Capítulo XLIX.

2.9K 291 727
                                    

   Revolví mi cuerpo entre las sábanas, y me apegué más a John, quien estaba apagando el televisor con el control remoto. Acababa de terminar la película, y a pesar que era de un idioma que no dominada, John logró traducirme para yo entender.

   Acomodé los pliegues de mi suéter rosa, mientras que John agarraba un pequeño puñado de palomitas azucaradas y se las llevaba a la boca. Él, a diferencia de mí, yacía en ropa interior y con el cabello desordenado, luego de que yo le hiciera algunos cariñitos.

   —Kalet me invitó mañana a almorzar a su casa —me dijo—. Uhm. Yo sé que te resulta incómodo, pero sería bueno que te familiarizaras con el idioma.

   —Lo sé —asentí—. Leí que cuando se quiere aprender un idioma nuevo, hay que aplicar el método de los bebés. Sabes que ellos no entienden, solo escuchan y poco a poco van asimilando las palabras.

   —Sabía que eras una puta bebé.

   —John.

   Él soltó una pequeña risita, al tiempo que metía un par de palomitas dulces en mi boca.

   —¡John! —reclamé, tratando de masticar—. Casi me ahogas.

   —Para que vayas adaptando tu boca para cuando te meta el pene.

   —Pero si no tengo tu pene en mi culo, lo tengo dentro de mi boca. No habrá mucha diferencia —contesté obvio, haciéndolo reír.

   —Iré a prepararme un café —besó mi frente y se levantó—. ¿Quieres un chocolate caliente?

   —Te prefiero a ti caliente.

   —Vaya...

   Reí un poco.

   —Chocolate —dijo por fin.

   —Lo que ordene mi puta.

   —Abstente de cochinadas, por favor.

   —¿Tú me crees a mí capaz de hacer alguna suciedad?

   —Eh, pues sí —carcajeé.

   —Me ofendes. Claro que no. Pueda ser que bromee, pero jamás sería capaz de hacer algo así.

   —¡Mientes! —espeté, señalándolo con el dedo índice—. ¡Una vez me diste un preservativo lleno!

   —Pero no era semen —rodó los ojos—. Era leche condensada, idiota.

   —Pero igual fue asqueroso.

   —Asqueroso el pintor gay llen...

   —¡Ya! —lo interrumpí—. Ni lo menciones, por favor. Todo está bien. Todo está tranquilo. Todo está perfecto. No lo arruines.

   —Espero que encuentre una novia en el más allá —murmuró, dirigiéndose hasta la salida.

   —¡John! Ya basta —cubrí mi cuerpo entero con las cobijas y encogí mis piernas—. Ya me dio miedo y todo. Tú siempre.

   Cerré mis ojos, tratando de eliminar todo pensamiento paranormal, pero los abrí con rapidez al sentir una mano en mi muslo.

   —Agh, no es gracioso, John.

   Traté de zafarme, lográndolo con éxito; aparté las cobijas de mi rostro y lo giré para poder verlo. Pero un escalofrío recorrió mi cuerpo al no ver nada. Volví a sentir miedo.

   Entonces John dio un grito enorme mientras que su cuerpo se levantaba, haciendo que yo emitiera un enorme chillido y un brinco enorme. Él, por supuesto, se rió a carcajadas.

Girl or Boy? ➳ McLennonWhere stories live. Discover now