Capítulo 30

229 7 0
                                    

Anthony miraba sus manos manchadas de sangre. Él era el culpable de todo. La había metido en su mundo, un mundo que sabía que era peligroso. Desde que habían estado juntos siempre había estado en peligro. Primero Suarez y Mirian, luego su jefe también culpa de él porque si no seguiría trabajando con el tipejo ese pero nunca le hubiera pasado nada y luego otra vez Suarez.

Todo había pasado porque estaba cansado de estar solo, había encontrado el amor de su vida solo para llenarla de golpes, maltratos y abusos. Todavía recordaba como la había tocado ese tipo. Todo por él. Se dejó tocar solo para que no lo lastimen.

No volvería a pasar eso. Aunque le doliera, dejaría a Flor. Ya no estaría con ella. Si sobrevivía, la dejaría libre. Era mejor estar solo que ella golpeada o abusada o muerta por su culpa. Todo era su culpa.

Sus guardias estaban muy golpeados también. Nunca podría mirarlos a la cara de nuevo tampoco.

Cuando llego el nuevo día. El doctor dijo que había pasado lo peor que su florecita estaría bien. Miró hacia la sala y vió como Maricel lloraba en silencio. Se levantó y fue hacia ella.

–Te prometo una cosa. Nunca más estará en peligro por mí. Nunca debí traerla a mi mundo. No sé ni cómo mirar a tú madre luego de esto. Pero se cuándo debo dar un paso al costado. Tú hermana es lo más precioso que me dió la vida. Nunca jamás la olvidaré. Cuando despierte dile que la amo pero que ya no estaré más con ella. Que me perdone por mi cobardía pero si la veo no podré hacer lo correcto. También debes perdonarme, tampoco te olvidaré. Ustedes dos le dieron más felicidad a mi vida de la que nunca tuve. Te amo, tanto como amo a tú hermana, tanto como amo a Adrián.

Se dió medio vuelta y dió dos pasos.

–¡Anthony! No hagas esto. Si lo haces es como matarla. Te dije antes, si la dejas ella no sobrevivirá sin ti. No lo hagas, si la quieres no lo hagas. ¡Juro por dios que si la dejas nunca te perdonaré!

Se dió vuelta y la miró. Maricel noto que estaba muerto. Sus ojos sin vida. –Me lo merezco, merezco que no me perdones. Ni yo lo haré. Lo siento Maricel. Pero nunca más quiero que le pase nada por mí. Se sobrepondrá, porque te tiene a ti, a Adrián, a sus amigos. Todos la aman.

El solo camino hacia la salida.

–Tony piensa muy bien lo que haces con esa niña –Daddy no podía creer lo que hacía su amigo.

–Te ama con locura. Recibió un disparo por ti y así se lo pagas ¡No te la mereces! Me la quedaré ¿Entiendes lo que te digo? ¡La hare mía Tony! –Vin estaba furioso.

Anthony estaba rabioso al escucharlo, se puso todo duro. La sola idea de su florecita en sus brazos hacía que quisiera matar algo. Respiro hondo y solo salió de la sala. Camino hacia la camioneta. Sus guardias estaban esperándolo. Solo subió y fue hacia su casa. Entró y Laura estaba esperándola para saber noticias.

–Está bien, ya está fuera de peligro. Viajare por un tiempo. Seguramente vendrán a buscar sus cosas. Dales todo, atiéndelos por mí por favor. Habla con ellos. He terminado con Flor.

–Hermano, no lo hagas –Laura nunca había visto así. Estaba muy mal. Sus ojos estaban sin vida.

–Casi la matan por mi culpa. Tomo una bala que era para mí. Nunca más Laura, nunca más la pondré en peligro. Esa bala no me mato, pero estar sin ella es como si lo estuviera. Pero prefiero estar sin ella que verla herida por mí de nuevo. Encárgate también de sus guardias. Que tengan todo lo mejor para su recuperación. Dales una recomendación y una muy buena indemnización. Diles que siempre estaré agradecido con ellos pero no puedo verlos otra vez. Verlos solo haría mi dolor más grande. Pídeles perdón por mí. A todos ellos. Pero si los veo me romperé. Volveré para mi gira. Consigue una asistente para mí.

El sueño de una RomeistaOn viuen les histories. Descobreix ara