Capítulo 10

413 7 0
                                    

–¡Por dios esto no puede seguir así! ¡Lleva tomando hace dos días! Ya no sé qué decirle. ¡Nunca lo había visto así! ¿Qué le pasó a Flor para hacerle esto? Me ha decepcionado mucho esa chica, parecía tan buena. Tiene que haber pasado algo no puede ser otra cosa, esa chica lo amaba con locura –decía Laila.

Juan y Gustavo se miraron, les dolía cuando hablaban mal de Flor, pero lo prometieron. Y si, su jefe estaba perdido, después de sacar su ropa de la habitación había pedido licor y no había dejado de beber solo hasta quedarse dormido y cuando se despertaba solo seguía bebiendo. Por ahí lo veían mirando los aritos que le había regalado, también habían visto que dormía con una remera que había usado, no dormía si no abrazaba eso.

Anthony salió de la habitación.

–¡Bueno por fin no te veo borracho! ¡Ya es un adelanto! Tienes que recomponerte Anthony porque tienes una entrevista mañana y estas hecho un asco.

–¿Te preocupas mucho por mí no Laila? No te preocupes estaré listo para mañana, no haré que pierdas dinero ni tiempo. Después de todo para lo único que soy bueno es para hacer dinero ¿no?

–Realmente te desconozco. ¿No la has llamado?

–¿Para qué? Dejo bien claro que no quería nada conmigo. ¿Qué querías que hiciera, que le rogara? No llegara el día que ruegue y menos por una mujer, como esas se encuentran en todos lados.

Juan y Gustavo se envararon y él lo notó.

–¿Tienen algo que decir? ¿Dije algo malo?

Los dos se callaron.

–Hacen bien en no decir nada. ¡Váyanse, solo verlos y me recuerdan a ella! ¡Lárguense de mi vista!

Los dos salieron.

–Anthony nunca te había visto así. ¿Qué te pasa? Reacciona por favor, no tienen la culpa. Y es muy extraño esto, demasiado. ¿No has pensado que un día te adoraba, porque sabemos mucho del mundo y te adoraba no solo te amaba, te adoraba y al otro día te deja? Es muy extraño, pienso que algo pasó y creo que ellos lo saben.

–Todos creíamos que era una cosa pero se ve que estábamos equivocados. No hablemos más de ella.

Laila se levantó.

–Espero no te arrepientas de esto.

Suárez entro a la habitación.

–Veo que ya te diste cuenta de tu equivocación.

–No tengo ganas de hablar del asunto.

–Pues tengo una noticia bastante interesante, no sé si te interesa. Creo esta tarde deberías ir a esta habitación y ver lo que hay ahí. Creo que te convendría ir –le dejo un papel con un número de habitación.

–¿Y por qué me interesaría eso a mí?

–Ve y velo con tus propios ojos, no hay nada como verlo por uno mismo –se levantó y se fue.

Anthony miro ese papel, significaba lo que creía que significaba. Su gordita jamás estaría con un hombre, era de él, no estaría con un hombre ya. Pero sus celos se alzaron, iría solo para corroborar, nunca lo engañaría o ¿Sí?

***

Cuando Flor llegó a su casa fue directo a su habitación, se encerró en ella y lloro por dos días, no comía, no salía de esa habitación. Maricel había intentado de todo para sacarla pero no le interesaba, lo único que hacía era llorar y escuchar temas de su morenito, no sabía cómo salir de este dolor, era como si estuviera quemada por dentro. Sentía que estaba en carne viva.

El sueño de una RomeistaWhere stories live. Discover now