Capítulo 27

296 7 2
                                    

Malu, estaba que reventaba de los celos. ¡La puta madre! Todos los hombres en la fiesta se comían con la mirada a Flor y tampoco le gustaba nada como miraban a Maricel. Estaban rodeadas de lobos, incluido él. Se puso triste otra vez. Debería aprender a separarse de ellas. Ya no las tendría más en tan solo unos días. Fue y se sentó en una mesa un poco alejado de ellos tratando de no mirar para su lado. Era lo mejor.

–¿Hijo no quieres ir con ellas? –Frank veía la tristeza del muchacho.

–No, es mejor así, debo empezar a separarme. O sufriré mucho cuando no las tenga más –Malu se veía triste.

Entonces noto cuando Frank se puso firme. Miró hacia donde estaba viendo. Vió que era Laila, la asistente de Anthony, estaba muy bonita con un vestido rojo, muy pegado al cuerpo, tenía un gran escote. Miro de nuevo a su jefe de seguridad y notaba como se la comía con la miraba. Para su mala suerte el amor estaba en el aire parece. También sintió el revuelo que hicieron los hombres pero no era por ella, sino por alguien que venía atrás de ella. No estaba interesado.

Laila fue hacia ellos y eso fue raro. Se paró delante de él.

–Hola Malu, que suerte haberte encontrado rápido. Tengo que presentarte a alguien. Es tu nueva asistente, espero que se lleven muy bien. Por favor te pido que la cuides tanto como ella lo hará contigo.

Laila busco y reto a la asistente por quedarse detrás. La niña salió de detrás de ella. Lo miró y estaba muy ruborizada. El parpadeo un par de veces no pudiendo creer lo que veían sus ojos. Era... era... la cosita más hermosa que había visto nunca. ¡Era una niña por el amor de dios! ¿Ella iba a cuidarlo? ¿Y quién la cuidaría a ella? Era una locura... era hermosa. Era pequeñita con un cuerpito de infarto, era un poquito regordeta pero menos que Flor. Tenía un vestido verde estilo los que usaba Flor con corpiño incorporado y con una tela que se pegaba a su cuerpo. No era tan corto ya que le llega a su rodilla pero mostraba todo su cuerpo y esos pechos eran una locura pero lo que realmente llamaba la atención no era su cuerpo. ¡Si no su pelo! Era rojo y con bastantes rulos, lo tenía bastante largo también y remataba con unos ojos verdes. Era preciosa. No había otra palabra para describirla. ¿Y con ella debería vivir? ¿Qué demonios estaba pensando Maricel? ¿Meter a un cordero con un lobo?

La niña estaba totalmente embobada por él. Lo miraba con... ¿Amor? ¿Qué demonios pasaba acá? Luego se dió cuenta que lo miraba así y reaccionó poniéndose seria. Y cambió su mirada a la de trabajo. No le gustó nada a Malu ese cambio.

–Te presento a Camila Acosta. De ahora en más te cuidara y manejara tu agenda. Eres la primera persona que cuida así que por favor tenle un poco de paciencia –Laila sonreía.

–Buenas noches señor Maluma. Espero poder servirle y que no tenga quejas de mi –la niña le pasó la mano.

Sí, no le gustaba nada ese cambio. Se levantó de su asiento y se acercó mucho a ella, mucho más de lo debido, agarró su mano y se la apretó un poco de más y tampoco la soltó muy rápido. Ella volvió a ruborizarse y Malu estaba en el cielo. Le sonrió y ella también lo hizo. ¡Por el amor de dios! Se excito, ahí en plena fiesta con una desconocida. ¿Tan mal estaba que se excitaba con una niña? Realmente era como decían los guardias de Flor, era un sátiro y pervertido. Pero lo que más le sorprendió es que se excito por una mujer que no era Flor. ¿Se le estaba pasando?

–Encantado de conocerte. Llámame Juan. Si vamos a vivir juntos debe haber más confianza entre nosotros.

Le regaló su mejor sonrisa de Maluma y la niña se volvió a ruborizar. ¡Si, la noche mejoró muchísimo!

–Esta... está bien... Juan –lo decía totalmente avergonzada.

¡Dios lo iba a matar! Miró alrededor y se dió cuenta que no había hombre en la cercanía que no la mirara con deseo. No le gustó nada. La atrajo hacia él y la sentó a su lado. Miraba a todos muy mal.

El sueño de una RomeistaWhere stories live. Discover now