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- ¿Tomaremos el avión del equipo o iremos en un vuelo normal? - Me preguntó Fran.

- No estoy muy segura de eso, pero quizá en uno normal - Dije con la verdad mientras esperaba sentada sin apoyar mí pie obviamente.

- Uccio se ha tentado de la risa cuando le conté ayer lo que te pasó, cuando me dijiste lo del esguince - Sonrió mirándome desde su asiento de espera, aún no podíamos abordar el avión.

- ¿Tú le contaste a Uccio? Creo que él le contó a Valentino luego - Dije mirándola.

- Joder, se le escapó y yo nunca le dije que no diga nada - Palmeó su cara entre risas.

- Imagínate como estaba Valentino - Dije sonriendo - Que por qué no me has dicho, qué no vayas a venir a verme, que te quedarás en reposo y todos los consejos - Sonreí rodando mis ojos.

- Es que quiere que te cuides, y tú toda rebelde es como si él te hubiese dicho 'Oye, no me interesa, vienes igual a verme', y obvio, allí vas - Dijo y luego reímos juntas.

Luego seguimos hablando un rato más, debido a que el viaje se retrasó unos quince minutos aproximadamente, pero luego de ese pequeño lapso de tiempo pudimos abordar el avión tranquilamente.

Obviamente que Fran y yo nos sentamos juntas, pero esta vez Marco y Gian estaban delante de nosotras en sus asientos, así que de vez en cuando les molestabamos tirandoles los pelos o pellizcando lo que alcanzabamos a tocar de sus brazos. Parecían no molestarse, así que así nos divertimos nosotras durante el viaje.

Lo más probable era que ya no lleguemos a ver las prácticas libres de los chicos, porque con el retraso del avión era lo mismo ir que no ir.
Así que quisimos aguantar el viaje sin dormir y luego cuando lleguemos al hotel, dormiríamos en la tarde.

El recorrido desde el aeropuerto hacia el hotel fue como lo hacemos habitualmente, nada distinto, tomamos las maletas, un chófer pasó por nosotros y nos dirigió hacia el hotel de esta carrera.

Nos despedimos de mis padres junto a Fran y nos fuimos derecho a la habitación, ambas moríamos de sueño. Ya era la una de la tarde, pero como ninguna de las dos iba a almorzar, optamos por ir a dormir a nuestras camas.

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Ya parecía ser de noche cuando desperté, las ventanas no daban mucha luz detrás de las ventanas. Miré a un costado y Fran parecía dormir aún, así que me levanté con cuidado para no despertarla e ir al baño para hacer mis necesidades, ya que no iba al baño desde que salimos de mí casa y ya no parecía aguantar más.

Luego de lavar mis manos, volví a girar el picaporte de la puerta y salí, Fran estaba con su móvil.

- ¿Has visto la hora? - Dijo entre risas leves.

- No, ¿Qué hora es? - Me acosté a su lado y miré el reloj en el ángulo de la pantalla de su móvil.

- Mierda, son las nueve de la noche - Tapé mí boca mirandola con una expresión sorprendida.

- Si, y nos perderemos la cena de los viernes - Joder, tenía razón sobre eso.

- Yo nunca le avisé a Valentino que lo vendría a ver, seguramente piensa que estoy en Castellet... - Una videollamada de Uccio apareció en la pantalla de Fran, rápidamente deslice el dedo para aceptarla, seguro estaba con Valentino.

- ¡Holaaaa! - Era Uccio el que hablaba, luego lo enfocó a Valentino mientras comía con su boca totalmente ocupada, era gracioso verlo de ese modo, solo nos saludo con la mano para no hablar con la boca llena.

El Eclipse. «valentino rossi y tú»Where stories live. Discover now