Capítulo 5

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Flor salió de la habitación y vió sentada a su hermana en el sillón, estaba triste. Flor la miró muy dolida.

–¿Se puede saber que mosca te pico para hablarle así? Nunca antes me había sentido avergonzada de ti, nunca fuiste una mujer que juzga sin conocer. Nunca te di pie para que pensaras que tengo poco criterio. ¿Pero es evidente que a ti te vale una mierda eso no?

–No digas eso, sabes muy bien que me preocupo por ti y si puede ser que se me haya ido un poco la lengua pero verte así, no una sino dos veces pues... ¡Me sorprendió! Nunca has mirado a un hombre dos veces, ni siquiera al papacito ese del repartidor.

Adrián se quejó desde la cocina. –¡Tú ni hables traidor!

–¡Lo sabías! ¡Sabías que le gustaba! ¡Es un niño por el amor de dios!

–No dije que te acostaras con él, solo dije que ni siquiera lo mirabas y está más bueno que el pan.

Adrián se volvió a quejar.

Flor se ruborizó porque la verdad era que si lo había notado, el chico era bastante buen mozo y con un físico impresionante. Pero era demasiado pequeño como para intentar algo. Además creía que ni la miraba y que solo era otra vieja en sus rondas.

–No importa eso, ya pasó, además no es cualquiera, es mi amor del que hablamos. ¿Qué harías en mi lugar? Lo que quiero comentarte es que comenzaré una relación con Anthony, me pidió que vaya al hotel con él porque no puede estar acá, así que por unos días te dejaré la casa para ti sola.

–¿Estas segura Flor? ¿Lo has pensado bien? ¿Y luego que pasara? No podrás vivir sin él.

Flor la miró de la manera más extraña, con una sonrisa en su cara. –¿Quién te dijo que me va a dejar? Simplemente debo enamorarlo, si doy todo de mí, lo atrapare en mis redes... ¡Y tú por lo menos me ayudas yendo a Jamaica a hacerle magia negra! –se echó a reír de la mirada de su hermana. –Ya en serio, trataré de conquistarlo y si no se da, por lo menos sabré que hice todo lo que pude por obtener el amor de mi vida, nunca me arrepentiría pero si lo haría si por miedo no lo intento.

–Creo que tienes razón en eso. ¿Pero por favor si necesitas algo no dudes en pedírmelo si? ¿Llevas tu celular? Ropa interior de recambio, las toallitas húmedas que te compre, Set de maquillaje, secador debe haber en ese hotel. Si me necesitas me llamas ¿sí?

–¡Por el amor de dios! ¿Cuantos años crees que tengo? –se levantó ruborizada. –¿En dónde están las toallitas esas? El celular no sé dónde está el cargador y la ropa interior deberé esperar que salga Anthony de la habitación.

Escucho una risa desde la cocina.

–¡Si ya veo lo grandecita que eres! ¡Dios mío ese hombre no sabe dónde se mete! Realmente me da pena. ¡Por un lado una niña como mujer y por el otro una sargento como cuñada! ¡Si da pena el hombre!

En eso sale Anthony de la habitación se paró en seco frente a Maricel. –¿Ya estas lista florecita? Ya vienen por nosotros.

–Si solo me queda buscar unas cosas, ya termino.

Anthony escuchó una risa que venía de la cocina.

–¡Tú no te metas Adrián! –gritó Flor y salió corriendo hacia la habitación.

Anthony miró a Maricel y luego a Adrián que salía y se quedaba en la puerta de la cocina.

–Te ayude lo más que pude, debes saber ya en lo que te metes, pero si nos necesitas llamas. Realmente es como una hermana para mí. La he cuidado mucho en estos años y sé que la sobreprotegimos, disculpa por eso –Adrián se dio la vuelta y entro a la cocina dejándolo solo con Maricel.

El sueño de una RomeistaWhere stories live. Discover now