con mi pulgar y el fuego apareció entre el orificio.
Observe detenidamente aquella pequeña llama roja... el fuego podía ser peligroso, es destructivo. Es la razón por la que los dicen "no te acerques al fuego" El fuego en si, era popular por su capacidad de destrucción: explosivos, incendios... toda esa destrucción por causa de una pequeña llama que se propagaba cada vez mas. Cada vez más destructiva y cada vez más poderosa.
Pase mi dedo índice rozando la llama, parecía suave... suave como algodón, su calor no era mucho. Al menos yo no podía sentirlo, solo la calidez de la llama roja acariciando mi dedo. No había notado que la llama se adherido a mi dedo, y ya no estaba en el encendedor.
No quemaba, no ardía ni dolía. Nada. Moví mi dedo, sople la llama pero no se apagaba. Lo estire para adelante y esta llama se confundió con las llamas que ahora se encendieron en la hornalla y la sopa comenzó a calentar.
Moví mis dedos envueltos en llamas, y una extraña sensación de plenitud se hizo presente. Tensé mis dedos, forcejeando como si tratara de atrapar el aire. Pero en vez de eso, las llamas azules se hicieron rojas y cada vez se intensificaban mas, cubriendo ahora mi mano.
Sacudía mi mano, tratando de que se apagaran, pero no lo hacían. Seguí sacudiendo, en vez de eso una llama voló hacia el trapo sobre la mea y este se encendió
-Maldición-mascullé mientras tome el trapo y lo lance al fregadero, y el agua toco mi mano. Pero había otro problema... el fuego aun no se apagaba.
Mi mano enrojeció, de pronto el fuego se expandió hasta mi codo. Comencé a desesperarme, con miedo a que quemara mi cabello o mi ropa trate de apagarlo con agua. Pero aun las llamas rojas y azules no desaparecían, parecía flotar sobre mi piel, creando un campo de fuego. Las llamas llegaron a mi hombro.
Mi herida, el rasguño que él lobo me hizo aquel día. Habían quedado tres cicatrices blancas, evitaba que alguien las. Pero entonces, el fuego al tocar mis cicatrices se mantuvieron ahí. Vi como los tres hilos blancos cada vez se hacían más pequeños, como el fuego ahora era totalmente azul y rodeaba todo mi brazo. Pero no más haya.
Cerré los ojos. Cálmate, cálmate. Me repetía a mí misma, expulse el aire en mis pulmones suavemente. Inhalando y exhalando. Pude ver como cada vez que mi corazón comenzaba a palpitar normalmente, el fuego parecía volver a descender. Hasta volver a solo mi mano.
Mire mi mano y cerré suavemente el puño... y el fuego se apago como si mi puño hubiera absorbido todo el calor. Suspire aliviada. Todo parecía bien, excepto el trapo quemado. Mi brazo parecía bien y nada me dolía.
Pero mire confundida mi hombro, lo toque con la punta de mis dedos, sintiendo mi piel. Estaba suave y lisa.

Las cicatrices desaparecieron e incluso la cicatriz de mis vacunas habían desaparecido. No puedo creer lo que acaba de pasar, pero... era increíble. Toda esa adrenalina y todo ese poder solo en la palma de mi mano, si lograra controlarlo... si supiera controlarlo tal vez... podía hacer más que solo evitarlo.
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Entre Fuego y Plumas [Zayn Malik] {TERMINADA}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora