–Estas arruinando todos mis planes, maldita omega.

La piel se te erizó y el calor volvía a hacerse presente.

–Créeme Bakugō, lo que menos quiero es que esto nos afecte a ambos. S-solo... ah~

Sentiste una leve mordida en tu cuello, aumentando cada vez más ese apetito que tratabas de ocultar.

–Tu aroma... me dejó sin opciones.

Escuchabas como se comenzaba a desprender de la ropa. No querías mirar aquella escena, ya que solo te haría peor, pero si el lo estaba haciendo, eso quería decir que ya no podías evitarlo.

Todas las prendas estaban ya en el piso.

–¿Q-qué planeas hacer?

Preguntaste temerosa. Aunque el orden de la naturaleza lo dictaba así, tu no querías quedar embarazada aún. Podrías ser una omega, pero si no tenía preservativo, hasta ahí quedaría su visita.

–S-Solo quiero deshacerme de este sentimiento tan molesto.

El chico te levanto como una princesa y te llevo hacia la habitación, justo sobre la cama quedando totalmente vulnerable.

Tus mejillas estaban sonrojadas y el hecho de haber salido de aquel ambiente frío te había hecho estallar en calor. Ya no lo soportaba.

En un vago intento por acabar con ello, comenzaste a masturbarte, haciendo que el rubio aumentara su deseo.

Busco entre medio de los cajones un pequeño sobre de aluminio y lo rompió dejando a la vista un bendito preservativo, para luego colocarlo en donde debía estar.

–Espero que estés preparada.

–P-por favor~

Dijiste sin detener tu acción, hasta que el chico posicionó su miembro en tu entrada para luego penetrar sin el mayor cuidado.

Dolía, pero el placer era más grande. Ambos gruñeron ante tal sensación.

El rubio rápidamente comenzó a moverse de adentro hacía afuera llenandolos a ambos de placer mientras tu te aferrabas a su espalda.

–Katsuki~

Gemiste, pero fuiste rápidamente callada por un beso, cosa que te impresionó, pero tu le seguiste el juego.

Ya estaban a punto de llegar al clímax. Tu te aferraste con más fuerza a su cuerpo y el aumentaba cada vez más las estocadas hasta que finalmente ambos llegaron.

Ambas respiraciones eran irregulares gracias a lo ocurrido en el momento.

El chico trató de no poner todo su peso en tu cuerpo, pero tampoco podía salir gracias a aquella "ayuda" que tenían los alfas para fecundar a un omega.

–Maldición.

Musito por lo bajo. Parecía algo enojado.

–¿Que sucede?

Te atreviste a preguntar mientras sentías aquel alivio en tu cuerpo.

–No se va.

–¿Que cosa?

–El sentimiento.

Lo miraste extrañada, generalmente eso ayudaba a aliviar el celo por unas cuantas horas, a no ser...

–¿Q-que es lo que sientes?

El chico se avergonzó totalmente mientras fruncia el ceño mirando hacia otro lado. Se veía adorable.

–Un torbellino en mi estómago. El no querer que nadie se te acerque.

Ahora tu eras la avergonzada.

–¿E-estas enamorado?

Al parecer el no sabía lo que era eso, ya que había mostrado una cara un tanto confusa.

–¿Esto es estar enamorado?

–A-al parecer... si.

El chico salió de ti, para así sacarse el preservativo y tirarlo al tacho de la basura. Después de eso se recostó a tu lado. Tu, sin querer, recostaste tu cabeza en su pecho haciendo que ambos se sonrojaran.

–Bueno, de todas maneras ya tienes mi marca.

Te levantaste de golpe y corriste hacia el espejo corroborando que ahí estaba, la marca típica de los alfas hacía sus omegas.

–No... puede ser.

–Ten.

Miraste a tu lado y ahí se encontraba el causante de tus próximas pesadillas, extendiendote una pequeña pastilla de color blanco.

–Eso es...

–Se la tome a mi papá. El es un omega, por lo tanto tiene que tener de estas cosas.

La tomaste sin demora y esperaste a que hiciera su efecto. Esto había sido la salvación.

Le sonreiste dulcemente y lo abrazaste.

–Gracias.

–Tengo que cuidar que nadie toque a mi omega después de todo.

Eso te hizo avergonzar, aunque... no te quejaba por ese hecho.

Escenarios y one-shots ||BNHA x Tú||Where stories live. Discover now