Capítulo VII.

5.6K 498 1.8K
                                    

   Me apresuré a levantarme de sus piernas, pero él de inmediato me jaló por el brazo e hizo que volviera a caer en los suyos, pero de frente. Colocó una mano en mi cintura, mientras que con la otra apretó mi trasero y gruñó.

   —No entiendo —dije, tratando de levantarme, pero me resultó imposible: tenía sus piernas enredadas a las mías—. Según tú, te doy asco y no te gustan los hombres... ¿¡entonces para qué actúas así!?

   —Para mí tú eres mujer.

   —¡Pero no lo soy! —me defendí—. ¡Ya suéltame!

   —Ese color rojo te asienta bien. ¿Te gustó mi regalo, puta? Agradece, porque eres la primera puta que le compro algo.

   —¡Auxilio! ¡Me quieren violar! ¡Policía! ¡Qué alguien me ayude!

   John se apresuró a taparme la boca y emitir un leve sonido de aire, indicando que debía callarme.

   —¿Quieres que Stuart te vea así? ¿Y estando conmigo? No creo...

   —Suéltame.

   —No, puta.

   —¡Ya deja de llamarme así, no soy puta!

   —Eres mi puta.

   —¡Qué no! ¡Búscate una mujer para puta!

   Él tomó mis muslos, los subió un poco e hizo que mis rodillas quedaran apoyadas en el sofá. Mis manos yacía sobre su pectoral, tratando de despegarme lo más posible de él, pero me resultó imposible: John estaba ejerciendo una constante presión en mi cintura, que me mantenía apegado a él.

   —Me estás lastimando —dije, mirando mi cintura y me di cuenta que la misma tenía marcas rojas de sus dedos.

   —A las putas las lastiman.

   —Yo no soy puta.

   —¿Entonces qué eres?

   —¡Ya déjame! —apelé—. Quiero irme.

   —¿A ver al tonto del pintor? No, señor, para eso te quedas conmigo. No soy tonto y también se me da eso del arte.

   —Yo a él lo quiero, a ti no.

   —No te estoy pidiendo que me quieras; te estoy pidiendo que metas mi pene en tu boca y que muevas tu lengua.

   —¿Vas a dejar que un hombre haga eso? —le pregunté.

   —Tú para mí eres mujer ahora, así que muévete.

   —No quiero.

   —No conviene que te niegues —retó—. Tengo tu estúpida foto.

   —¿Y qué harás con eso? ¿La vas a imprimir en grande y harás de eso un afiche? —bufé.

   —Y puedo pegarlo en los pasillos. Apúrate.

   Miré esa sonrisa triunfante y lo odié un poco más de lo normal. No había duda: necesitaba borrar esa foto de su móvil y rogar que no tuviese copias en su ordenador o en alguna otra parte.

   Él comenzó a soltarme, al darse cuenta que mis intenciones eran arrodillarme. Gemí cuando mis rodillas tocaron el suelo frío. Llevé mis manos a su pantalón y comencé a desabrochar el cinturón, sintiendo la mirada lasciva que él tenía sobre mí.

   O yo le gustaba, o ese tipo estaba loco. Se suponía que no le gustaban los hombres; y esa excusa de "para mí tú eres mujer", me pareció tonta y descabellada. ¿Por qué usarme a mí cuándo había miles de mujeres?

Girl or Boy? ➳ McLennonWaar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu