Capítulo 29

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Adrián estaba intranquilo, no sabía porque se sentía así. Pero algo lo perturbaba. Y tenía que ver con su hermana. Estaba seguro de eso. Los recitales de aventura lo tenían loco con la seguridad. Además Maricel no estaría con Flor ya que debería hacer de asistente de Anthony. Eso solo la dejaba a Flor y sus guardias. Por supuesto no quería estar en el backstage. ¡Maldita su cabezonería!

Ya había retirado los aritos de Anthony, Flor y de Maricel. Anthony solo se los había puesto cuando dormía y ella nunca se dio cuenta de nada.

Los chicos llevaban sus armas en sus tobillos cuando salían siempre. Pero algo iba a pasar lo sentía. Para colmo no podía acompañarla ya que debía ver la seguridad de todo el grupo.

Flor iría solo al último de los conciertos, gracias a dios que la habían convencido de eso. Había demasiada gente, como para controlarla bien. Lo bueno es que había despejado una ruta solo para que ella pudiera salir con sus chicos así nadie los molestaba, ya que al ser tan pequeña a menudo la apretaban demasiado si salía por las puertas normales.

Tanto Maricel como Flor estaban como locas con el recital. Maricel le había prometido que filmaría todo lo que pudiera. Gustavo estaría con ella los dos primeros recitales, así que se encargaría de grabar todo. Se lo había jurado a Flor.

Flor y Maricel estaban viendo que ropa usaría para el concierto. Por supuesto sus chicos también estaban ahí, ya que según Maricel ellos deberían opinar. ¡Para el caso que les hacía!

–Creo que deberías ponerte el vestido azul.

Flor la miro muy extrañada. –¿El azul? ¿El que use en Argentina?

–Sí, ama ese vestido y será tu primer recital como su novia, lo único que cambiaremos será el quiebra tobillo. Ya que no estaré para atajarte y no le gustara mucho a Anthony que Juan te esté sosteniendo a cada rato. Ya sabes como es. Además si te ve con ese vestido se volverá loco de celos. Una vez me dijo que fue lo que le llamo la atención. ¡Tus pechos resaltaban un montón y encima tenía los hombros descubiertos! ¡Sabes que le encanta tu piel!

–Maricel por favor, trata de que no sea muy escandaloso. ¡No quiero ver a Flor sandungueada otra vez en la camioneta! –Gustavo no le gustaba como sonaba ese vestido.

–Flor póntelo y muéstraselos.

Cuando salió, ambos guardias se quedaron mudos. ¡Que mierda de vestido era ese! La tela era súper suave, con los hombros al aire, pero eran sus pechos y su figura lo que destacaba, además tampoco era muy corto. Era arriba de la rodilla pero la tela era muy caída y se pegaba a su cuerpo como un guante y bueno esos pechos destacaban demasiado y solo mostraba un poquito de su piel que era los hombros. Era azul lleno de florecitas blancas y rosadas. ¡Era hermoso!

Maricel ahora los miraba muy maliciosamente. –¿Y qué les parece? ¿Les gusta?

–Es... es... hermoso. ¡Te queda precioso Flor! –Juan la miraba embobado. A comparación de otros vestidos era muy recatado pero como siempre decía, insinuar era peor que mostrar y el vestido insinuaba todo.

–¡Por el amor de dios Maricel! ¡Ese vestido es muy bonito! ¡Es el vestido que más me gusta hasta ahora! Es tan sexy y a la vez recatado, no se explicar. ¡Me encanta! –Gustavo estaba maravillado con ese vestido.

–Bueno fue el vestido que enamoro a Anthony. Algo debía tener ¿No? ¡Con este vestido cuando termine la noche terminaras bien sandungueada hermana! ¡No me lo agradezcas!

Flor estaba hecha un tomatito. Miraba a sus guardias y ambos la miraban embobados. No se había dado cuenta de que fuera tan bonito.

–¡Encima si te ruborizas así peor será para él! ¡Soy una genia! –Maricel tampoco podía creer que sus guardias hayan quedado de esa manera.

El sueño de una RomeistaWhere stories live. Discover now