¿QUIERES CASARTE CONMIGO?

CAPITULO 8

CHRISTIAN

Estamos en Ginebra, Suiza, comenzamos el día con un recorrido por la Ciudad, salimos en un pequeño autobús turístico desde Gare Routiere, la terminal central de autobuses de la Ciudad, fuimos directo al lugar donde se ubica la sede europea de la Naciones Unidas, después al ayuntamiento de la Ciudad y admirar el paisaje que rodea al lago Ginebra, salimos de la ciudad para salir a la ruta donde se encuentran los pueblos de Lausana y Montreux, continuando hasta llegar al castillo de cuento Chillon, lugar exquisito para tomar muchísimas fotografías.

Recorrimos Valais, el Valle del Río Ródano, tomamos un tren de Cremallera en Tásch, para llegar a Zermatt, un centro turístico donde se habla en alemán a los pies del Monte Cervino, cuya sorprendente cima es un símbolo de Suiza. Comimos y cenamos en los mejores Restaurantes de las ciudades que conocimos.

Lo que más me agradó fueron los miradores de Top Of Europea, El paso del Gran San Bernardo, VeticAlp Emosson y Gornergrat, pude disfrutar la maravilla de valles, poblaciones como sacadas de un cuento, el aire que se respiraba desde esos puntos era estar en el paraíso. Todo fue maravilloso, viajar en avión, barco y tren. Ahora vamos de regreso a casa, unos quince días maravillosos en compañía de mi familia y una que otra dama de compañía, para salir a distraernos Elliot y yo.

En dos meses más, espero tener mi propio espacio, es un pequeño departamento de tres recamaras, dos baños, sala amplia, comedor, cocineta, cuarto de lavado y de servicio, con dos pequeñas recamaras, una estancia para sala y comedor, baño completo. Me agrada, puedo contratar una persona para servicio.

ANASTASIA

Me encanta más esta casa que la de Seattle, pero como mis padres cambiaron de residencia por su trabajo, ahora va ser más difícil que nos vengamos a vivir aquí, porque también económicamente nos ha ayudado la renta de la casa, mi hermano estudia su especialidad y Kate cada día tiene más fama con sus diseños, revisamos la casa, está impecable y bien cuidada, lástima que los que la rentaban se fueran a vivir a otro país, nos agradaban, eran un matrimonio joven con dos hijos, muy cumplidos, limpios y se veían siempre felices.

Al llegar a la recámara de mis padres, por instinto nos abrazamos, nos dimos el lujo de llorar un buen rato, Kate que siempre es la más fuerte, aunque uno no quiera todo nos recuerda a nuestros padres, recorrimos los lugares que más nos agradaban, siendo masoquistas fuimos a comer donde trabajaban nuestros padres, regresamos ya por la noche, entramos cada quien a nuestras ex recámaras, saqué de mi mochila la poca ropa que traía. Recuerdo los cuentos que nos leían, sus besos en la frente y el cobertor que nos colocaban hasta el cuello.

Decidimos ir al día siguiente a pasear al Parque Lake Sylvia, es un buen lugar para escaparse y disfrutar de la felicidad de la naturaleza, mis hermanos y yo alquilamos una canoa, mi padre nos enseñó a pescar, alquilamos una choza que hay dentro del parque, comimos lo que pescamos y nos regala la madre naturaleza. Nos pesa regresar a Seattle, pero amamos nuestro trabajo y la responsabilidad.