CAPÍTULO 59

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CHRISTIAN

Ver a Ana nuevamente fue estimulante, me da risa porque ahora me recuerda que no quiero basura en mi auto, su risa me vuelve loco, que sensación tan bella es estar a su lado después de seis meses, quisiera decirle que la amo y pedirle que sea mi novia, sin embargo no puedo hasta que agarren a Leila, después de lo que le hizo a Susana, tengo miedo e inseguridad, sobre todo que amenazó que seguiría yo, no puedo invitar a Ana a salir, siento que Leila está más cerca de mí, si me ve con Ana es capaz de hacerle algo y eso no es lo que quiero para mi futura novia.

Pero no perdí la oportunidad de estar con ella toda la boda, a excepción de que ella iba al sanitario o yo, en el brindis no me le despegué, tengo el apoyo de toda mi familia incluyendo a mis cuñados, no es tiempo de declarar mi amor, pero el verla, olerla, bailar, reír, platicar de todo lo que hace, me hace feliz, le comenté lo de Leila para que se cuide, pero no mencioné lo que siento por ella, no hacía falta porque he notado su estado de ánimo a mi lado, su mirada, sus nervios cuando la tomaba de la mano, aunque también sentía coraje cuando me platica que sale con amigos.

No puede despedirme de ella el domingo que se fue, pero era por precaución, ha pasado una semana y me siento muy contento, a pesar de no ver a Ana, ahora tenemos más comunicación por teléfono, le marco a la editorial en las mañanas antes de mis labores, con eso es suficiente para sentirme contento y después ella me llama antes de salir de su trabajo. Es martes y hay mucha gente en el Banco, me falta una persona por atender, ya que sacó cita para solicitar un préstamo hipotecario y eso los hago personalmente.

En cuanto pasa, me llama la atención que trae un turbante y lentes, un bastón de una persona con discapacidad que usualmente utilizan los ciegos, me levanto y le indico que hay dos asientos y le ayudo a llegar a ellos, no dice nada y antes de sentarse me toma del brazo, pensé que se iba a caer, pero al momento se acerca más a mí y me pone un arma en mi estómago, al momento pienso que es un asalto y me tomará como rehén, pienso meter mi pierna entre sus piernas para que pierda el equilibrio, pero pareciera que conoce mis movimientos y se oye un disparo, de inmediato se de quien se trata, escucho que dice que eso me lo merezco por traidor.

La tomo de la ropa y vuelve a disparar, se me nubla la vista y en mi mente pasan mis padres, mis hermanos, el amor de mi vida que no podré verla nunca más, cuando despierto me duele mucho mi cabeza, siento dormido mi cuerpo, al fijar la mirada veo a mi madre con otros doctores, trato de hablar pero no me sale sonido de mi boca, mi madre me ve y se acerca, sonríe y me besa en la frente, solo dice:

_ Hijo de mi vida, estas a salvo, no trates de hablar, descansa.

_ Veo que marca en su celular y escucho que dice, ha despertado Christian y se pone a llorar, uno de los doctores le dice que se siente y en esos momentos entra mi padre, mi hermana y mi cuñado, no sé qué decir y vuelvo a perder el conocimiento. Oigo voces nuevamente y con cuidado veo a mi cuñado Ethan con Mía sentados en unos sillones, le llamo a mi hermana y ella corre a abrazarme, quiero que me diga que pasó, ella me dice que Leila me disparó y recuerdo todo en esos momentos, por fin está encerrada, como puso resistencia a la autoridad, tuvieron que dispararle a las piernas, por lo que me cuenta Mía, ella está en el hospital de la prisión.

Después de unos minutos entran mis padres, les platico como me atacó Leila.    

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