Capítulo XLI.

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  Me coloqué la sudadera beige, que combinaba con mis pantalones negros y los zapatos de cuero del mismo color. Apliqué perfume, guardé la billetera y el móvil en el bolsillo, y me apresuré a salir del departamento sin siquiera tomarme mi taza de té mañanera.

   Había tenido una noche pésima. Me costó bastante conciliar el sueño, y me despertaba a cada rato. Gracias al cielo no hubo nada de lo que asustarme, pero yo estaba muy nervioso.

   —John, apúrate —alcé la voz para que pudiera escucharme, y toqué el timbre de su departamento. Se me hizo raro que no saliéramos al mismo tiempo o él antes que yo —. ¡John!

   —¡Ya voy, puta! ¡Derramé café en mi pantalón y me lo estoy cambiando!

   —¡Qué torpe eres!

   Escuché su risa, y no pasó mucho tiempo para que abriera la puerta. John llevaba una camisa de vestir de color lila, un suéter de lana gris y pantalón bien planchado del mismo color, además de un par de zapatos de cuero.

   —Ya. ¿Me veo bonito?

   —Y muy gay.

   —Puta eléctrica —refunfuñó, cerrando la puerta del departamento. Acto seguido pasó una mano por mi hombro e hizo que me encaminara en dirección al ascensor—. Contacté a uno de mis amigos en París.

   —¿De veras? —me apresuré a mirarlo.

   —Sí, esta mañana poco después que te fuiste —contestó—. Le comenté que...

   —... te habías vuelto gay.

   —Puta, déjame hablar —carcajeó—. Le dije que quería irme otra vez a París, pero que llevaba a otra persona conmigo. Me dijo que aún conservaba el departamento que me prestó cuando estuve viviendo allá porque no había podido venderlo.

   —Genial —le sonreí.

   —Sí —asintió—. Y me lo puede vender a cuotas bastante accesibles, así que no creo que sea problema eso.

   —¿De veras nos vamos a ir?

   —Bueno, todo sea por lo que pasó anoche no vuelva a pasar —contestó; yo me reí—. Es verdad —añadió—. ¿Qué quieres tú?

   —Es que yo nunca creí que lo fueses hacer.

   —¿Qué crees? Meterte el pene no es lo único bueno que sé hacer.

   —Agh, ya vas a empezar —murmuré fastidiado, al tiempo que nos adentrábamos al ascensor. Por suerte estaba ahí, así que no teníamos necesidad de esperar—. Anoche fue horrible.

   —Yo quería sexo.

   —¡John!

   El mencionado volvió a reír, mientras giraba su cuerpo para verse al espejo y acomodarse el cuello de la camisa.

   —Déjame abrazarte —lo jalé del antebrazo, haciendo que se acercara a mí; no tardé mucho en rodear mis brazos en su cuello y besar sus labios con dulzura. Obviamente John correspondió con un poco más de intensidad—. Mhm —me lamí los labios y sonreí.

   —Me gusta que tengas esas cosas espontáneas —me dijo, abrazándome—. Me gusta todo de ti, puta.

   —Si le quitas el 'puta', puedo tomarlo en serio.

   —Lo único que debes tomar en serio es el sirope y el amor que te tengo.

   —Agh, tan tonto.

   Logramos salir del ascensor, abriendo paso entre las pocas personas que se disponían a entrar. John entrelazó su mano con la mía, para luego dirigirnos hacia la salida del edificio e ir a nuestros respectivos trabajos.

Girl or Boy? ➳ McLennonWhere stories live. Discover now