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Conversación en SUPERVIVIENTES
Álvaro: «Chicos, estamos en la parada de metro Gregorio Marañón, pero Esteban no lo ha conseguido»
Isabel: «Oh no! ».
Raúl: «Joder».
Rosa: «Volved, por favor».
José Manuel: «Mierda».
Álvaro: «No podemos volver ahora, el túnel del metro está plagado de zombis. Esteban nos ha salvado a Saúl y a mí. Se nos han echado encima y gracias a él hemos podido escapar».
Rosa: «:'(».
Raúl: «Qué vais a hacer ahora?».
Álvaro: «Vamos a salir a la calle y vamos a intentar llegar a la comisaría, no está lejos».
Isabel: «Tened cuidado, por favor».
José Manuel: «Ir contándonos por donde vais».
Álvaro: «Vosotros estáis bien, no?».
Raúl: «Sí».
Isabel: «Sí, no os preocupéis por nosotros».
José Manuel: «Estamos bien, tranquilos».
Álvaro: «Ok, os voy contando».
─Levántate, tío, tenemos que salir de aquí ─dijo Álvaro mientras volvía a guardar su móvil en el bolsillo.
Saúl miró hacia arriba, Álvaro le tendía la mano para ayudarle a incorporarse. Agradeció el gesto en silencio y dio la mano a su nuevo compañero de fatigas, que tiró de él para que se levantara. De pie, Saúl era un poco más alto que Álvaro, aunque este superaba el metro ochenta.
Álvaro suspiró y le hizo un gesto a Saúl para que le siguiera hacia la salida del metro. Las escaleras estaban tan vacías como el andén, pero en el vestíbulo encontraron a un grupo de tres personas: una chica sentada en el suelo y dos chicos, que estaban de pie. Saúl y Álvaro se quedaron parados detrás de los tornos, a una distancia prudencial de ellos, para confirmar que no fueran peligrosos. El trío también se dio cuenta de su presencia y se les quedó mirando.
─¡Somos normales! ─gritó Álvaro con las manos en alto, esperando que aquellas tres personas también lo fueran.
─Nosotros también ─dijo el más alto de ellos, que podría tener unos dieciséis años, o al menos eso es lo que aparentaba.
Álvaro y Saúl pasaron los tornos y se acercaron al grupo, que estaba cerca de la taquilla, y saludaron.
Los chicos, Sergio y Manolo, les contaron que estaban intentando convencer a Laura, la chica que estaba sentada en el suelo, para salir de allí por los túneles del metro.
─No lo hagáis ─dijo Saúl─, no es seguro.
─Nosotros venimos de la línea 7 y está imposible ─dijo Álvaro.
─¿Ves? ─exclamó Laura desde el suelo─ Os lo dije, no me hacéis caso.
Los muchachos se miraron el uno al otro.
─Pues entonces, a ver que hacemos... ─dijo el que se llamaba Sergio.
─Nosotros tenemos intenciones de ir a la comisaría de policía que hay por aquí cerca, por si nos queréis acompañar.
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Tiempo Muerto
HorrorUn extraño virus se está propagando muy rápido por todo Madrid y parte de España. Los infectados pierden la cordura y se vuelven agresivos. Podría ser otra historia de zombis... pero no lo es. DISFRUTAD DE LA LECTURA. ***************** PRÓXIMA PUBLI...