CAPÌTULO 66

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ANASTASIA

Escucho a Christian todo lo que tuvo que vivir con Leila, hasta llegar asesinar a su novia y después dispararle a él, mi primer impulso fue abrazarlo y llorar en su hombro, me hubiera muerto si lo hubiera matado esa psicópata, el me abraza muy fuerte, de inmediato de su guantera saca unos pañuelos desechables y me los ofrece, siento que me pongo muy colorada de la pena, pero el me mira y dice:

_ Ana, no hay nada que impida que tú y yo intentemos algo con nuestros sentimientos, he notado siempre que tú también me amas, ¿quieres ser mi novia?

_ Te mentiría si te dijera que no quiero ser tu novia, me agrada de manera especial esa proposición, siempre la esperé en Seattle, pero ahora yo vivo aquí y no quisiera dejar mi trabajo, me encanta y aunque me agradaba cuidar a las mascotas, no sería lo mismo, ¿cómo le haríamos para vernos? ¿No te has puesto a pensar en eso si te digo que sí?

_ Eso no es obstáculo Ana, dime que me quieres y dame un sí y yo veré como nos arreglamos. Te necesito a mi lado.

_ Tú mismo me das la razón, me pides que estemos juntos y nos separan cuatro horas y media de camino, ¿tienes alguna idea mejor para que te pueda decir que si quiero ser tu novia?

_ ¿Eso quiere decir que si aceptas ser mi novia?

_ Si, aunque nos veamos solo los fines de semana, y no es por ser negativa, pero donde voy a vivir, Ethan vivirá en la casa de Seattle y me da pena llegar a vivir ahí, mañana se casa y puedo disfrutar de la casa mientras Ethan está de luna de miel, mi jefe me diò una semana de vacaciones, así podremos convivir esa semana.

_ Dame tiempo Ana, pero eso que no sea obstáculo para que dejes de ser mi novia, tengo algunos planes para poder estar juntos, sin embargo me tomará un tiempo y te prometo que ese proyecto nos hará estar juntos, ¿confías en mí?

_ Lo dices tan seguro que no lo dudo, no sé qué traigas entre manos pero quiero ser tu novia por mucho tiempo.

_ Gracias Ana, ¿me permites darte un beso?

_ Lo deseo mucho. Nos besamos por un largo rato, pero todo tiene un fin, nos separamos para no llegar tarde a Seattle, tomó mi mano, la puso en la palanca de velocidades junto con mi mano, de momento detenía ese gran auto que corre como la luz, nos besábamos, no le dije que no había comido, me diò pena, pero al llegar casa de mis hermanos, lo invité a pasar, me siento tan feliz por ser su novia, ¡cuánto lo anhele! Al abrir la puerta y caminar hasta la sala a su lado, me sentía soñada, al ver a mis hermanos corrí a saludarlos, en verdad estaba eufórica de ser la novia de Christian.

Le invité a sentarse y un café, mi hermano es fanático del café, por ende sé que tiene la cafetera llena, volví y me senté a su lado, no vacilé en decirles a mis hermanos que Christian me pidió ser su novia, todo fluyó bien en casa, sin embargo él tenía que regresar a su hogar, nos despedimos con un gran beso. Mis hermanos me confesaron que ya sabían que él me amaba y lo que me contó Christian para protegerme.


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